Título original: 28 years later Año: 2025 Nacionalidad: Reino Unido Duración: 115 min. Género: Ficción, Suspense Director: Danny Boyle Guión: Alex Garland y Danny Boyle Reparto: Alfie Williams, Jodie Comer, Aaron Taylor, Ralph Fiennes, Jack Oconnell, Erin Kellyman, Chi Lewis, Rocco Haynes, Haley Flaherty, Kim Allan, Sandy Batchelor, Christopher Ford, Cillian Murphy y Stella Gonet
Sinopsis
Un grupo de personas sobrevive en un mundo asolado por zombies...
Valoración
Lo mejor: la cantidad de virguerías logradas con un dispositivo móvil (concretamente un iPhone 15 Pro Max) abruma e impresiona por igual, con un frenesí de acción que genera sumo desasosiego; la transición del subgénero zombie (sin ningún tipo de censura) al dramatismo extremo a partir de la emotividad que lleva aparejada una enfermedad tan dañina como el cáncer derrocha sensibilidad, pues aunque no agrade a puritanos de buen seguro sí lo hará al público menos propenso a etiquetar fílmicamente un producto pese a implicar que la relación de la presente entrega con las anteriores se reduce al virus caníbal; el filosófico mensaje (más allá de determinados conceptos tan fascinantes como pretenciosos para la ocasión) que reside tras la historia debe alabarse, con un sentido homenaje al término memento mori que invita a reflexionar sobre lo efímero de la existencia humana.
Lo peor: la secuencia del benceno vaporizado torna la experiencia (junto a otros efectos digitales también mediocres) en casi onírica con demasiada exageración visual, con una amenaza por excelencia que obedece al pseudónimo de alfa cuya peligrosidad contrasta con la naturista escenografía que prima; el recurso fotográfico (la toma se divide en imágenes individuales) cuando se produce el impacto de las flechas en los infectados despierta profunda desidia, tanto como la edulcorada relación maternofilial que justifica cuanto acontece a partir del primer tercio de cinta con absoluta tipicidad; la introducción de ciertos personajes secundarios (todos con el denominador común de la extravagancia) se antoja estéril desde la perspectiva argumental, aportando valía al relato verdaderamente solo uno de ellos conviniendo asimismo destacar en dicho plano negativista el muy bizarro desenlace.