Tras una exitosa campaña de mecenazgo en la popular plataforma Verkami en la que el proyecto (por aquel entonces no era más que eso) cosechó el objetivo propuesto (el mismo ascendía a mil euros) gracias a las aportaciones de numerosos patrocinadores (nada menos que treinta y seis) y otra clase de apoyos (como la de un servidor a través de esta página para difundirlo debidamente), La profecía de los sueños ve la luz bajo el siempre fiable sello editorial de Círculo rojo (su política es sumamente plausible al ceder la totalidad de los derechos al propio autor e imprimir los ejemplares libres de cloro en papel ecológico) para convertir una atrayente idea en merecida realidad tras una frustrante experiencia pasada con esta su ópera prima, El viaje del olvido; renombrándola y reeditándola, su primera aportación novelística no se circunscribe en lo mundano porque respeta una directrices según las cuales no cabe la menor duda de que la historia provocará sentimientos enfrentados en el público y, al mismo tiempo, se convertirá en una apasionante lectura que lo invite a reflexionar, analizándose minuciosamente estas y muchas otras cuestiones en el último apartado de la crónica que ocupa con argumentada subjetividad.
Introducción
La sinopsis empieza “Lucas es un periodista con una vida normal, monótona y aburrida en Madrid, excepto por los extraños sueños que siempre tiene cuando se va a dormir..., a pesar de que todos le dicen que no tiene importancia, él está seguro de que no es así y deben de tener algún significado”, sigue “su entorno permanece tranquilo hasta que conoce a Samanta, una becaria de la revista en la que trabaja que le hará cuestionarse el mundo tan aparentemente perfecto en el que vive..., su aparición, sumada a una serie de inesperados acontecimientos, le harán armarse de valor para responder de una vez por todas a las preguntas que siempre se ha hecho” y concluye “cansado de huir de sí mismo, decide hacer un viaje para descubrir el origen de sus pesadillas..., pero lo que no sabe es que en realidad él es solo una pieza de un gran puzle y mientras unos intentarán que abra los ojos otros harán lo imposible para que permanezca ajeno a su verdadero destino”; en efecto, el hilo argumental se antoja un tanto redundante en relación a otros libros del mercado pero deriva hacia horizontes mucho más inusuales, hallando en ellos una singularidad que muchos deleitarán al traducirse en un gran ejercicio introspectivo.
Responsable
La mente pensante (y mano ejecutora) no es otra que la de Raúl Asensio, un cartaginés de veintiséis años a quien su pasión por escribir le hizo irse a tierras sevillanas a estudiar periodismo y, tras graduarse, decidió ser azafato de vuelo para viajar por el mundo, habiéndole servido el hecho de estar en países socioculturalmente diferentes de inspiración para escribir el presente trabajo; el mismo da inicio con una dedicatoria personal (“gracias por ayudarme durante mi campaña de crowfunding Daniel..., que me hayas apoyado en mis inicios como escritor siempre lo recordaré..., espero que disfrutes con esta épica aventura tanto como lo he hecho yo escribiéndola..., aguardo a tu reseña y saber tu opinión”) y unos emotivos agradecimientos (“a mi padre, por llenarme la cabeza de ideas, sueños y magia..., y a mi madre, por no cortarme nunca las alas y haberme dejado volar tan alto como he querido”), citándose explícitamente para ejemplificar la entrega y humildad, aunando profesionalidad y familiaridad, de alguien tan prolífico como válido que, para la ocasión, ha optado por ceñirse a unas curiosas premisas (tal vez la más llamativa sea la extensa subdivisión de capítulos) con las que se siente, sin duda, identificado.
Síntesis
Capítulos de I a V
Confusión e idealismo...: la presentación de un redactor en busca de la verdad informativa aparentemente feliz con su salvadora rutina sin otra aspiración que mantener su presunta estabilidad emocional a pesar de las pesadillas que le asedian (en ellas se aleja de su cómoda posición de mero espectador en la vida para adentrarse en realidades alternativas con explicaciones todavía por desvelar) despierta sincera empatía, más el hecho de optar por un cometido nivel descriptivo (sin saturar con detalles menores e inútiles) logra, sin concesiones, que la figurable traición que sufre se sienta propia; no todo es lo que parece...
Capítulos de VI a X
Inspiración e intrusismo: el arrepentimiento no tiene cabida cuando uno se percata de cuán beneficioso puede ser un cambio tan radical como el plasmado (aunque este no sea deseado) y, aunque el juego de luces y sombras al que se recurre a través de las visitas (por tildar de alguna manera el acto) a cierto mundo onírico habitado por seres antropomorfos (su repulsión rezuma de cada palabra) que sirve de telón de fondo se antoja algo abrupto al acontecer sin dilaciones ni transiciones, genera tal expectación por saber qué ocurrirá a seguidamente que se (auto)justifica; no se puede escapar del destino...
Capítulos de XI a XV
Frustración e inconformismo: la evidencia de que lo que para uno puede ser un simple desliz para otro tal vez sea algo dilapidario (al considerarlo una burda excusa ante el dolor de una decisión egoísta) que dinamite su paciencia para liberarse de las ataduras que le impiden avanzar se recoge magistralmente, si bien el triángulo (de hecho casi cuadrado al apreciarse un cuarto componente en la ecuación) amoroso se distorsiona al compaginar su relato con metafóricos símiles (el conductual con un iceberg es sublime) e inéditos conceptos (como los siete eones); no puedo empezar otra etapa nueva sin entender esta...
Capítulos de XVI a XX
Corrupción e inoportunismo; la combinación de problemáticas terrenales (la figura de los milicianos rebeldes controlando a su antojo el tráfico del denominado mineral de sangre por su sacrificada obtención impacta) y existenciales (el episodio de la prisión acuática agobia como se pretende) con datos históricos contrastables (lo cual dota de credibilidad la narrativa) de tan selvático e inhóspito paraje en el que transcurre la acción (el territorio africano) gratifica, resultando algo triviales el resto de ideologías (como la referente a las clases sociales); siempre que recordamos el pasado parece un lugar mejor...
Capítulos de XXI a XXV
Cohesión y animismo; el segmento se centra en la revelación del Códice, un grupo cuyos integrantes son de lo más variopinto (se exponen las respectivas peculiaridades de cada uno de un modo liviano para no restar un ápice de interés a lo que subyace tras tan dispar tropa, la búsqueda del propósito vital de quien posee un don sin vislumbrar aún si se trata de una bendición o una maldición) pese a compartir objetivo último guiados por su mesías (la función del teatro ígneo estimula los cinco sentidos); ¿tiene sentido volcar una vida completa en algo que posiblemente nunca se vaya a hacer realidad?...
Capítulos de XXVI a XXX
Conexión y epicismo; la esperada confluencia de los dos cosmos apasiona hasta límites insospechados pese a que se aluden demasiadas subtemáticas en tan poca extensión (se abarcan desde experimentos hasta secuestros pasando por posesiones y otras elucubraciones igualmente complicadas de digerir) y, mientras que en uno la rebeldía desemboca en una fatal pérdida de tótems (las llaves para transitar entre ambos), en el otro la indefensión deja paso a una masacre (con un cruel asesinato que hiela el corazón hasta del más impasible); para conseguir lo que queremos se requieren sacrificios...
Capítulos de XXXI a XXV
Reclusión y derrotismo; la feroz (y precisa) crítica a la sociedad actual en la que impera la tecnología (en especial las videoconsolas, esos aparatos que absorben hasta inhabilitar mentalmente a quienes los frecuentan) en detrimento de las relaciones físicas se percibe cuidada (y necesaria), enfatizándose tanto en determinada agencia de superdotados confinada (como precisamente tuvo que hacer el mundo entero) en el subsuelo mientras en la superficie se fragua un incierto futuro a raíz de reiterados conflictos que desilusiona; a veces se nos olvida que quizás no hay que buscar las cosas pues ya las tenemos...
Capítulos de XXVI a XL
Manipulación y secretismo; la alusión expresa a las creencias celtas es demasiado fugaz para la profundidad que albergan (la filosofía que abanderan debieran servir de ejemplo a seguir para cualquiera) pero, pese a ello, esta división ofrece multitud de novedades entre las que destacan la estrategia que emula a la del caballo de Troya, la retrospección sobre cuán provechoso es rodearse de semejantes para superar un doloroso luto y el enésimo abandono que propicia una adrenalítica e intensa persecución por las calles escocesas; a veces es mejor dejar a las personas ir que aferrarnos a un presente sin futuro...
Capítulos de XLI a XLV
Exaltación y pesimismo; la vorágine de sucesos sigue incesante hacia la culminación del rito milenario sobre el que pivota todo cuanto sucede (en este tramo la redundancia en cuanto a discusiones se refiere es notable en aras de subrayar la crisis que los personajes principales están sufriendo), tornándose la trama sorprendentemente turbia (hasta ahora el sendero recorrido no contemplaba un panorama tan desolador como el vigente ni mucho menos), así como exhibiéndose un triángulo amoroso de cuestionable consistencia (es tan asumible como omisible); por alguna razón desterramos lo malo y nos quedamos con lo bueno...
Capítulos de XLVI a L
Resignación y nerviosismo; el danzatorio acorralamiento de los monstruos voladores del averno transmite la desesperación espléndidamente (más de uno necesitará hidratarse para sofocar su malestar ante tan adversa e insostenible situación), mas la amenaza de alterarse el equilibrio natural (desde una vertiente mística al prescindir, para beneplácito de la inmensa mayoría de consumidores, del tono macabro atisbado en la anterior sección) está más latente que nunca intuyéndose pretenciosos intereses (ya no tan) ocultos; si quieres tener un buen jardín debes arrancar las malas hierbas y regar las plantas...
Capítulos de LI a LV
Confrontación y dramatismo; el escenario de esta fracción (un emplazamiento ubicado bajo una célebre construcción fortificada) es tan excitante como el discurso que profiere aquel que salvaguarda su rostro tras una máscara blanca que simula una cara sonriente (para nada es un simple objeto estético) para concienciarse de las consecuencias de una militar e intransigente educación (la aproximación a ella es breve y certera), resumiéndose en pocas líneas los dilemas expuestos hasta el momento para simplificar mucho su arduo entendimiento; nadie puede escapar eternamente de sí mismo...
Capítulos de LVI a LX
Atracción y hermetismo; la serie de reencuentros (con sustanciosas declaraciones que sirven para atar cabos de lazos familiares insinuados pero todavía no confirmados) y sentimientos (algunos tan tórridos que derivan en la consumación de los deseos más primarios de una pareja cual poema erótico sin rima ni orden sin descuidarse, no obstante, la delicadeza y la elegancia que tanto caracterizan a la novela) que tiene lugar conmociona sin remedio, entreviéndose un contundente (y en gran medida anfibológico y surrealista) desenlace a la altura de las circunstancias; la soledad es el camino de la derrota...
Capítulos de LXI a LXV
Obstinación y ostracismo; la simbología empleada suscita reminiscencias a clásicos del celuloide como “El show de Thruman” y mitos literarios como “El fantasma de la ópera”, mas la extracción de cierta sustancia corporal para un designio de dudosa moralidad casa perfectamente con una drástica liberación súbita, mostrándose ambas sin demora ni miramientos para sentenciar e impresionar sobremanera (la crudeza es tal que más de uno derramará una lágrima por su rostro con tan solo imaginar el proceso de asunción de una tragedia idéntica o similar); cuando no entendemos algo necesitamos buscar culpables...
Capítulos de LXVI a LXX
Meditación y altruismo; la retahíla de trances interiores de quienes habían acabado en cárceles en las que se encerraron ellos mismos (la psicología inversa para purgar sus concernientes pecados sustenta que hay que aprender a aceptar el pasado y, por consiguiente, las contradicciones padecidas de cada cual, como un hecho innato en la propia subsistencia que implica, asimismo, aprovechar la pertenencia a una colectividad que suele ofrecer segundas oportunidades por inercia) se refleja en un espejo cuya coloración (léase efectividad) varía según el prisma con el que se mire; la felicidad no existe si no se comparte...
Capítulos de LXXI a LXXIV
Concatenación y escepticismo; el desdichado final que el oráculo (por tildar de alguna manera a la maquiavélica energía que utiliza a los humanos como si fueran títeres a su merced cautivándolos por su mezquino ensimismamiento) depara al protagonista debe concebirse como una esperanzadora invitación a no disimular nunca los reconcomios internos, extendiendo el lema a los héroes (no dejan de serlo) en un perpetuo bucle de reconocibles y tormentosas evocaciones para no intentar eludirlos sino afrontarlos y purificar así sus almas; acercarse a lo desconocido es un gran peligro con resultado incierto...
Capítulos de LXXV a LXXVIII
Sensibilización y comensalismo; la emotiva reunión en la que propios y extraños (incluso mártires ávidos de demostrar su afecto), tras asimilar las fuerzas que hospedaban (atendiendo a una disposición estrictamente alfabética comprendían agua, arena, fuego, hielo, luz, naturaleza, rayo, oscuridad, tiempo y viento), exteriorizan sus inquietudes cual momentánea despedida (augurar una presunta secuela no se antoja una conjetura descabellada al ser igual de interesante e imprescindible que la que ocupa a tenor de lo recopilado en esta) satisface plenamente; las reglas fueron impuestas por algo...
Conclusiones póstumas
Sintetización y eufuismo; la recapitulación conjunta que emana de la parcelación de la aventura se puede compendiar en un adjetivo, fascinante, y, aunque el autor haya asegurado en una reciente entrevista concedida a la emisora murciana Cadena Ser que la obra no es autobiográfica, al menos en cuanto al ámbito laboral se refiere sí se divisa algo parecido, no tanto por urdir la misma durante la suspensión temporal de su contrato profesional como por hacerlo con una pasión que rezuma personalidad a cada palabra); hay que vivir al máximo por los que no están, nunca olvidarlos y llevarlos siempre en la memoria...