el virtuosismo del director para narrar una historia alternando gravedades asombra sobremanera, demostrando que es un maestro en el arte de mantener en vilo en esta ocasión en pleno espacio; la variedad de xenomorfos merece un exhaustivo análisis, traduciéndose en un museo de los horrores de incalculable valor; la inmensa cantidad de guiños a la franquicia colmará de satisfacción a los acérrimos seguidores de la misma, quienes disfrutarán no solo de la trama sino de una retahíla de homenajes realmente bien seleccionados e introducidos.
el exceso de plasmación explícita alienígena resta tensión a la odisea que afrontan los jóvenes protagonistas, mas el abuso de efectos digitales tampoco contribuye a ella en determinados compases; la recuperación de cierto rostro para ejercer de hilo conector respecto al primer capítulo suscita tremendo recelo, pues las apariciones de dicho ser sintético carecen de fluidez visual; la promesa de una continuación directa resulta alentadora pero pretenciosa, conviniendo tal vez haber autoconcluido la película en lugar de ofrecer un final tan abierto.