“Horrorland 2021”, de Horror Box e Insomnia Corporation
Cannibal expedition (haunted house)
La retahíla de figurantes transmite con acierto el peligro que sus personajes deben infundir, mimetizándose con unos decorados de órdago cuya opresión casa a las mil maravillas con el sonido ambiental.
El largo recorrido resulta demasiado repetitivo e insulso en cuanto a sobresaltos se refiere (de hecho se limita a repentinas apariciones sin justificación), desmereciendo la muy espectacular recreación primitiva.
Día de muertos (haunted house)
La cultura mejicana resta reflejada espléndidamente mediante varios escenarios, luciendo algunos (como la cantina o el cuadrilátero) tan fieles que uno dudo de veras si uno ha viajado a tan atractivo territorio.
La serie de escenas plasmadas no tienen ninguna correlación lógica, siendo un cúmulo de situaciones inconexas que asombran sin remedio pero no guardan un nexo común que las haga conjuntamente loables.
Hell cell (haunted house)
La tensión sostenida que se vive en la ficticia prisión de máxima seguridad es descomunal, lográndose por ende el principal cometido de mantener en constante aludiendo a decenas de convencionalismos.
La impresión de estar observando la perfecta teatralización de aquello que realmente sucede en un centro penitenciario (las duchas siempre abanderan el marco), despertando un profundo sentimiento de recelo.
McAbro (haunted house)
El tono que prima durante el sendero a seguir es glorioso (cabe aclarar que no es apto para estómagos sensibles por el contenido soez que impera), gozando incluso de sintonías customizadas para la ocasión.
La decisión de portar el collar que da derecho a un momento de contacto físico es inocua en comparación a la directa e inmediata referencia (Matadero), materializándose con irrisorias repercusiones.
Survival maze arena (haunted house)
El campo de batalla (un coliseo romano en el que los amenazantes enemigos se posicionan al inicio en las gradas) es fantástico, incrementándose la sensación de estrés hasta límites insospechados.
El formato es exactamente el mismo que en ediciones anteriores, debiendo revisar e innovar al respecto para la próxima en aras de que no se pierda el interés generado reincidiendo en un predecible devenir.
Urbex Z (haunted house)
La reutilización de elementos conocidos (tales como el ascensor o el vagón) es digna de mención, al igual que ocurre con la sensibilidad de las inestimables (previo pago adicional excepto los VIP) pistolas láser.
El escaso tiempo de acceso que transcurre entre los grupos deriva en la tediosa confluencia de varios al unísono en determinados sectores, dilapidando cualquier atisbo de sorpresa al presenciar con antelación.
Shows (sujetos a condiciones climatológicas)
La ubicación del escenario es tan ideal como los espectáculos, destacando los de apertura (La parada de los monstruos y American rednecks) cautivando todos menos el mediocre Lucha libre mexicana.
El nefasto dejà vú que origina volver a disfrutar (sin duda se hace a raudales) Zombie extraction es cuanto menos reprochable, no modificándose un ápice su consecución para desdicha de veteranos.
Sustomatón (pago adicional requerido)
El recuerdo (tanto tangible como digital ya que la fotografía se facilita en ambas modalidades) es genial, aprovechándose magistralmente un instante muy concreto para conseguir a tal efecto el impacto de rigor.
El desembolso (por paupérrimo que sea puesto que asciende a apenas cuatro euros) que supone disponer del souvenir por excelencia ofende e irrita, si bien congratula sin discusión posible al persistir eternamente.
Servicios (food & drink, game zone y shop)
La iluminación de las zonas circunscritas en esta sección es dispar integralmente pero adecuada particularmente, exprimiéndose bastante las majestuosas oportunidades que ofrece el parque contextualmente.
La incursión de una ruleta en la gama de juegos es la única novedad de los tres apartados, pues tanto los productos gastronómicos como el merchandasing oficial son idénticos a los pasados en surtido y precio.
Medidas higiénicas (anticovid)
El personal respeta escrupulosamente todas las indicaciones estipuladas por la ley de sanidad, asumiendo una responsabilidad tal que solo puede aplaudirse e instar a que sea ejemplar para el prójimo.
La rigurosidad a la hora de imponer el reglamento es casi nula, permitiendo que el público pasee por las avenidas sin mascarilla (ni el cumplimiento de distancia mínima) recomendada con total impunidad.
Valoración (considerando todos los ítems analizados)
La oferta de atracciones es escueta (únicamente seis) pero de calidad, antojándose la compra de la entrada general la más recomendable ya que las propias esperas se traducen en una diversión complementaria.
La transición de un lugar (Central Térmica de Cercs) a otro (Illa Fantasia de Vilassar) repercute negativamente en el producto global, mas las opciones de mejoría para un futuro inmediato son mayúsculas.