“El santuario de la mariposa”, de Leonardo Jiménez
Leonardo Jiménez regresa al panorama literario con su trabajo más maduro (adjetivo sito en la contracubierta) hasta la fecha tras la espléndida antología “La caja oculta” (así como los maravillosos libros “Proyecto unicornia” y “Somos nosotros”) en el que confluyen cuatro historias entrelazadas por un hilo conductor claramente identificable; en los párrafos siguientes se procederá al análisis de ellas presentándolas escuetamente (extenderse sería un error al revelarse entonces demasiados detalles) junto a las ideas subjetivamente suscitadas para demostrar cuán rica en matices resulta, intercalándolas con imágenes (se observan óptimamente en las dimensiones originales al descargarlas al móvil u ordenador) del formato tangible (cuyo precio es de diecisiete euros en tapa dura, doce en blanda o gratuito en digital disponiendo de Kindle unlimited) para denotar la concienciación global.
Después de unos conmovedores agradecimientos (dedicado a mi hija, primos y sobrinos por colmarme de felicidad que se incrementan ostensiblemente en el último folio habilitado para ello), un anexo con los personajes (un conciso e inusual dramatis personae a modo de glosario sumamente útil para ubicarse con los nombres plasmados) y un metafórico prólogo (a cargo de Sebastián Sancho como antesala de las intenciones venideras con la dilapidaria frase no es la libertad sino su búsqueda lo que nos hace verdaderamente libres) comienza la trama propiamente dicha; simbolismos como el del cine (vincular las filas con la postura en la vida al afrontar situaciones con atrevimiento o cautela es una majestuosa ocurrencia) justifican su viable traslación a la gran pantalla como guión de un metraje o a la pequeña como episodios de una serie televisiva con apenas ciertas modificaciones.
El tercio de docena (cabe fomentar la educación mental sin dilaciones) de relatos empieza con escasa diferencia espacio-temporal (el veintisiete, el dieciocho, el veintitrés y el primero otra vez ochenta minutos más tarde respectivamente todos del mes de octubre del presente año) para formalizar su conexión, aumentando el reconcomio de pertenencia el afán por aludir conceptos habitualmente empleados; (1) el asesinato de un proxeneta (una justicia divina o terrenal) en defensa de las sufridas prostitutas que hasta ese momento le habían padecido como maltratador conlleva la implicación de un agente de la ley (2) el hambre voraz de un escritor fantasma (figura que muchos desconocerán previamente) forzado a adaptarse (en parte dejar de ser él) para subsistir en un cruento mundo deriva en un sentimiento de culpa que evoca a traumas infantiles ocultando su recelosa desidia.
(3) La superficialidad física de una chica con amnesia contrasta con la embriagadora naturaleza que la rodea cual terapia complementaria a la danza evidenciando que la intuición se confunde con el temor al afrontar retos suscitando nostalgia e ilusión amorosa (o bien expresado la fase preliminar de flirteo mutuo) casando sin fisura alguna, concibiendo las falsas apariencias como mayúsculas lacras sociales; (4) el abuso de autoridad (con métodos expeditivos) en un caso de secuestro de niñas (que se especifique el género obviamente un por qué) acapara los pensamientos de un sargento de policía de homicidios que sostiene que las coincidencias no tienen cabida por razones racionales; la sensación al acabar las aventuras (por tildar genéricamente los textos) es la de haber experimentado un viaje al epicentro de la gnosis, sintiendo utópico e insondable su alcance real.
Con una portada que despierta deliberada e inmediatamente reminiscencias a la célebre película “El silencio de los corderos” la obra solicita (por no sentenciar que lo exige) varias lecturas para captar la enorme cantidad de matices de alberga (la apertura de mente es clave para añadir impresiones en lugar de repetirlas) antojándose a la postre una master class de incalculable valor, combinándose certera e inteligentemente la narración clásica (absorbiendo los cinco sentidos de principio a fin con palabras de múltiples significados) con la dialéctica (el intercambio de pareceres mediante conversaciones entre los protagonistas dota a la ocasión de excelsa profundidad); la envidiable prosa que prima encandila sin remedio (pese a su parcial brutalidad se percibe idónea en relación a lo transmitido), con una singular forma de explicar los acontecimientos que vuelve a sorprender muy gratamente.
Se trata de una novela negra (con todos los elementos del género) que trasciende la mera publicación comercial, proporcionando las herramientas precisas para evolucionar a lo largo de casi doscientas páginas (divididas en veintiocho capítulos cronológicamente separados por breves lagunas temporales) que acredita (con contundentes e imaginativos argumentos) cuán importante o efímera es la existencia humana de un instante a otro; los temas tratados son de rigurosa actualidad (de hecho la mayoría lo serán siempre) desde un prisma no apto para todos los públicos, pues más allá del contenido (el lenguaje malsonante, la vertiente sexual y la violencia explícita se suceden) los saltos temporales individuales a ordenar para entenderse plenamente en conjunto complican su correcto seguimiento a menos que uno acepte (si es que alguien logra la quimera de abstenerse) implicarse.
Leo (abreviatura autoconsentida correspondiendo la cercanía del responsable al destinar a un servidor en el ejemplar facilitado la dedicatoria para mi colaborador y amigo... espero que disfrutes con la lectura de esta novela... un abrazo concluyéndola con su rúbrica) invita (casi obliga) a reflexionar sobre cuestiones aparentemente triviales pero tremendamente espirituales con sumo acierto, no limitándose a las clásicas interpretaciones populares sino generando controversia e incluso estupor; que nadie piense que restará exento de sentirse partícipe porque la ansiada empatía se consumará en el subconsciente hasta del más precavido e impasible sumiéndolo en una espiral de crecimiento personal, por lo que la recomendación de adquisición es universal pero especialmente para aquellos que necesiten conocerse aún mejor asumiendo que deberán ejercitar su cerebro en el proceso.
Daniel Espinosa, a fecha 24 de septiembre del 2023