“Lucifer ha desparecido... los príncipes del infierno lucharéis por ocupar el trono infernal con la ayuda de vuestro séquito... ¿tenéis lo necesario para convertiros en el dueño absoluto del infierno?”, así versa la introducción (oportunamente alteada para evitar desvelar información crucial) de Infernal; se trata de un trabajo apto para toda la familia que hará las delicias de quienes deseen entretenerse satírica e irreverentemente mientras emplean la estrategia que crean propicia (el azar por supuesto dictará sentencia ostensiblemente en ciertos compases), aunando táctica con comicidad con las características básicas recopiladas (alternándose con las sensaciones sucitadas en los miembros del equipo de Cementerio de Noticias) en este artículo.
El contenido es simplemente noventa cartas (con las diferentes señalizaciones con sus símbolos en la parte superior que se detallarán más adelante) junto a un escueto libro de instrucciones íntegramente en castellano o catalán a elección del consumidor en el momento de la compra (apenas seis hojas a doble cara con una serie de secciones maravillosamente dispuestas para consultarse amén de los naipes de guía rápida con los seis pasos esenciales a seguir), pero las posibilidades que dichos ítems ofrecen es enorme; de dos a cuatro contendientes (con una certera edad mínima recomendada a partir de ocho años) se enfrentarán en partidas de corta e intensa duración (alrededor de veinte minutos cada una), dificultando casi seguro el vicio que genera la decisión de jugar la última al querer continuar siempre.
Las sencillas reglas a respetar (las ayudas brindadas desde luego agilizan mucho las primeras veladas) en una dinámica instantáneamente asimilable (al final de la reseña se adjunta el vídeo oficial de la compañía explicándola con suma nitidez), debiendo destacar asimismo la fugaz preparación (escasos segundos) así como la todavía más rápida acción pertinente para la modificación de ella para la modalidad de duelo directo (eliminando un carácter) en aras de ensalzar las mecánicas reglamentarias; con la meta de conseguir tres puntos de renombre (uno de cada atributo) o cuatro en total de cualquier combinación (aumentando por ende el abanico de pericias válidas), los participantes se verán obligados a agudizar su ingenio para proclamarse el flamante vencedor de tan maquiavélico cometido.
Entre los elementos principales se encuentran los “pecados” (“avaricia”, “envidia”, “gula”, “lujuria”, “pereza”, “soberbia” e “ira”), los “príncipes” (“Asmodeus”, “Beelzebub”, “Belphegor”, “Leviathan”, “Luci Junior”, “Mammon” y “Satán”) y los “elixires” (“conocimiento”, “malicia” y “poder”), bastante previsibles en referencia a capacidad; sin embargo las sorpresas mayúsculas llegan con épicas ocurrencias, sitas en las “gestas” (“corrompe a un santo”, “manipula señales de tráfico”, “profana una tumba”, “realiza un baile ritual de apareamiento”, “roba regalos de navidad”, “suplanta una identidad” e “intercambio de rehenes”) y los “seguidores” (“acólita burocrática”, “alto sacerdote”, “arpía bicéfala”, “eterno repetidor”, “hechicera astral”, “psico-ex” e “impresora multifunción”) citando varios ejemplos del hilarante sentido del humor.
El compacto tamaño de la caja permite transportarla con facilidad, luciendo no obstante el interior algo desangelado (la cuna que lo divide en dos no está customizada) tornándose esta tal vez la mayor objeción además de una calidad de fabricación cumplidora pero mejorable en cuanto a resistencia (el cartón presente un grosor suficiente aunque requiere cuidado al manipularse para preservar su integridad); mención de oro (si el término carece de valía oficial se exige aquí desde ya) para la labor ilustrativa (de Aina Llobera y Erika Godino) al complementar óptimamente de manera visual la tremenda joya lúdica que ocupa (de Marc Cantallops), con unas creaciones tan singulares como apasionantes que deberían exhibirse individualmente incluso sin exagerar un ápice enmarcadas para deleitarlas con mucha frecuencia.
El éxito cosechado en la plataforma amiga de micromecenzago Verkami (en ella se consiguió una para nada desdeñable cifra de recaudación de casi dos mil quinientos euros merced a las aportaciones de hasta ochenta personas) se ve ahora reflejado una propuesta altamente aconsejable, produciéndose en solo tres meses (lo cual obviamente significa que los responsables tenían muy avanzado el proceso al iniciar la campaña en cuestión) con excelentes resultados; únicamente resta fervientemente la adquisición de una copia, ya que esta nueva incursión de la humilde pero talentosa editorial Dino Ludens (tras Iràs i no tornaràs) merece presidir cualquier estantería que se precie al congratular sin remedio e invitar a disfrutarse asiduamente ya sea en el domicilio propio o en reuniones.
