La sinopsis oficial versa “es una experiencia de terror psicológico en la que asumes el papel de alguien incapaz de abandonar su hogar... cada intento de escapar te adentrará más en lo desconocido donde nada es lo que parece... todo pondrá a prueba tus sentidos”, augurando lo que depara este peculiar e intrigante trabajo; con fuertes reminiscencias a títulos como P.T. (abreviatura para referirse a la laureada demostración de Silent hills que posteriormente se canceló) o Layers of fear (imprescindible donde los haya para los amantes del género), se presta a la exploración de emociones humanas a través de una aventura centrada en los dolorosos e inevitables efectos de una pérdida (así como otras cuestiones igualmente existenciales como son el trauma o la depresión) con firme convicción con un tenebroso e imaginativo lore.
La reseña que ocupa se ha realizado mediante ordenador, por lo que hará referencia al mismo (para las consolas PlayStation 5 o Xbox Series S/X obviamente difieren pero cada dispositivo ya está adaptado óptimamente), destacando como ajustes para customizar la contienda el formato display (full screen, borderless o window) o la acotación de frames (de treinta a sin límites) junto con el vertical sync o la calidad (de low a high scaling); en relación al procesador basta (como condiciones mínimas) con uno gamer de gama económica (Intel Core i5 4690 o AMD Ryzen 3 1200) con sistema operativo de 64bits (Windows 10/11) dotado de una memoria de 8GB de RAM, también una tarjeta relativamente potente (se indican la NVIDIA GeForce GTX 1060 6GB o la AMD Radeon RX 580) con 22GB de almacenamiento.
Con una feroz crítica a la monotonía como telón de fondo (cuando la rutina no es una cárcel sino un refugio cual forzada redención la vida reclama preocupación) una voz en off va explicando a través de cuatro episodios formales (subdivididos en los capítulos “Está pasando otra vez”, “Gracias por empujarme”, “Jugando con la verdad”, “Más allá del ruido”, “Una boca llena de arena no puede gritar”, “Una vez más” y “Prólogo” mencionados aquí por mero orden alfabético al plasmarse con dígitos no consecutivos e incontables modificaciones) una poética e hipnótica fábula sobre multitud de temas delicados, advirtiéndose sobre contenido para adultos del inicio; enfatizando el laberíntico viaje a recorrer, los bucles espaciotemporales se suceden sin cesar primando los rompecabezas novedosos (e ilógicos) muy disfrutables.
Los controles se asimilan rápidamente (pese a que es cierto que el tutorial es escaso no lo es menos que tampoco se aprecia factible alargarlo inútilmente al especificarse en él los botones esenciales a presionar según las situaciones a afrontar), permitiendo que la falsa libertad de movimientos (debe tildarse así al desbloquearse paulatinamente los eventos clave tras efectuar las acciones precisas en cada momento) se perciba exquisita; el ritmo narrativo (que nadie espere un frenetismo total porque se decepcionará profundamente) facilita la investigación sosegada (las páginas de arte se almacenan en un legendario sketchbook), deleitándose cada píxel como la ocasión merece a medida que se va descubriendo la auténtica intríngulis que reside tras los sentimentales e innumerables lances que se proponen.
Los gráficos solo pueden catalogarse de sublimes (el motor Unreal Engine los exprime a las mil maravillas con una resolución que transita desde 1024x768p hasta 1920x1080p) siendo el resto de opciones las típicas (sensibilidad, subtítulos, balanceo de cámara...) e idiomáticas (alemán, catalán, chino, español, francés, indonesio, japonés, portugués, ruso e inglés), transmitiendo una constante sensación de desasosiego e inquietud que hace temer cada paso que se da hacia la verdad; aunque la trama transcurre básicamente en una casa (con una particular recreación de la típica decoración de las residencias de la isla a la que pertenecen los autores), esta se despliega sobre sí misma desvelando múltiples misterios (se echa en falta desenlaces tácitos amén de uno secreto) para que la gran inmersión alcance cotas épicas.
La prolongación media de la partida es de aproximadamente unas cinco horas (algo escueta pero tremendamente intensa), extendiéndose ostensiblemente si uno se detiene a encontrar los coleccionables ocultos (varios están realmente disimulados por no sentenciar que son quiméricos de hallar) o dedica demasiados minutos a solucionar los puzles (algunos exigen una comúnmente denominada idea feliz para superarse con éxito); por el contrario conviene avisar que decidir cuándo pausar la velada supondrá un reto adicional (además de los contemplados) a causa de la adicción que provoca, pues la fraccionada administración de información junto a la introducción de jump scares perfectamente elegidos (rehuyendo de abusar de ellos) genera la absoluta necesidad de conocer el (teórico) final sin ninguna demora.
Se extraña mucho alguna secuencia tipo Quick Time Events (pulsando las combinaciones señaladas en pocos segundos) en lugar de la repetitiva interacción con elementos de alrededor (es un walking simulator en toda regla) o un abanico de dificultad (únicamente se contempla una estándar que sería equiparable a una alta convencional por la nula guía e intuición del devenir), al igual que un símbolo de guardado automático cuando se lleve a cabo; no obstante la cantidad de ocurrencias genuinas es tal (determinada canción tipical spanish, una revisión de un videojuego clásico, suculentos easter eggs, premeditados buggeos o troleadas varias para descolocar constantemente al consumidor abanderan semejante afirmación) que el conjunto congratula sobremanera, aunando simbolismo e introspectiva.
El desembolso requerido para adquirir una copia oscila entre los veinte euros (ejemplar digital básico en Steam) y los cuarenta (edición especial para PlayStation 5) dependiendo mucho tanto de la versión como de la plataforma, antojándose una ajustada suma monetaria analizando objetivamente la valía; resta la impresión en este aspecto que una serie limitada con material físico hubiera funcionado comercialmente al tiempo que saciado las expectativas de los más curiosos (evidentemente con el consecuente aumento del importe por la fabricación de los mismos), complementando de este modo una compra muy recomendable para exponerse con orgullo en la estantería doméstica e incluso presidiéndola al lucir la portada (por desgracia exento de relieves o fluorescencias) elegante e impactante.
La obra resulta tan personal e inquietante que tal vez no agrade a todo el mundo (como otras lindezas de culto está restringida a paladares exquisitos ávidos de lo diferencial), pero qué duda cabe que audiovisualmente convence plenamente; el hecho que haya sido desarrollada por el humilde e independiente estudio canario Broken Bird Games (huelga aclarar que es imperativamente obligatorio seguirlo desde ya porque las siguientes incursiones en el mercado prometen ser inolvidables a juzgar por lo logrado en la presente ópera prima) en colaboración con do más (Astrolable Games y Selecta Play) demuestra fehacientemente que en territorio patrio hay profesionales con enorme e innato talento, mas siempre es menester apoyar cualquier producto sumamente arriesgado e inusual pero más si su procedencia es esta.
Daniel Espinosa, a fecha 29 de septiembre del 2025
