Título original: Piranha 3D
Año: 2010
País: EEUU
Duración: 88 min.
Género:COmedia, Terror
Director: Alexandre Aja
Guión: Alexandre Aja, Josh Stolberg y Pete Goldfinger
Reparto: Eli Roth, Dina Meyer, Elisabeth Shue, Jerry O'Connell, Christopher Lloyd, Richard Dreyfuss, Ving Rhames y Adam Scott
Sinopsis
Tras una serie de temblores submarinos se han liberado unos peces prehistóricos que devoran hombres en el Lago Victoria conocidos como pirañas; allí, un grupo de personas deberá unir fuerzas para sobrevivir...
Crítica
El supuesto remake (digo supuesto porque nada tiene que ver con la original, obra de Joe Dante) no es más que un (muy buen) entretenimiento que se agradece en estos tiempos que corren, y no por ser nada del otro mundo, sino porque no hay complicaciones en la historia; se trata únicamente, sin tapujos, de una desenfadada cinta que logra plenamente lo que pretende, entretener mediante momentos de tensión y erotismo, los cuales se suceden entre las orgias de sangre que van derramando las pirañas, escenas crueles que no dejan lugar a la imaginación (para agrado del gran fan del gore) y exprimen por completo (y en toda su plenitud) las tres dimensiones en las que se presenta.
La historia comienza con la pequeña aparición del entrañable Richard Dreyfuss, un claro homenaje a la tan laureada Tiburón, que gracias a un magnífico Steven Spielberg consiguió ser la primera película de bichos marinos conocida en todo el mundo y abrió el camino al sinfín de posteriores cintas de esta temática; éste será el encargado de originar todo, ya que un descuido en su barca mientras estaba pescando hará que la botella de cerveza que llevaba caiga a las profundidades del lago, provocando una fuerte actividad sísmica que originará una falla por donde llegarán en breve los ansiosos invitados al nuevo Spring Break Festival.
Este Festival congrega a cientos de adolescentes, que acuden en aras de ver a las hermosas mujeres que acuden para, entre otras cosas, grabar películas; uno de los personajes famosos de este año será el director porno Derrik Jones, quien pretende lograr una producción realmente espectacular gracias a sus dos actrices (una de ellas encarnada por Kelly Brook) y a un chico que conoce por casualidad en la ciudad, Jake Forrester (Jerry O’Connell), que curiosamente se convertirá en el protagonista de la historia junto a su amiga Kelly (Jessica Szohr), que se embarcará en la aventura de la filmación presenciando el desmadre que tiene lugar detrás del tórrido universo del cine adulto.
La madre de Jake es la sheriff del lugar, a la que da vida Elisabeth Shue, y se encuentra investigando los alrededores del lago en el que se está efectuando el festival anual alarmada por los incidentes que se están produciendo; madre, hijo y amiga de éste se verán involucrados en una espiral de muertes, sangre y desmembramientos con los indiscutiblemente bellos aunque peligrosos paisajes africanos de fondo, siendo de destacar en los primeros compases la participación de Christopher Lloyd en diversos compases de la trama, en los que el famosísimo científico de la saga Regreso al futuro nos dará datos de estos extraños seres marinos, que nos ayudaran a comprender por qué se comportan de ese modo y de donde vienen, y grande también es la aparición de Eli Roth, el encargado de dirigir el concurso de “miss camiseta mojada” en el exótico Canion Beach, y que sufrirá una de las muertes más brutales (y divertidas para el espectador) del filme.
Alexandre Aja vuelve a demostrar con esta dirección por qué es considerado uno de los directores más valorados del momento, y es que Piranha 3D desborda crudeza, violencia y sangre a partes iguales, en medio de paisajes tan hermosos como son el Lago Victoria y el Canion Beach; lo peor del filme (y se trata de un error de bulto) son los animales carnívoros, las Pirañas, que a pesar de transmitir ese carácter salvaje que se les exige no consiguen llegar al nivel que deberían (el ordenador podría haber producido mejores resultados de los que ha hecho); apesar de sus carencias (que no son pocas), Piranha 3D es altamente recomendable para pasar un rato divertido, repleto de escenas sangrientas y con unos efectos especiales que quitan el hipo (sobretodo por la excelente tridimensionalidad que emplea Alexandre Aja, que nos hace meternos en la película irremediablemente) y, aunque su recaudación en el contienente americano no ha sido demasiado buena, ya está en producción la secuela, Piranha 3DD, una continuación que promete ser todavía más salvaje visualmente con nuevas dosis de terror y sangre a raudales en esta ocasión en un parque acuático para adultos.
Daniel Espinosa
Piranha 3DD
(John Gulager, 2011)
Ficha técnica
Título original: Piranha 3DD
Año: 2011
Nacionalidad: EEUU
Duración: 86 min.
Género: Comedia, Terror
Director: John Gulager
Guión: Patrick Melton y Marcus Dunstan
Reparto: Katrina Bowden, Christopher Lloyd, Danielle Panabaker, Ving Rhames, Matt Bush, Chris Zylka, Jean Luc Bilodeau, Meagan Tandy, David Koechner, Cody Kennedy, Adrian Martinez, Clu Gulager, Gary Busey, Paul James Jordan, Paul Scheer y David Hasselhoff
Sinopsis
Las pirañas ya no solamente permanecen en un lago, sino que se abren paso a través de las tuberías llegando a hogares, piscinas e incluso a un parque acuático donde seguir con su orgía de senos y sangre.
Crítica
Tras la inesperadamente divertida y parcialmente lograda (tanto desde la perspectiva visual como desde la argumental) Piranha 3D, la secuela de ésta prometía convertirse en una de las películas más agradables (dentro del amplio marco de producciones de escasa repercusión comercial) del presente año y, aunque la simpleza de la trama, de las interpretaciones y de los efectos especiales (en especial la modelación de las temibles pirañas, la cual se aproxima indecentemente al despropósito más absoluto) pudieran haber convertido la obra en un auténtico suplicio fílmico, la repetición de la fórmula adoptada por su predecesora mostrando una ingente cantidad de rojiza sangre, voluptuosos pechos y absurdas situaciones cómicas consigue entretener en gran medida y agradar altamente al espectador gracias a las altas dosis de humor; apesar de lo descrito con anterioridad, el disparatado patetismo en el que se tornan la mayoría de secuencias, la insana cantidad de criaturas digitalizadas que acechan a centenares de personas, el inexplicable desenfreno al que se apela desde un inicio y la mugrosa acuosidad en la que acontece la acción, características de las que hace gala sin remordimiento alguno John Gulager en Piranha 3DD, resultan poco adecuadas y mucho más empleadas de lo que debieran, pues éstas restan credibilidad (si es que ésta se puede atisbar en algún momento, ardua tarea de imposible fructificación) y singularidad a una propuesta que únicamente encuentra una pequeña motivación de ser visionada en la reaparición del inolvidable Christopher Lloyd (que ya apareció en la primera entrega) y la burlesca personal que David Hasselhoff derrocha hacia su propia persona (pudiéndose catalogar incluso de humillante).
El Lago Victoria se ha convertido en un lugar en cuarentena tras los hechos acontecidos años atrás, quedando totalmente despoblado desde el éxodo propiciado por los fatídicos incidentes ocurridos en el mismo a raíz de las trágicas muertes de centenares de jóvenes ansiosos de desmadradas fiestas que se vieron sorprendidos por una jauría de hambrientas pirañas carnívoras (éste es precisamente el resumen de la trama de la primera parte, recogidas en ésta segunda en forma de documental); barajándose la posibilidad de que aquellas infernales criaturas pudieran volver a sembrar el caos entre los residentes de alguna población, la historia se enmarca en Crass Lake, un lúgubre lago que podría convertirse en el lugar perfecto para el regreso éstas merced a la precaria seguridad tectónica que presenta y las múltiples posibilidades de difusión circulatoria que ofrece la falta de responsabilidad asumida.
Precisamente una de esas contingencias recae sobre The Big Wet, el parque temático más salvaje del mundo en el que se destinan varias de sus piscinas exclusivamente al público adulto, con el propósito de que aquellas personas mayores de edad que lo deseen puedan lucir sus cuerpos desnudos (destacable singularidad que, curiosamente, facilitaría el trabajo devorador de las mencionadas pirañas en caso de decidir apabullar a sus descerebrados clientes), cuyo interesado y pervertido responsable, Chet (David Koechner, anormalmente parlante y eficazmente inmerso), no duda en instalar una tubería a través de la cual circula el agua del citado lago directamente a las piscinas del parque acuático en aras de lograr el máximo beneficio aunque éste suponga adoptar las mínimas prevenciones de seguridad; Maddy (Danielle Panabaker, de apariencia tan indescriptible como prescindible resulta dicha actriz), la hijastra de Chet, regresa a la población tras terminar con éxito sus estudios de biología marina en el extranjero, encontrándose un panorama lógicamente poco apetecible e intentando por todos los medios que se conserve cierto grado de raciocinio (una total quimera).
Poco tardarán en cobrar protagonismo las indeseables pirañas, siendo Ashley (Meagan Tandy, intransigente), Josh (Jean Luc Bilodeau, fugaz e indiferente a partes iguales), Shelby (Katrina Bowden, bella a la par que precisa, quien ya demostró sus dotes interpretativas en la sumamente aconsejable Tucker & Dale vs Evil), Barry (Matt Bush, insulso aunque aceptable para la ocasión) y Kyle (Chris Zylka, fácilmente odiable), acérrimos amigos de Maddy, quienes lo sufran en primera persona viéndose obligados a acudir al antiguamente reputado profesor Goodman (Christopher Lloyd, realmente formidable) para conocer su predicción acerca de la evolución anfibia consistente en la adopción del conocimiento para caminar por parte de éstos en un futuro muy próximo (trascendental hipótesis para el desenlace de la cinta); aunque la teoría les pueda parecer peligrosa, más lo será el ataque de las creídas extinguidas bestias, ante el cual solamente restará luchar con la mayor diligencia posible y resignarse a las poderosas armas de Deputy (Ving Rhames, inaprovechado aunque magistral) y al desfasado carisma de David Hasselhoff (el propio David Hasselhoff, algo menos ridículo que en su labor en Fuga de cerebros 2 pero igualmente decadente).
La muerte de Chad (representativa de la esencia de la producción, pudiendo resumir en tres conceptos, sensualidad, sangre y humor), la imploración de misericordia por parte de Ashley y Josh realizada instantes antes de llevar a cabo relaciones prematrimoniales (clara crítica a la incoherencia referencial de la juventud actual), la legitimadora cámara lenta (insufrible en ciertos compases), la bestial transmisión de Shelby a Josh (maquiavélica y completamente loable metáfora de la conexión entre vagina y pene), la escena de Maddy en la bañera (un inconfundible guiño a la mítica Pesadilla en Elm Street), la seductora y enfermiza escenificación de David Hasselhoff (orgulloso de ridiculizar su época dorada siendo presentado como el salvavidas más famoso de todos los tiempo con la sintonía de la laureada serie televisiva que le catapultó al estrellato Los vigilantes de la playa de fondo, cuyo mayor rechazo reside en los movimientos obscenos que realiza al término del metraje, en las interminables tomas falsas), la superación traumática de Daputy (patriótica y balística, ejemplo del sentir estadounidense) y la siempre agradecible presencia de Christopher Lloyd (volviendo a ejercer de científico obsesionado y poco menos que demente supuestamente seguido por una muchedumbre que le ha alzado a lo más alto de la lista de vídeos más visitados de la red desbancando a un bebé sonriente con diarrea, absurdamente genial) son los puntos definitoriamente positivos de Piranha 3DD, un buen número de razones para decidirse a visionarla a pesar de la obviedad de peyorativas sensaciones (aunque disfrutables) que generará en el público.