“Infliction: Extended cut”, de Blowfish Studios y Caustic Reality
Detalles
Título: Infliction: Extended cut.
Creador: “Blowfish Studios” y “Caustic Reality”.
Plataformas: Windows, Nintendo Switch, Play Station 4 y Xbox One.
Género: acción, drama, terror.
Jugadores: 1.
Edad: +18 años.
Lenguaje: inglés (voces) y alemán, francés, español e inglés (textos).
Duración: 3-5 horas.
Formato: digital.
Precio: 17,99 € (“Marketplace”, a fecha 08/07/20).
Historia
Dos mil veinte se caracteriza, al menos hasta la fecha (omitiendo las fatídicas consecuencias que han azotado a propios y extraños a raíz de la pendemia mundial acaecida), por ser una temporada sin ningún título de terror propiamente dicho, aunque la revisión que ocupa (originalmente lanzada para ordenador dos años atrás) bien merece la pena ser aconsejada, y es que además de las plataformas para las que ya estaba disponible (Microsoft Windows, Play Station 4 y Xbox One), ahora ve la luz para una portátil (concretamente Nintendo Switch) sin perder un ápice de su atractivo sino al contrario, sumando enteros con las variantes que presenta (desenlaces, modalidades y otros pormenores) aunque, valga aclarar, la mayoría de aspectos son idénticos a los ya observados (lo cual no es precisamente negativo); encarnando (en rigurosa primera persona) a un residente de la típica casa suburbana estadounidense que regresa a casa para buscar los billetes de avión de su querida esposa (la misteriosa premisa cautiva pero su desarrollo aún más), los valerosos jugadores descubrirán que el hogar del mismo esconde algo siniestro, y es que cuando intenta escapar de la tétrica morada no solo parece restar atrapado en ella eternamente sino que todo hace presagiar que alberga la respuesta a dicho aprisionamiento, invadiendo férreamente la angustia de su alma.
Mecánica
A través de una trama que abarca más de diez años (no conviene desvelar más detalles al respecto pero dicho periodo temporal pivota sobre la culpa y la tristeza del lado más oscuro de la raza humana) en apenas unas pocas horas de partida (una cifra orientativa razonable obviando la habilidad de cada cual sería de tres a cinco), el respetable se sumergirá en una horripilante aventura de corte clásico (tanto por sistema como por vista, predeterminado y subjetiva respectivamente) al más puro estilo Alien isolation u Outlast (salvando las enormes distancias con dichas propuestas y enfocando la comparativa en la dinámica de confrontación), debiendo afrontar los peligros armados con una linterna y una cámara (la una para alumbrar u ocultarse y la otra para investigar u ofuscarse), siendo lo más sensato (y efectivo) recurrir a la huida cuando cierta presencia se acerque; la entidad en cuestión (amén de otros adversarios secundarios) cobra forma corpórea de ensangrentada y distorsionada mujer en camisón (la sombra de la célebre antagonista de The ring es muy alargada en ella), cuya letalidad (algunas de sus carnicerías son brutales) complica la búsqueda de los diferentes objetos a encontrar (se destacan para simplificar la tarea), siendo no obstante muy recomendable profundizar en los retorcidos acontecimientos para hallar el por qué de lo ocurrido.
Progreso
Añadiendo paulatinos cambios a las habitaciones del domicilio de forma similar a la experiencia que se vivió en aquella legendaria demostración del primeramente anunciado y posteriormente cancelado Silent hills (la inspiración es más que evidente), el devenir (dependiente de la consumación de los objetivos que vayan señalándose) logra entusiasmar merced a unas formidables e ingeniosas estrategias auditivas (una referencia inmediata de ellas sería The evil within) para provocar garantizados sobresaltos incluso en el más impasible, una sensación de desconcierto constante a la que contribuye una libertad (casi) total de análisis del entorno (se pueden coger y examinar un sinfín de artículos poco o nada relevantes); sin embargo, el verdadero disfrute llega cuando uno asimila el funcionamiento de las reglas básicas a respetar (entonces identificar los ítems se torna sencillo), momento en el que los retos absorben y la intríngulis se despliega sobre sí misma hasta convertirse en toda una joya narrativa expuesta a lo largo de unos escenarios fotorrealistas (y al mismo tiempo paradójicos) que obligarán a apartar la mirada de la pantalla para evitar pesadillas a plena luz del día, pues aunque teóricamente la (su)gestión se circunscribe en la penumbra nocturna se hace extendible al resto de franjas que una jornada normal abarca por su esplendorosa cercanía.
Valoración
El apartado sonoro no puede tildarse sino de magnífico (mezclándose tenebrosas y sutiles melodías con llantos, quejidos, susurros y una retahíla de recursos igualmente pavorosos) y el gráfico de controvertido (la modestia llevada al extremo como aquí se hace será entendida como un auténtico homenaje a la industria por unos y como un mero desaprovechamiento por otros), luciendo los modelados espeluznantes e intimidadores como antaño (si bien es cierto que las cinemáticas no fluyen notablemente no lo es menos que durante la campaña el pixelado permanece intacto), todo ello sazonado con una atmósfera personal (la gestación tiene cierto mérito extra al ser obra de un equipo de desarrollo formado por una sola persona, el señor Clinton McCleary, quien ha creado él solo toda la programación y el resto de aspectos sin más ayuda externa que los actores que prestan sus voces a los diálogos, valga añadir, en inglés con subtítulos en castellano) y los encargados de la fase de pruebas) plagada de tributos al género; siendo plenamente conscientes de sus limitaciones, los responsables han patentado una producción digna de mención que ofrece grandes dosis de tensión (la inteligencia artificial está muy bien ajustada) a un precio más que asequible atendiendo a la oferta y demanda del mercado, pues la cantidad se justifica, sobre todo, al completar el final.
Puntuación global
Jugabilidad Gráficos Sonido Innovación
Daniel Espinosa, a fecha 09/07/2020