“Olympians war”, de Vicente Cifuentes
Detalles
Título: Olympians war.
Creador: Vicente Cifuentes.
Diseñador: Diana Egea y Jaime Carrión.
Jugadores: 2-6.
Duración: 10 minutos.
Edad: +8 años.
Lenguaje: español.
Precio: 14,95€ (“Fnac”, a fecha 19/02/18).
Distribuidor: “Blauberry editorial”.
Año: 2016.
Análisis
Prólogo
“Haz que tu metrópolis (la zona ante ti en la que irás desplegando tus cartas para jugarlas la conformará) sea la más poderosa gracias al poder de las míticas deidades de la Antigua Grecia”, versa el mismo; la diversión está asegurada en esta feroz lucha por el dominio absoluto.
Introducción
“De todos es sabido que poderosos dioses del olimpo caminan ocultos entre nosotros, buscando fieles adeptos para obtener de ellos sus plegarias y hacerse así invencibles...”, se lee tanto en la caja como en las reglas, a lo que sigue “la armonía se ha mantenido así durante siglos, hasta que la humanidad ha cambiado su postura ante estos seres con gracia”; para concluir versa “en la actualidad, dioses y hombres libran épicas batallas en las metrópolis, arrasando los templos que dan protección a estos mitos, pues el hombre siempre codicia el poder divino, sin saber que la divinidad solo es otorgada a unos pocos”.
Componentes
110 cartas (de dioses, de acción, de invocación y de campos elíseos), amén del manual de instrucciones de rigor; que nadie piense que el contenido es insuficiente porque es más que suficiente para proporcionar un sinfín de horas de ameno e inteligente entretenimiento.
Preparación
Separar las cartas de invocación y colocarlas a la vista de todos formando así el friso, colocando al lado dos templos (en caso de necesitar más se cogerían del tártaro) para repartir tras ello un campo elíseo a cada jugador, que la situará frente a él; barajar el mazo (olimpo) y repartir cuatro a cada interviniente, colocándolo boca abajo sobre la mesa al alcance de todos formando, junto a él, uno de descartes (tártaro), comenzando la última persona que se haya comido un yogurt griego y se continuará en el sentido de las agujas del reloj).
Mecánica
En cada turno se pueden realizar dos acciones, invocar (tras robar y decidir si ejecutar o pasar con un máximo de cinco cartas en posesión, pues en caso de superar ese número se deberá depositar en el tártaro el exceso) o descartar (para dejar la cantidad deseada y coger la misma del olimpo); conviene tener en cuenta que solamente “anulación divina” y “las parcas” pueden jugarse fuera de turno con el matiz que, de usarse, no se recuperará nada del olimpo como con los otros tipos.
Fin
La partida finalizará cuando se consiga el poder de cuatro de los cinco dioses o, en su defecto, una vez se agote el mazo del olimpo (en este segundo caso el vencedor será aquel que posea un mayor número de deidades en su metrópolis); si se diera un empate se contarían también los templos y, en caso de persistir la igualdad, se haría lo propio con los campos elíseos, ganando en ambas circunstancias quien sume más.
Valoración
El glosario que sirve para describir las cartas logra explicar, concisa y claramente, las consecuencias de las acciones de todos los personajes (“Medusa”, “Arpía”, “Pegaso”, “Sirena”, “Grifo”, “Tanatos”, “Caronte”, “Parcas”, “Vellocino de oro”, “Cíclope”, “Sátiro”, “Minotauro”, “Centauro”, “Ulises-Telémaco”, “Quimera”, Atlas”, “Fénix” y “Lupac-Cerebro”, claro).
La especificación (con el símbolo “+3”) para facilitar el disfrute de dos jugadores permite separar del mazo, con agilidad y pericia, los oportunos componentes, oportunos y magníficos en cuanto a acabado.
La exquisitez de las ilustraciones que, preciosistas e interesantes, aúnan elegancia e imaginación a la perfección para firmar un conjunto realmente impresionante que se vale de múltiples metáforas y alusiones para sumergir a los participantes más si cabe en la temática.
La restricción que supone incluir solo un idioma para el resto de parlantes idiomáticos (evidentemente se trata de una obra independiente que conlleva una tirada muy limitada), pues dilapida cualquier intento de oportunidad que los menos dados decidan brindar.
La retahíla agradecimientos a aquellos que hicieron posible la fructificación de la idea puede resultar algo tediosa para quienes no forman parte de dicha lista (abarca una cuarta parte del total de las instrucciones), si bien resulta algo merecido y esencial al ser la clave.
El tardío descubrimiento de Cementerio de noticias del trabajo cuando se lanzó como proyecto en Verkami, implicando ello una pérdida de apoyo más que merecida que, por otro lado, llega ahora gracias al propio autor al brindar a esta humilde página un ejemplar del mismo.
Puntuación global
Arte Diversión Jugabilidad Originalidad
Daniel Espinosa