El producto más místico de Zombi Paella (editorial que abandera con sumo orgullo su origen incluyendo siempre dicho idioma natal en el libro de instrucciones) se titula Zodiac duel, siendo obvio desde la nomenclatura misma que el trasfondo de índole esotérica prima en detrimento del convencional (entendiendo como tal uno neutro en cuanto a temática se refiere); se trata de una obra lúdica que encuentra en su diseño visual el mejor (por supuesto no exclusivamente) alegato positivo, presumiéndose un órdago a la concepción estilista menos habitual pero más encandiladora que uno pueda llegar a plantearse como quimérica ya que la fascinación generada es simplemente brutal.
Las cartas se dividen en luchadores (48), referencia (4) e iniciativa (1), además de dos promocionales (“Alakazum! y “La familia Hort”), todas ellas en dimensiones bastante mayores a las estándar (concretamente setenta por ciento veinte milímetros) permitiendo que el majestuoso arte de Alfredo Cáceres (sin duda el aliado supremo de la creativa idea de David Heras al casar a la perfección ambos) luzca espectacular; el hecho de que los nombres consten en latín en el centro de la parte superior infunde más epicismo si cabe a la ocasión, antojándose el reverso (simulando con asombroso realismo las constelaciones) magia pura transportando a un universo (nunca mejor expresado) de fantasía.
Seleccionar sabiamente cinco luchadores (junto a tres astros), confrontar sus poderes (así como habilidades) y modificar el duelo (añadiendo tantos astros como se desee) son los tres pasos esenciales a seguir para lograr la victoria (recaerá sobre el que gane tres), pivotando el trabajo sobre los doce signos del zodíaco convirtiéndolos en los grandes protagonistas de la velada al deberse utilizar óptimamente; que nadie piense que la empresa resulta sencilla porque en absoluto es así, obligando a analizar detenidamente el reglamento (bilingüe en español y valenciano) para comprender las oportunas explicaciones que textual e ilustrativamente contiene exhaustivamente.
Aquarius (“inteligencia estratégica”), Aries (“el iniciador”), Cancer (“tras vencer retrocede”), Capricornus (“no se rinde ante las derrotas”), Leo (“fuerza feroz”) y Libra (“justicia equilibrada”) se conciben como básicas mientras que Gemini (“una copia idéntica”), Pisces (“tan cambiante como el agua”), Sagittarius (“ataque a distancia”), Scorpius (“veneno paralizador”), Taurus (“la ira del toro”) y Virgo (“la fertilidad”) lo hacen como avanzadas; se aprecia una libre pero respetuosa interpretación de la visión clásica de estos aludiendo a sus atributos para tornarlos efectos a aplicar en beneficio propio, maravillando sobremanera la originalidad e imaginación al patentar tamaño entretenimiento con rigor.
Pese a ciertas objeciones como la limitación de los participantes (únicamente dos sin margen de añadidura ni versión solitaria), la escasez de las variaciones (el modo avanzado apenas difiere del principal), el nulo desarrollo de los roles (Casandra y Sibila se perciben como sendas mujeres tildadas de videntes meramente anecdóticas) o desde una perspectiva material la inadaptación de la cuna (los componentes no restan fijados en su interior), el dinamismo (la duración estimada es de quince minutos) es eternamente celebrable; por ende, la adictiva dinámica se traduce en una enorme cantidad de configuraciones que formalizan la propuesta como muy recomendable.