“#Dead 7”, de Anabel Botella (Algar Editorial)
La sinopsis empieza (se omitirá íntegramente para evitar revelar datos de interés tempranamente) “un concurso con 1.777.777€ de premio... una cárcel abandonada en las afueras de la ciudad... siete participantes dispuestos a todo... una mente enloquecida y cinco días para ganar o morir”; para llevar a cabo la presente reseña se ha decidido resumir cada capítulo añadiendo ciertas consideraciones subjetivas (en especial en cuanto a adjetivos se refiere), resultando pues un análisis algo prolongado pero sin duda necesario (y sobre todo justo) a tenor de las circunstancias, dedicando los últimos párrafos a conclusiones varias desde (cómo no) la más absoluta admiración por el trabajo realizado.
Tras el prólogo de Sergio Rodríguez en el que se advierte que la trama pivota sobre un reto alejado de todo esquema (pese a que las reminiscencias a Gran Hermano son evidentes) en el que el vértigo será una sensación constante con situaciones límite con la consigna de oro de no fiarse de nadie, da comienzo la retahíla de secciones; (1) una serie de provocativos mensajes (repletos de celos e indirectas) se combina con una presentación de los personajes cuanto menos curiosa a través de los nicks sus perfiles sociales, (2) la profundidad de las letras de hits musicales (“los sueños en los que he muerto son los mejores que he tenido”) da pie a una noticia recibida con insolencia...
...(3) la declinación de una oferta casi irrechazable (desde la perspectiva de quienes se ven implicados) en pro del afecto al prójimo cautiva sentimentalmente, (4) unas vacaciones paterno filiales (impostadas para beneficio mutuo) de ven frustradas por mera rebeldía, (5) una dramática marcha de cuatro días (sin otro cometido que descansar de la rutina) deja entrever un amago de superación personal, (6) una celebración (o más bien consumación) de tres meses de relación se trunca en el picadero aunque el sofoco carnal continúe en auge, (7) el deseo de una pareja deriva en pasión (por tildarlo sutilmente) cuya excitación se torna inseguridad con un recordatorio...
...(8) la mejor medicina para levantar el ánimo (definición textual que se verbaliza) hace que el tiempo dependa de la felicidad pero una llamada a deshora obliga a visitar una aristocrática casa que propicia un accidente en sus aledaños con una caritativa acción previa a una maquiavélica argucia, (9) un cambio en las reglas junto a un esguince hace que un rescate se vuelva el inicio de una práctica remunerada con un suculento premio para el vencedor, (10) la inhibición de la señal de frecuencia (léase la cobertura de los móviles) es un mal presagio de que la diversión no será tal, (11) la conmoción suscitada por un fatídico suceso (el primero de muchos) despierta la suspicacia generalizada...
...(12) un siniestro regalo (técnicamente ocho) origina un caos en el que la casualidad suple al azar fomentando las discusiones, (13) un traslado en un vehículo de lujo (oséase una limusina) tras una amnesia transitoria acaba en un recinto penitenciario a modo de consensuado castigo, (14) las calamidades por ser la seleccionada del resto son bárbaras (cuánta cercanía desprenden) hasta el punto de comparecerse, (15) la melancolía vocal (con sedición por el sufrimiento no solo humano) se materializa en un desconcertante testimonio, (16) la fatiga acumulada en un minúsculo espacio (la claustrofobia es latente) no es equiparable a la expectación entre los patrocinadores...
...(17) un indómito espíritu ejerce de mitigador e instigador del dolor ante el estupor de su cómplice (la improvisada sublevación es de ambos) en una fuga que desemboca en otro encierro, (18) un tentador ofrecimiento vinculado a candados (la especie de híbrido hasta ahora observado entre la serie El internado con la tetralogía Los juegos del hambre deja paso a evocaciones de la saga Saw con tintes de escape room) pone de manifiesto las características del peligroso e impredecible reality show, (19) la esperanza de salir del tétrico emplazamiento (por denominar de alguna manera a una prisión inerme) se disipa con paradójicos acontecimientos e insoportable impotencia...
...(20) un aullido estentóreo interrumpe el recuento de disparos de bala (convendría revisar la capacidad máxima de un cargador porque los cálculos no se ajustan a ninguno legal) para mostrar un crítico panorama global que amenaza con destruir cualquier lazo con el pasado, (21) un desquiciante pensamiento sobre el sacrificio colectivo ante derrames (de agua u otros fluidos) obliga a reponer algo más que fuerzas, (22) la intimidad (ilusoria en una escenario tan extremo como el recogido) oculta una mentira que prontamente se desvela, (23) el olor a pólvora es el preludio de un acto en defensa propia (atendiendo al contexto debe denominarse así) para huir ante la oposición ajena...
...(24) unas mantas de lana son el cobijo idóneo para combatir las inclemencias temporales pese a que debajo haya una tabla mohosa (sirviendo de improvisada cama) que muestra una alianza cuanto menos sospechosa, (25) un abuso (por no sentenciar violación) justificado por machismo severo se trata con demasiada superficialidad, (26) un significativo flashback (tan típico en las cintas de suspense) enfatiza la manipulación a la que está siendo sometida determinada joven, (27) la furia incesante de quien jamás se ha sentido valorado sustenta un odio (figura de origami mediante) solo mínimamente atenuable con hacer frente al fin al maltrato padecido...
...(28) el acoso aumenta después de idealizar un amorío (de forma completamente enfermiza) reconvertido en apatía mutua, (29) el seguimiento de un plan militar (únicamente existente en la perturbada cabeza de un paranoico) comandando por un conocido desde la lejanía se escinde súbitamente, (30) el tema de la homosexualidad se alude (con excesiva trivialidad) en una grotesca e insana capilla en plena persecución; (31) en la oscuridad la tormenta es grata (cuanto menos para vislumbrar siluetas enemigas) pero la piromanía ilumina incluso lo no codiciado, (32) un atisbo de lucidez se intuye (con filosóficas divagaciones) cuando la muerte parece dictaminar un cruel destino...
...(33) una súplica implícita (disfrazada de metodología para conquistar) unida a un terrible descubrimiento de consanguineidad estremecen sin remedio, (34) el aludido experimento sobre genes malditos de hombres que eliminan a la escoria de la sociedad (extraña forma de explicar la convicción actitudinal de un demente) ocasiona tanto recelo como interés al aseverarse que poseen un talento natural, (35) la sombra del incesto (de nuevo otro contenido sumamente controvertido desarrollado prosaicamente) flirtea con sucumbir a las tinieblas en mitad de un espectáculo pirotécnico, (36) un mártir (requerido para que los demás permanezcan con vida) precipita la apoteósica batalla final en el patio.
Las cuantiosas referencias al mundo real (además de abreviaturas y faltas de ortografía propias de adolescentes como los que se relatan) contribuyen a la empatía e inmersión con actores (Christopher Lambert, Clancy Brown), androides (R2D2), aparatos (iPod, smartphone), armas (M4), arquitectos (Ludwig Mies), artistas (Andy Warhol), bailarines (Rudolf Nuréyev), bebidas (Dyc), buscadores (Google), cantantes (AC/DC, Bon Jovi, Carlos Tarque, Evanescence, Gary Jules, Hammerfall, Johann Pachelbel, Rebeca Jiménez, Ricky Martin, Ska-P, The doors, Tom Waits), compañías (Royal Ballet), consolas (Xbox), centros (Ikea), emisoras (40 principales), escritores (José de Larra)...
...héroes (Batman, Superman), firmas (Carolina Herrera, Chanel, Louis Vuitton), melodías (Canon, Despertarme contigo, El niño soldado, Highway to hell, Last man standing, Lullaby, My inmortal, Over the rainbow, Sinfonía nº5, The end), novelas (Anna Karenina, El doncel de don Enrique el Doliente), parques (Disneyland París), redes (Twitter), revistas (Interviú), películas (Ciudadano X, Los inmortales, Romeo y Julieta), programas (Humor amarillo), psicópatas (Andréi Chikatilo, Charles Manson, Jack Kevorkian, Josef Mengele, Ted Bundy) y vehículos (Hummer); el enésimo impacto reside en un epílogo que aguarda un amargo regreso que produce escalofríos.
Con la dedicatoria múltiple de apertura (“a Francesc porque fuiste mi guía con las primeras palabras de esta novela... a Juanjo porque veinte años junto a ti se me han pasado como un suspiro... a Ian porque un día muy cercano puedas interpretar algún personaje de mis novelas”) y la numerosa lista de agradecimientos de cierre (...“y por último a ti lector porque crees en la magia de las palabras”) la responsable reafirma su eterna sinceridad, mereciendo todo elogio posible por ella; por el contrario, que el índice conste al término de la historia resta algo de formalismo a la composición de esta, dificultando la inmediata orientación de dónde se ha hecho la anterior pausa al retomar la obra.
Así, Anabel Botella (la autora del libro que ocupa popular gracias a su blog “La ventana de los libros” donde comparte sus gustos literarios) se vale de una joven (de dieseis años) aspirante a profesional de la danza (ambición explícitamente confesada) sietemesina, de metro sesenta, labios carnosos, ojos azules y melena rizada (descripción física proporcionada por ella misma) que se mudó de Madrid a “Siberia” (Alcor de los Pinos) tras la separación de sus padres (una familia desestructurada como tantas) para brindar una lectura arriesgada e imaginativa; que nadie piense que restará exento de emocionarse porque el objetivo de activar de los cinco sentidos se logra con creces.
Si bien es cierto que la vertiente romántica no encandila (al menos bajo el prisma de un servidor que aprecia más otro tipo de plasmación del género) no lo es menos que la recreación de la época contemporánea es magistral (la inclusión de pseudónimos como “BabyDoll”, “CisneBlanco” o “Tantsow16” es metódicamente brillante), antojándose un producto altamente recomendable en su conjunto; por todo lo expuesto, el título (perteneciente a la línea editorial Algar joven) alberga muchas virtudes y apenas fisuras, mas que el precio de venta oficial sea de once euros secunda definitivamente el consejo de adquirir un ejemplar ya que el éxito (entendido como gratificación) está asegurado.
Daniel Espinosa, a fecha 15 de agosto del 2022