Título original: Unfriended
Año: 2015
Nacionalidad: EEUU
Duración: 76 min.
Género: Suspense, Terror
Director: Levan Gabriadze
Guión: Nelson Greaves
Reparto: Cal Barnes, Matthew Bohrer, Courtney Halverson, Shelley Hennig, Renee Olstead, Will Peltz, Mickey River y Heather Sossaman
Sinopsis
Mientras conversan a través de sus ordenadores, seis amigos reciben un mensaje de una joven estudiante que se suicidó un año antes tras ser humillada en internet; al principio piensan que es una broma, hasta que un misterioso desconocido comienza a revelar sus secretos más íntimos...
Valoración
Lo mejor: el guión, pese a no resultar tan original como podría figurarse y comprometer en varios compases el producto con alegatos artificiales e irracionales como atribuir a fantasmagóricas entidades los suicidios que acontecen a través de la posesión de los cuerpos de las víctimas, se sostiene decentemente conectando a un coral grupo de amigos con una icónica amenaza, un punto de partida genérico pero acertado; la repercusión que puede llegar a cobrar una corriente abusiva, en esta ocasión la desgraciadamente común entre los jóvenes actividad del acoso cibernético, resta reflejada exagerada e ilustrativamente, predominando el segundo adjetivo al convertirse en el hilo conductor de la cinta; la tensión que los paupérrimos medios destinados a la ejecución de la obra, cuyo presupuesto apenas alcanza el millón de dólares, es realmente admirable, hito logrado desde la figura del temible antagonista anónimo y sus sádicos juegos hasta la selección de las idóneas piezas musicales y sus visionarios mensajes recurriendo a un mísero elenco de actores que convencen con crecen durante los setenta y seis minutos.
Lo peor: la técnica empleada para narrar la truculenta historia, valiéndose exclusivamente de cámaras integradas en diferentes ordenadores con sus respectivas grabaciones en directo recreadas en un único terminal, no agradará a gran parte del público, especialmente a aquellos sectores poco familiarizados con las nuevas tecnologías por los mínimos conocimientos exigidos para ya no disfrutarla sino comprenderla; la calidad de a imagen, muy en sintonía con el anterior aspecto señalado, confunde e hipnotiza a partes iguales, siendo la precariedad de la misma indiscutiblemente alta y, por ende, iniciadora de discusiones acerca de la nobleza de estrenar la producción en salas comerciales; la cantidad de texto mostrado en pantalla es, en algunos momentos, descabelladamente densa, siendo muy interesante el contenido si se lee con atención y pausa, no pudiéndose hacer con detenimiento e infravalorándose como consecuencia el gran laborío de traducirlo al español del inglés original.