Título original: Terrifier 3 Año: 2024 Nacionalidad: EEUU Duración: 125 min. Género: Suspense, Terror Director: Damien Leone Guión: Damien Leone Reparto: Lauren LaVera, Elliott Fullam, Samantha Scaffidi, Bryce Johnson, Antonella Rose, Daniel Roebuck, Tiffany Rivs y Chris Jericho
Sinopsis
Un payaso se dispone a desatar el caos entre los desprevenidos habitantes de un pequeño condado sudamericano mientras duermen...
Valoración
Lo mejor: el drástico cambio de escenario festivo (Navidad en lugar de Halloween) se recibe muy gratificantemente, exprimiéndose las clásicas situaciones de tan gélidas fechas manteniendo intacto el humor (negro como el carbón) que tanto caracteriza a la franquicia; la sensación de inmundicia (en todo momento deseada) traspasa la pantalla, casi padeciéndose los nauseabundos aromas que desprende un villano (junto a otros recursos visuales que despiertan rechazo) cada vez más instaurado en el imaginario colectivo dentro del género del terror; la participación estelar de cierto maestro de los efectos de maquillaje (léase Tom Savini) glorifica la cinta, abanderando de manera indirecta una bacanal de prótesis (así como otros elementos de corte tradicional) que hará las delicias de los amantes del gore al elevarlo a otro nivel con una explicitud que sin duda se vale del mayor presupuesto dispuesto para esta prescindible pero entretenida tercera entrega a evitar para aquellos aprehensivos detractores del slasher.
Lo peor: la arbitrariedad de retomar la acción pasada (exactamente un lustro después) en una teórica actualidad carece de lógica, recuperando asimismo algunos rostros ya conocidos (uno jamás volverá a aparecer excepto a modo de flashbacks) para seguir ahondando en sus particulares sufrimientos; el nefasto sentimiento de dejà vú (repetición de hechos ya vividos) que suscitan infinidad de tesituras, alejadas de redundancias argumentales (al menos en el propio filme) aunque provocadoras de desidia al aportar poco o directamente nada nuevo al universo Art; la precipitación del desenlace (que en realidad es una promesa de continuación) en relación a la duración total, percibiéndose demasiado abrupto (se destinan muchos minutos a macabras ocurrencias de gratuita plasmación en detrimento de aclaraciones sobre los orígenes del omnipresente mal) al igual que sucede con una profundidad en los personajes sumamente forzada que omite por qué las antaño fortalezas han derivado en vulnerabilidades.