Título original: Donnie Darko Año: 2001 País: EEUU Duración: 115 min. Género: Drama, Suspense Director:Richard Kelly Guión: Richard Kelly Reparto: Jake Gyllenhaal, Jena Malone, Drew Barrymore, Mary McDonnell, Holmes Osborne, Katharine Ross y Patrick Swayze
Sinopsis
Donnie es el perfecto adolescente americano, dotado de gran inteligencia e imaginación, lo que conlleva problemas de adaptación en la escuela; tras escaparse por los pelos de una muerte casi segura, comienza a experimentar alucinaciones que le llevarán a actuar como no lo había hecho jamás y a descubrir un mundo insólito a su alrededor.
Crítica
Donnie Darko es una de las pocas cintas en la historia que han recibido la calificación de película de culto, la cual cosa implica que la aceptación (y agrado) por parte del espectador sea de lo más variada, desde una obra maestra hasta la peor película que haya visto en su vida; en opinión de la inmensa mayoría de espectadores presenciadores de la misma es claramente una obra de arte, hecho tan significativo como extendido.
Donnie (Jake Gyllenhaal) es un muchacho inteligente, aplicado en los estudios y con una imaginación desbordante, que siempre ha ido yendo a una psicóloga para que le ayude (ya que desde pequeño tiene problemas emocionales, por lo que precisa la ayuda de profesionales) hasta que, un día cualquiera, se levanta de la cama bien entrada la noche (es sonámbulo) y sale de su casa hasta que llega a un campo de golf en el cual ve a Frank, una misteriosa visión de un hombre vestido de conejo que le dice que el mundo se acabará exactamente en 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12 segundos; instantes después, cae un motor de avión en la casa de Donnie, exactamente en su habitación... con esta premisa tan impactante empieza la historia, una trama en la que nadie da crédito a cómo Donnie ha conseguido escapar de la muerte, si ha sido suerte o realmente ha habido algo que le ha hecho eludir esa muerte segura; en los días próximos conocerá a Rachel (Jena Malone), con la que entabla una relación de pareja, hecho que gratifica mucho a Donnie, que empieza a ver la vida de otro color, disfrutando de su existencia al mismo tiempo que continúa evolucionando su relación con Frank, que comienza a aconsejarle que actúe, que haga algo con esas personas que van apareciendo en su vida y le increpan creyéndose mejores que él, personas que si Donnie fuera de otra manera tendrían su merecido, siendo una de estas personas Jim Cunningham (Patrick Swayze), un psicólogo que busca más el show que ayudar realmente a las personas (con el que se encara en una conferencia y finalmente quema su casa), por lo que Frank le convence de que haga lo que quiera, de que nadie se dará cuenta de que él es el responsable de esos sucesos y, sobretodo, de dar rienda a su locura (justificada por el hecho de creer que se lo merecen); apartir de aquí empieza a desatarse un torbellino de sucesos donde le costará diferenciar la realidad de la ficción, lo bueno de lo malo, lo justo de lo descabellado... hasta llegar a ese día, el día señalado por Frank como el fin del mundo y en el que realmente sucederán cosas que harán que absolutamente nada sea igual, que el mundo que hasta entonces conocía Donnie (y todo su entorno) cambie para siempre.
Donnie Darko ofrece innumerables interpretaciones, y de hecho cada vez que la visionas te da unas sensaciones diferentes, una lectura totalmente distinta a la que recordabas; “¿por qué llevas ese estúpido traje de conejo?”, le pregunta Donnie a Frank en el cine, en una de las escenas de la película, a lo que le contesta “¿por qué llevas ese estúpido traje de hombre?”, conversaciones como ésta, tan profundas, tan existenciales, son las que hacen de Donnie Darko una cinta verdaderamente especial y difícilmente comparable con ninguna otra.
También es interesante (en un plano humorístico esta vez) la escena en la que se discute sobre la sexualidad de los pitufos, no por el surrealismo que desprende sino por la naturaleza con la que surge; como se ha indicado al principio, las sensaciones que destila esta película son de lo más variado, pero de lo que no hay duda es que Richard Kelly consigue hacernos reflexionar sobre nuestra existencia, si el motivo de las decisiones que tomamos es realmente nuestra voluntad o nos influencian otros y si nuestras acciones sirven para algo, si realmente la vida no es una especie de sueño, de ilusión que sólo unos pocos saben disfrutar (y más por su incapacidad de ver más allá que por el deseo de disfrutarla).
Los personajes son realmente extraordinarios (y los actores consiguen darle vida de forma eficaz), desde el propio Donnie hasta la referida “abuela muerte”, la señora Sparrow, una enigmática anciana de 101 años que no hace otra cosa que cruzar de un lado a otro de la carretera para comprobar si hay alguna carta en su buzón, y que resulta ser la autora de un libro para viajar en el tiempo, pasando por el personaje de Drew Barrymore, una profesora que pretende hacer todo lo posible por sus alumnos pero a la que nada le sale bien o la típica chica regordeta de a que todos se ríen; la historia que se esconde detrás de cada uno de estos personajes es fascinante, y sería capaz de ocupar un largometraje cada uno por sí solo; Steven Poster consigue hacer un trabajo de fotografía realmente increíble, siendo cada uno de los escenarios que aparecen en el filme una autentica joya del cine, aunque si hay algo que destaque en esta película es la música, acordes interpretados por ángeles en cada escena, escogidos meticulosamente y de una calidad sublime que logra en cada instante transmitir las emociones de la trama.
