En septiembre del pasado año se habilitó una campaña de micromezenazgo en la popular plataforma Verkami con un original e interesante trasfondo con la época medieval como eje central, propuesta que obviamente el equipo de Cementerio de Noticias divulgó cuanto pudo consciente de su enorme valía; la misma finalizó con un montante recaudativo de más de seis mil euros (cabe recordar que el objetivo inicial era de algo menos de mil ochocientos) merced al apoyo de ciento trece aportaciones, consumándose en el presente al ver la luz físicamente tras una ligera e irremediable demora de producción (la índole independiente la suele acentuar) en relación al tiempo estimado.
El resultado de tan celebrado crowfunding, vocablo preciso para definir la vía de financiación que se plasma explícitamente en el lomo de una robusta caja (las dimensiones de diecinueve centímetros de largo, por doce de ancho y cuatro de grueso redondeando al alza permiten transportarla ocupando poco espacio) con una infinidad de detalles, es sencillamente espectacular; estos abarcan gloriosos matices exteriores (con sendas franjas en los laterales de la portada que simulan el clásico trenzado) e interiores (con una cuna dividida en tres segmentos para almacenar los componentes fantásticamente customizada), provocando que la inmersión sea maravillosa desde el segundo cero.
Los materiales son 131 cartas (de variopintas características e incidentes según su afectación directa), 45 monedas (de apuestas e indicadoras de ciertas posibilidades estratégicas), 7 tablillas (de jugador e inconsistentes adoptando una postura objetiva atendiendo a la relevancia que albergan) y 1 manual (de reglas e intrínsecamente en castellano aunque disponible también tanto en catalán como en gallego e inglés con su descarga virtual a través del código bidi incluido); además, existen premios opcionales diseñados exclusivamente para mecenas (marcados con una pluma), debiendo substituirlos (en caso de poseerlos) por sus análogos para mantener el ajuste de proporción.
De tres a siete personas (la dinámica justifica el rango al darse el duelo compitiendo en la tríada de modalidades conclusivas) de diez años en adelante se enfrentarán durante media hora de auténtico entretenimiento neuronal (planificar minuciosamente cada movimiento será clave); intervenir propiciamente usando con sabiduría los efectos únicos de los naipes (armaduras, ballestas, carcajs, diezmos, escudos, festejos, guanteletes, herreras, impuestos, ladrones, órdenes, pícaros, pociones, purgas, sillas o torneos) para defender la casa abanderada (Astas verdes, Cuervo negro, Luna de plata, Puño de bronce, Rosa roja, Salamandras moradas o Sol dorado) es esencial para coronarse.
Como principal aspecto negativo cabe citar la dificultosa extracción de las piezas (básicamente las que simbolizan el capital) al destroquelarlas porque los moldes (fabricados en cartón de bastante calidad) no delimitan dicho proceso restando en imperfectas condiciones al adherirse impurezas y la escasez de ejemplos visuales en las instrucciones (la asimilación de algunas consignas se antojan no complicadas pero sí exigentes en cuanto a rigurosidad se refiere pese a que se solventan las dudas comunes en una sección concreta); por lo que respecta al conjunto, las impresiones suscitadas son excelentes, con el amplio abanico de conceptos e ítems que se acaban de señalar.
En general, el primer título de Rial Games luce espléndido, tratándose de una extraordinaria edición digna de presidir cualquier ludoteca que se precie cuya estética se distancia de las habituales para posicionarse en un plano e imaginativo que hará las delicias especialmente (no únicamente) de aquellos que sientan predilección por el mencionado período histórico al que obedece; así pues, la idea de Iván Rial (flamante autor) encuentra en las ilustraciones de Paula del Río (talentosa artista) el mejor sustento concebible, casando ambos apartados para patentar un trabajo que nada tiene que envidiar a otros de repercusión mundial al gozar de más medios para comercializarse.