Lo mejor: el easter egg del primer capítulo (un código bidi redirigiendo a la página de la compañía desarrolladora) se antoja una licencia realmente plausible, siendo precisamente este el que más aterra por su tétrica atmósfera introduciendo una técnica experimental basada en un casco virtual dotado de extraordinarios avances científicos que despierta inmenso interés; la posibilidad de repetir casos (en ellos se divide la historia para recomponerla extendiéndose más de lo que a priori se aprecia merced a dos sublimes e inesperados giros de guión abarcando cuantiosos géneros) en aras de completarlos aumenta la longevidad, alcanzando ya de por sí las horas de duración una considerable cifra; la estética (aunando entornos puramente digitales en las fases finales con otros cercanos a la hiperrealidad en las que transcurren en el psiquiátrico) congratula sobremanera, ensalzando los gráficos sin gozar de un motor de última generación con una curiosa e impresionante combinación de survival horror (Condemned) con shooter (Crysis) con rompecabezas lógicos e investigación inmersiva plasmando con rigor las consecuencias de la ambición sin escrúpulos.
Lo peor: la sistemática de los diferentes atributos tecnológicos a emplear (desde luz ultravioleta hasta escáner digital pasando por engramas teletransportes mediante para reconstruir acontecimientos activándolos) complica su asimilación, si bien se intuye cuándo se requiere al vibrar entonces el mando o directamente indicarse en pantalla; el turbio trasfondo de la obra (conviene evitar profundizar al respecto para mantener intacto el factor sorpresa pero un secuestro que deriva en asesinato en un desolador panorama militar desde luego comporta políticamente incorrectas) conmueve pero también abruma, conteniendo ciertos detalles argumentales casi denunciables por su solemne explicitud; la cantidad de textos (la mayoría omisibles pero fundamentales para entender todo) desencantará a los menos propensos a leer, mas quien invierta tiempo en dicho proceso lo agradecerá al suponer uno de tantos alegatos positivistas a destacar en un intrincado e hilados entramado que invita a reflexionar sobre asuntos aparentemente triviales pero verdaderamente trascendentales cual redención de alguien que halló en las guerras su mayor estímulo.