“The sons of...”, de Joseba Plana
Antecedentes
Pese a que la intención del autor era (según sus propias palabras en un alarde de franqueza en pleno intercambio de correos electrónicos previo al pacto de la sinergia traído a colación aquí para ejemplificar su humildad) imprimir un único libro tuvo que optar por proceder a ello en tres partes por motivos económicos (pese a que así supone un mayor gasto al tener que hacerlo constar en el oportuno registro de la propiedad intelectual), cuyos reveladores títulos son “The sons of truth”, “The sons of lies” y “The sons of no one”; cada volumen está conectado con el resto para, entre todos, trazar una historia (en constante evolución) completa e indivisible, pese a que por separado se traducen en sendas aventuras próximas a una figurada realidad venidera que no dejará a nadie indiferente, mas quienes gusten de este género se deleitarán con tan gloriosa creación episódica de indiscutible atractivo.
La cuidada narrativa (casi) absenta de errores gramaticales (al tratarse de una autopublicación a través de un sello de índole independiente sí contiene algunos típicos de esta clase de procedencias) ve la luz bajo el sello de 13 Notas Ediciones, una entidad cultural sin ánimo de lucro que fomenta la inserción de escritores o artistas noveles haciendo el seguimiento desde la entrega del ensayo hasta llegar a imprenta (pasando por correctores de estilo), respetando a día de hoy la normativa impuesta por la pandemia que azota el territorio patrio; la experiencia previa en designios viene respaldada por compañeros que han dejado otros planes para comenzar el que ocupa, proviniendo el grueso de aportaciones de gente común de diferentes ámbitos donando cierto porcentaje de sus recaudaciones en la venta posterior a No limits, una asociación contra el cáncer infantil con sede catalana.
Joseba Plana es, según se le define en los ejemplares, “un neo-escritor o como a muchos de sus más cercanos lo tildan un derrocha-tintas..., Pablo Neruda le hizo prendarse de la lírica y sus letras, palabras, frases y sonetos se conjugan en eternas metamorfosis donde sale tal alquimia que la gente que lo lee no queda indiferente, sin objetivos ni metas, solo el disfrute de la métrica y la contundencia de sus mensajes”; se añade que “escribir es una liberación para él, sin filtros, sin subterfugios..., sus palabras siempre llegan al alma ya bien sea por el camino de lo oscuro por el camino de la claridad..., la incursión en el mundo de la prosa llegó a su vida en un momento difícil y lo usó como terapia e impulso para mantener su psique equilibrada”, en definitiva, todo un derroche de sinceridad e intimidad que prosigue a continuación ya que es (almenos a priori) sin duda provechoso el texto en cuestión.
La dilucidación se reanuda aseverando “seguidor de grandes escritores como Galeano, Benedetti, Goytisolo, Bucay, Hesse, Tomas, Lawrence, Wilde..., cantautores como Serrano, Sabina, Aute y Dylan entre otros..., los grupos punk-rock le apasionan con músicas y letras sociales reivindicativas..., en el rap también tiene como referentes a Violadores del verso en su conjunto pero en especial a Javier Ibarra más conocido por KASE.O, el mejor rapero español de la historia y uno de los más importantes en habla hispana..., con seis libros en su poder que nunca ha editado se decide a editar este, que es el séptimo, por la influencia de sus amigos y conocidos”; la razón de explayarse en ello (a pesar de recortar algunos fragmentos para no eternizarlo) no es otra que la de demostrar sin censura lo que el autor alberga en su interior ya que, autorizando a que así se plasme, es sinónimo de beneplácito explícito.
The sons of truth: Los hijos de la verdad (I)
La sinopsis versa “esta novela corta o noveleta entra en el mundo de la mitología nórdica interactuando de lleno en todo lo relativo a la religión, creencias, leyendas y costumbres de los pueblos escandinavos incluyendo aquellos que se asentaron en las antiguas Islandia, Britania, Galia e Hispania..., en un escenario futurista y cíclico donde humanos sin escrúpulos intentan dominar el mundo mediante la mala política y el poder..., los personajes (espías, moteros y personas corrientes) se verán sumergidos en miles de sucesos entre la verdad y la mentira”, una carta de presentación sumamente atractiva; a modo de dedicatoria se lee “...mirando hacia la Medina, con la Moral por las nubes, te dedico este libro..., sin ti, sin tu maltrato, este libro no hubiera existido..., siempre te estaré agradecido, larga y próspera vida bella...”, albergando dichas palabras un ápice de la personalidad de la novela.
Los capítulos son “la última misión” (1), “rodando libres por los nueve reinos” (2), “el regreso de Loke” (3), “amistad, confianza y cobijo” (4), “lealtad y honor” (5), “confraternización” (6), “esperanza” (7), “confesiones” (8), “un susurro” (9), “circunstanciadamente” (10), “incidente camino a La Grange” (11), “la casa de Mory” (12) y “a la caza de Balder” (13), rezumando de ellos evidentes nociones armamentísticas, culinarias, terapéuticas y sanitarias; además, “madre” sirve de antesala y, como colofón final, un recetario con ocho platos (ensaladas, sopas...), un diccionario con veintiuna definiciones (cerrilidad, ojiva...), agradecimientos (sin duda uno de los apartados de mayor importancia para el responsable), bibliografía (Enrique Os, Nina Olsson...) e “in memoriam” (poesía, fotografías...), antojándose un formidable (y tremendamente referencial) compendio de ocurrencias.
Las respectivas frases célebres que anteceden a cada sección pertenecen a Oscar Wilde (“si uno dice la verdad tarde o temprano será descubierto”), William Shakespeare (“antes que nada sé verídico contigo mismo y así tan cierto como la noche sigue al día hallarás que no puedes mentir a nadie”), William Blake (“estad siempre dispuestos a hablar con franqueza y evitaréis la compañía de los hombres ruines”), Thomas Mann (“con el tiempo es mejor una verdad dolorosa que una mentira inútil” y “la guerra es una huida cobarde de los problemas de la paz”), Confucio (“el que por la mañana ha conseguido conocer la verdad ya puede morir por la tarde”), Lord Byron (“es extraño pero es verdad porque la verdad es más extraña que una ficción”), Séneca (“el lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios”) y Theodor Heuss (“quien siempre dice la verdad puede permitirse tener mala memoria”).
Henry Thoreau (“antes que el amor y la gloria dadme la verdad”), Bertolt Brecht (“cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse tendrá que pasar al ataque”), André Gide (“cree a aquellos que buscan la verdad y duda de los que la han encontrado”) y Karl Marx (“la manera como se presentan las cosas no es la manera como son y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría”) completan el listado de principales alusiones; añadir que la cantidad de arsenal descrito con precisión de cirujano es inabarcable, los manjares se brindan con naturalidad, la sesión de fisioterapia es sencillamente magistral y los motes resultan desternillantes e ingeniosos (“diestro”, “forajido”, “grande”, “highlander”, “joioborrasho”, “loco”, “magnánimo”, “mantangorri”, “morena salerosa”, “oso”, “the big boss”, “todopoderoso”, “vikinga”...) no hace sino corroborar el soberano mérito del proyecto.
The sons of lies: Los hijos de la mentira (II)
La sinopsis versa “lo que pretendía ser una novela corta o noveleta y quedarse en una sola parte, por esto del mundo de la lectura y gracias a los lectores, puesto que seiscientos ejemplares de la primera parte han visto la luz, pasa a consolidarse como la novela más psicodélica en el mundo vikingo..., entra en el mundo de la mitología nórdica interactuando de lleno en todo lo relativo a la religión, creencias, leyendas y costumbres de los pueblos escandinavos..., en un futuro incierto no sabemos si Wallace, secuestrado por Loke, vivirá o morirá y si podrá ir finalmente al Valhalla..., lo hermanos y compañeros de Wallace (espías, moteros y personas corrientes) se verán sumergidos en miles de sucesos entre la verdad y la mentira”; una extensa biografía, una poética dedicatoria y un sentido prólogo preceden a un tomo muy centrado en los orígenes más creativos de la humanidad.
Los capítulos son “la destrucción del mundo” (1), “la creación” (2), “días después del secuestro de Wallace” (3), “la casa de Mory” (4), “el retorno de Loke” (5), “recaudación para el rescate de Wallace” (6), “águila de sangre” (7), “operación Sleipnir” (8), “acordes prohibidos con gaitas prohibidas” (9), “viajes por el inframundo” (10), “Aved la leyenda” (11), “el mundo de los muertos” (12) y “premonición del Ragnarok” (13), a los que les sigue “diccionario” (con términos poco usuales que se definen escuetamente), “agradecimientos” (con una retahíla de personas e instituciones), “bibliografía” (con decenas de enlaces referenciales) e “in memorian” (con un sentido tributo a quienes ya no están físicamente); aunque se aprecian desvaríos varios que se alejan de la trama central amenizando (pero también desvirtuando) el alma de una saga sin comparativa posible, lo cierto es que el hilo es coherente.
A modo de síntesis (muy minimalista e insuficiente), tras estallar la tercera guerra mundial propiciada por el fundamentalismo islámico más retrógrado e instaurarse los nueve reinos (Alfheim, Asgard, Helheim, Jotunheim, Midgard, Muspellheim, Niflheim, Svartalfheim y Vanaheim), una vil traición (fruto de una tóxica relación íntima), una hermandad de regiones (cuyos clanes unificados son poco menos que invencibles) y un concierto musical (para alcanzar el montante solicitado para un rescate que se antoja inverosímil) sirven de telón de fondo de la entrega situada (en el plano narrativo) en el epicentro de la franquicia; para más inri, el tomo concluye con un presagio que ya se vaticina puede cambiar aplicándose el denominado “efecto mariposa” (la noción de la sensibilidad a las condiciones iniciales de la teoría del caos basada en un proverbio chino que apareja la acción con la reacción).
Proverbios vikingos (“un cobarde piensa que vivirá para siempre si evita a sus enemigos pero ningún hombre escapa a la vejez”, “la mejor carga que puede llevar un hombre es demasiado sentido común”, “el hombre sensato no presume de sabio”, “sobre inteligencia ningún hombre debe presumir”, “antes de entrar en un lugar fíjate por dónde se puede salir”) se fusionan con pensamientos de Sun Tzu (“ten a tus amigos cerca pero más cerca a tus enemigos”), Maximilien Robespierre (“la muerte es el comienzo de la inmortalidad”), Pascal Mercier (“la lealtad es una resolución del alma”), Aved Nrob (“todo en su modo y lugar llega a su debido tiempo”) fantásticamente; numerosas leyendas (como la de Kilkenny trazando un símil con un águila y un halcón para aconsejar que “si queréis que el amor entre vosotros sea duradero volad juntos pero jamás atados”) se abordan en el resto de páginas.
“The sons of no one: Los hijos de nadie” (III)
La sinopsis versa “consolidada como la novela más psicodélica en el mundo actual, en la tercera parte de la trilogía siguen las guerras de poder en el mundo de la mitología nórdica interactuando de lleno con la religión, creencias, leyendas y costumbres de los pueblos escandinavos..., en un futuro incierto, no sabemos si nuestros protagonistas serán capaces de salvarse de la premonición de Aved..., los hermanos y compañeros de Wallace (espías, moteros y personas corrientes) se verán envueltos en miles de sucesos entre la verdad, la mentira y la nada”; he aquí la esperada conclusión de una saga que ha cosechado tantos adeptos como detractores, los primeros por apreciar la valentía de patentar un producto tan controvertido y los segundos por ser incapaces se abrir sus mentes tanto como la ocasión requiere, no conviniendo en ningún caso (pre)juzgar ya que cada cual tiene libertad.
Los capítulos son “las historias de los abuelos de los hijos de la verdad” (una especie de antesala subdividida en catorce relatos), “la historia de la abuela del Highlander” (1), “tránsito” (2), “día a día en el Valhalla” (3), ·el legado de Wallace” (4), “infiltrados” (5), “la verdad de las mentiras” (6), “en la casa de Mory” (7), “¿¿¿???” (8), “conquistas ancestrales” (9), “el crepúsculo de los dioses” (10) y “todo vuelve a empezar” (11); además, la dedicatoria, el prólogo, el diccionario, los agradecimientos, la bibliografía y el “in memoriam” sirven de sustento segmentario de una aventura en la que la invocación de unas deidades que habitan en las corrientes fluviales derivan en el tránsito al panteón de los elegidos al que solo pueden acceder aquellos guerreros dignos que perecieron en combate con la espada en la mano y... hasta aquí se puede contar sin desvelar lo esencial aunque tal vez ya se haya hecho parcialmente.
La apertura se compone de extractos de melodías (que se plasmen en inglés dificulta su comprensión para el público menos erudito en vertientes lingüísticas) que abundan en demasía (se contabilizan un total de cuarenta y cinco como si de un concierto se tratase), algo sin duda curioso que se acompaña de frases como “todos los actos tienen su repercusión”, “no cuenta la meta sino el recorrido”, “todo es política en lo cotidiano” y “las almas afines siempre se encuentran”; un sinfín de anécdotas e informaciones documentadas, e incluso un minijuego en el que se deben descubrir tres localizaciones a partir de ciertas señas, formalizan un volumen muy atrevido en el que se compara Hitler con Thor asegurando que son auténticos psicópatas, se tilda la figura del Ché Guevara como sádica y se asevera que Odín fue el precursor de la violencia de género sin ningún tipo de pudor pero sí argumentaciones.
Las ochenta y nueve hojas (a doble cara) de este tomo que supone el punto (solo el tiempo dictará sentencia si es final o aparte) albergan una retahíla de ideas “completamente descarnadas mostrando su sencillez sin alambicamientos ni complicaciones muchas veces impostadas por multitud de interrogantes condicionales” (trayendo a colación dicha frase de manera explícita) que rezuma nostalgia e inconformismo, siendo los mejores adjetivos aplicables los de “excesivo” e “inconexo” de excéntrico e independiente que resulta respecto a los otros; como claro e inmediato homenaje a la editorial bajo la cual ve la luz la trilogía, se ha urdido el presente artículo de forma que, cada párrafo, está compuesto por exactamente trece líneas (si se visualiza en el explorador y el formato adecuados), amén de portar con orgullo la mascarilla exclusiva proporcionada de la campaña.
Valoraciones
En el prólogo ya se vislumbra el carácter reflexivo de una propuesta alejada de clasicismos, con una parábola de origen judío (cuya síntesis sería “todos somos dueños de la verdad aunque estemos equivocados”) y una majestuosa deliberación (“es en la esencia del ser donde realmente está todo el contenido del individuo pero ahí también se encuentran las penumbras lóbregas donde mantenemos oculto todo lo que consideramos rechazable”) sobre las que pivotan en gran medida las cuestiones e ideas expuestas; a lo largo de las emocionantes páginas que abarca la odisea, repletas de estampas (las tonalidades blanquinegras las dota de una aura especial que de ninguna otra manera se lograría) e ilustraciones (algunas profesionales y otras minimalistas que reflejan las pasiones e inquietudes del artífice), el asombro no hace sino crecer hasta acabar maravillando sin remedio.
Ácidas (por no sentenciar radicales e incendiarias entorno a una dictadura tan obvia como encubierta) críticas hacia un país que “ha sido, es y si no ponemos tierra de por medio será, maltratado sistemáticamente por un fascistas que llevan la represión en sus genes” (trayendo a colación citas tan concienciadoras como “sabemos que el comunismo es mentira porque el fascismo es muy real” e independentistas como “nosotros tenemos el mejor pan”) van sucediéndose junto a viajes espaciotemporales en los que tienen cabida incluso encuentros furtivos (no con lascivia sino con veneración); el grado de descripción es tal que uno se transporta sin percatarse a la acción de una forma de vida en la que la nobleza prima en detrimento del abanico de actitudes que se pueda concebir, y es que “la sangre nos hace parientes pero la lealtad nos convierte en familia”.
No sería justo desvelar nada más en aras de mantener intacto el factor sorpresa que posee un guión digno de trasladarse a una reivindicativa superproducción cinematográfica (el argumento de cuán provechosa sería una aparentemente quimérica fluidez académica y emocional es sensacional), solo que junto a sacrificios posteriores a una planificación táctica de un ataque relámpago se plasman con rotundidad jerarquías de clubs de subculturas, anarquismos subyacentes en una dualidad de roles sociales, imponentes corceles de hierro y enigmáticos mensajes debidamente encriptados; si se tuviera que definir el trabajo con dos adjetivos serían “rudo” y “sentimental”, casando a la perfección ambos con un consejo que prima por encima del resto que reza en determinado letrero, “verdad o silencio”, es decir, (co)existiendo con sinceridad y, sobre todo, sin engañar al prójimo pues es improcedente.
El objetivo primordial de la crónica es dar visibilidad al micromecenazgo para que se financie la conclusión de la trilogía, pudiendo acceder al mismo desde el último apartado destinado a los vínculos de interés y más concretamente en el concerniente enlace al Verkami, habiéndose habilitado para convertirse en patrocinador niveles de aportación de 10€ (mascarilla), 11€ (camiseta), 13€ (libro a elegir), 38€ (lote completo de cualquiera de las partes con punto exclusivo) y 85€ (todo lo señalado anteriormente); el hecho de destacar el proyecto como canal autorizado en la popular plataforma ha sido un verdadero placer para el equipo de Cementerio de Noticias, y es que mediante la dedicación e implicación del fundador y webmaster se ha gozado cada letra en su totalidad (o casi, ya que particularmente la temática política no supone ningún atractivo), deseando una muy exitosa carrera a Joseba Plana.
Vínculos
Campaña: https://www.verkami.com/projects/TheSonsOfTruthParte3
Facebook: https://m.facebook.com/trecenotas.ediciones
Nolimits: https://www.nolimitscontraelcancer.com
Web: https://trecenotasediciones.blogspot.com
Daniel Espinosa, a fecha 26 de diciembre del 2020