“Winter ember”, de Blowfish Studios y Sky Machine Studios
El equipo de Blowfish Studios regresa, en colaboración con Sky Machine Studios, con la que probablemente sea su propuesta más arriesgada hasta la fecha, decidiendo así lanzar al mercado un producto diferencial donde los haya que no dejará indiferente a nadie; el aventurero (hay que referirse en singular al jugador ya que sólo se contempla el modo solitario aunque las características del trabajo inviten fervientemente a proceder en pareja) encarnará a Arthur Artrias, un despiadado hombre que la primera noche de invierno desenfunda su afilada espada (ávida de sangre) para vengarse de quienes atentaron contra su familia antaño por mociones que aún desconoce.
Con una acción plasmada en rigurosa tercera persona (la gloriosa cámara cenital permite seguir las andaduras del protagonista magníficamente), la ambientación e inmersión fascinan sin remedio, mas las trepidantes e increíbles cinemáticas (las cuales rinden un sentido tributo al manga menos populista que uno conjeture) no se proyectan fluidamente al sucederse los denominados freeze frames (imágenes congeladas); no obstante, la calidad visual (en 4K) luce majestuosa hasta aproximarse a una película de animación de alto presupuesto (las secuencias son omisibles presionando determinado botón dos segundos), derivando en realistas e inmaculados gráficos.
Para personalizar la experiencia con las evidentes limitaciones que lleva implícitas (entre ellas una viable pantalla dividida u online), el menú principal comprende “inicio” (para empezar o continuar con hasta seis espacios por defecto para guardar distintos progresos), “opciones” (con las divisiones que se señalarán en el párrafo siguiente) y “créditos” (con la retahíla de nombres intervinientes en la obra); retomando el segundo apartado, este alberga “partida” (selección de alerta, medidor de volumen, icono de vista y efecto de destellos), “audio” (global, voz, sonidos, música y subtítulos) y “controles” (sensibilidad, inversión de X e Y y mando), es decir, un cúmulo de plausibles (pre)configuraciones.
Los treinta y cinco logros (cuya suma total son los clásicos 1000G) se traducen en superar tanto retos acumulativos como automáticos (matar a enemigos o superar fases respectivamente por poner ejemplos inmediatos), penalizando tanto las confrontaciones que es recomendable apelar a la clandestinidad utilizando las sombras en aras de pasar desapercibido; tras un breve e insatisfactorio tutorial (en él se condensan los comandos básicos de moverse, esprintar, agacharse, interactuar, golpear, envainar, esquivar, rodar, bloquear, contraatacar, derribar, saquear, comer, asesinar, noquear, saltar, esconderse, asomarse, desplazarse, guardar y disparar) las misiones son variadas.
El árbol de habilidades (el atractivo supremo desde una perspectiva puramente objetiva) funciona en base a los puntos cosechados, desbloqueando el contenido de las secciones (“combate”, “sigilo” y “uso”) amén del resto de espacios modificables, es decir, “inventario” (bolsa, flechas, objetos y llaves), “mapa” (con una clarificadora leyenda), “fabricación” (recetas y material) y “diario” (con las misiones a completar); conviene añadir que el complemento perfecto para la ocasión que ocupa es la novela gráfica (una serie de ocho libros digitales o uno físico de ciento ochenta páginas) disponible en las principales plataformas, entre ellas la mundialmente popular Amazon.
La banda sonora es digna de ver la luz en disco (o por qué no vinilo en plena tendencia de recuperar formatos pasados) oficial, pero curiosamente no se reinicia al terminar las pistas teniendo lugar el silencio más absoluto (un hecho que perturba e inquieta por la ausencia de argumentación al respecto); por otro lado, el abanico de dificultades por niveles (transitan desde “fácil” para disfrutar al ritmo propio hasta “hombre sin rostro” para quienes deseen un desafío total) se adapta a la destreza de todos los públicos notablemente, regulándose de manera sencilla e intuitiva (se especifica al comienzo de la aventura) para que cada cual elija la complejidad de su destino.
En cuanto a aspectos técnicos aclarar que el peso del archivo a descargar (5,89GB) es algo elevado pero necesario (las alrededor de diez horas de entretenimiento a máxima resolución lo justifica con creces) y la edad mínima recomendada (PEGI 18) sin duda excesiva (los motivos a los que se apela para indicarla de violencia extrema y lenguaje fuerte en absoluto se corresponden con la realidad); dicho lo cual, el precio de venta (23,99€) puede antojarse privativo, pero la recomendación de su adquisición resulta poco menos que obligatoria atendiendo a las enormes posibilidades ofertadas con todo tipo de detalles sin censura pero tampoco descabellada explicitud de sadismo.
