Qué mejor manera de presentar al responsable que mediante sus propias palabras (extraídas de su perfil de usuario de Blavox), las cuales principian “empecé a escribir desde muy joven gracias a que mi madre me introdujo en el mundo de la lectura desde muy pequeño con los cuentos que me contaba, despertando mi imaginación” y prosiguen “con solo dieciocho años, escribí mi primera novela larga, que autopubliqué en el dos mil diez consiguiendo colocarla en librerías y bibliotecas públicas”; reanudan “después he seguido escribiendo tanto relatos cortos como tomos policíacos, fábulas eróticas y de ciencia ficción” y concluyen “en la actualidad deseo que mis historias lleguen al máximo público y es por ello que estoy convirtiéndolas en audiolibros”.
En el proyecto de Verkami se podía leer “la vida de Sheril Winston siempre ha transcurrido de forma normal..., hasta que un día es asaltada en su propia casa y secuestrada por un asesino en serie..., ahora deberá hacer todo lo que esté en sus manos para sobrevivir a esta traumática experiencia..., ¿logrará salir con vida?”; ciñéndose a lo tangible, en el exterior consta “Sheril Winston era una universitaria con una vida completamente normal hasta que una noche todo cambió...” y, en el interior, “el mundo era muy ruidoso y alguien debía imponer la misma música que él oía..., el silencio”, percibiéndose en cualquier caso la profundidad y la utilidad que alberga tan recomendable pieza.
Conviene aclarar que la reseña que ocupa está basada en la edición “Serial killer 2018”, inspirada íntegramente en el personaje de James Edward (hasta en cómo enviaría tan despreciable figura el producto, pues la rústica presentación obedece a la intención de dotar de veracidad simuladora todo detalle posible), debiendo visitarse la ya citada plataforma internacional de distribución de obras de locución, el único medio disponible (por el momento) para adquirir el trabajo en formato digital por apenas 15€ (y, por qué no, hacer lo propio con Dulce beso de buenas noches, micro-relato de corte vampírico firmado por el mismo profesional); también conviene esclarecer que la misma difiere de la anunciada originalmente en la campaña lanzada allá por el dos mil dieciséis en el ya mencionado servicio de mecenaje (pese a que finalmente no fructificara al no llegar al objetivo recaudativo esta humilde páginaformó parte activa de ella, oscilando en aquel caso las aportaciones desde los 10€ para obtener una fotografía aleatoria hasta los 80€ para conseguir un ejemplar serigrafiado, un anexo firmado, un USB distintivo y saludos personalizados del equipo de doblaje), siendo ahora puramente de coleccionista en gloriosa alta calidad de reproducción (la velocidad supera los trescientos kilobits por segundo).
Merced a la inmensa generosidad de Jhonas Cruz, Cementerio de noticias tiene en su haber, en exclusiva (de hecho la copia física es la del propio artista), una caja (impresa a color tanto en portada como en anverso), un disco (con una pegatina central y fragmentos de otras a su alrededor), un libreto (plastificado con la imagen real del psicópata sobre el que pivota la trama), una captura (la adjuntada bajo este apartado junto con el resto de materiales recibidos), una tarjeta (con un código QR inservible antaño promocional cuando se negociaba con Arait multimedia) y dos marcapáginas (con sendos diseños alternativos); además, una carta testimonial aclarando el contenido redondea una muy completa colaboración que, cómo no, no tiene otro propósito que ensalzar la valía de gente con mucho talento pero poca difusión (por todos es sabido que es menester asumir un gran desembolso para ocupar un lugar en muchos canales, obviándose habitualmente los rasgos de la propuesta como, seguro, ha ocurrido).
El envoltorio (a recordar, expresamente despreocupado) contiene un caramelo negro como el carbón (por el mensaje que difunde) que derrocha contundencia e imaginación pese a su corta duración (escasos doce minutos), abriéndose desde el preciso momento en el que se dejan de escuchar las voces (perfectamente grabadas y entonadas para narrar explícita y terroríficamente una serie de angustiosas escenas cuyos efectos sumergen todavía más en la acción, no siendo conveniente especificar más a fin de no revelar absolutamente y mantener intacta el sorpredente devenir de los sucesos destacando entre ellos, tal vez, la curiosa colección del maníaco en su afán de disfrutar de la paz que tanto anhela) un nuevo universo artístico (las posibilidades son infinitas) que, de hecho, está en constante evolución (y actualización, como se puede comprobar en el apartado de enlaces para conocer más información de provecho); así, se podría decir que se ha hecho valer aquel dicho que discurre “de los errores se aprende” (si es que la no financiación se puede considerar un error, algo más que discutible) para hacer evolucionar una idea primigeniamente interesante hasta alcanzar una singularidad tal que uno no puede sino rendirse ante la evidencia de estar encandilado y ansioso por las dos entregas venideras (según se ha anunciado se trata de la primera parte de una trilogía en la que el terror en estado puro cobra tintes auditivamente épicos), restando solamente dar las gracias (a riesgo de parecer repetitivo) por la correspondida confianza.