Título original: Don’t breathe
Año: 2016
Nacionalidad: EEUU
Duración: 88 min.
Género: Comedia, Terror
Director:Fede Álvarez
Guión: Fede Álvarez y Rodo Sayagues
Reparto: Jane Levy, Dylan Minnette, Stephen Lang, Daniel Zovatto, Sergej Onopko, Jane May, Jon Donahue, Katia Bokor y Christian Zagia
Sinopsis
Tres ladrones creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto; su objetivo será un ciego solitario, poseedor de millones de dólares ocultos, pero pronto serán conscientes de su gran error...
Valoración
Lo mejor: la venganza de cierto personaje femenino en uno de los compases más tensos, ni mucho menos el único, que, haciendo honor al título del filme, no permite respirar al espectador al dejarlo sin aliento, exhausto al visionar una escena grosera y desagradable donde las haya pero cuya acogida es aplaudida por cómo se gesta, trazando una improvisada línea con la intención primera del intimidador dueño del hogar; el guión, o mejor expresado, la ausencia del mismo en cuanto a diálogos se refiere, comporta una serie de majestuosos giros argumentales, varios de ellos limítrofes con la ilógica e improbabilidad más permisivas, que consolidan como un referente contemporáneo a Fede Álvarez habiendo dirigido apenas los dos largometrajes que se citarán más adelante, quien no ha abandonado ni su propia identidad estilística ni su osadía detrás de las cámaras arriesgando disparmente pero triunfando igualmente en ambos casos; la perfecta sintonía entre los actores, siendo determinante que entre el escueto reparto se encuentre uno de los villanos, concepción clásica pese a que realmente se limite a defender lo que posee, más consolidados del séptimo arte, sin importar las cualidades de las que disponga, aunque en su currículum sólo figuren el presente y el desempeñado en la aclamada popularmente y exitosa dinerariamente Avatar como papeles de semejante índole antagonista de tintes militares, y es que cimentar y construir una película únicamente con cinco actores, cifra fácilmente reducible a tres atendiendo a sus respectivas relevancias, no es sencillo y se logra de forma sobresaliente con cuantiosas y devastadoras reminiscencias a la francesa Martyrs.
Lo peor: la extrema sensibilidad con la que es narrada la acción no encandilará a algunos, pero qué duda cabe que, amén de ser un factor diferencial y aun resultando un tanto tediosa, se antoja la mejor manera de proceder ante una trama en la que los sentidos son constantemente puestos a prueba, aun sin llegar a sumar suficientes méritos como para adjudicarla la etiqueta de obra de culto como muchos medios se han encargado de vender, provocando de hecho el efecto contrario, la preconcepción de desmesuradas expectativas que no se verán satisfechas en su totalidad; el ahorro en litros de sangre artificial respecto a la anterior cinta del autor, la brutal revisión de Evil dead, si bien es cierto que la ocasión tampoco solicita tanta cantidad e incluso puede decirse que la sobrepasa con creces; la sospechosa coincidencia de muchas de las tesituras a las que los atemorizados asaltantes de corta edad se ven obligados a afrontar y, con mayor o menor fortuna, superar, un ejercicio de continuo e inverosímil consentimiento que, por otro lado, colma de complacencia audiovisual y da máxima razón a la célebre frase de Akira Kurosawa que versaba “ser artista no significa evitar tu mirada”.
Daniel Espinosa
Don’t breathe 2 (Rodo Sayagues, 2021)
Ficha técnica
Título original: Don’t breathe 2 Año: 2021 Nacionalidad: EEUU Duración: 98 min. Género: Suspense, terror Director: Rodo Sayagues Guión: Fede Álvarez y Rodo Sayagues Reparto: Stephen Lang, Bobby Schofield, Adam Young, Brendan Sexton, Madelyn Grace, Rocci Williams, Steph y Christian Zagia
Sinopsis
Años después de la invasión mortal de su hogar un exmilitar vive tranquilo hasta que de repente sus pecados del pasado lo alcanzan...
Valoración
Lo mejor: la historia presenta demasiadas causalidades (las veces que tanto la joven como el anciano evitan la muerte son cuantiosas), antojándose poco racional; el dominio espacial del (co)protagonista es inasumible, pues si bien en su propio domicilio resulta creíble e incluso en el bosque circundante comprensible en absoluto puede afirmarse lo mismo de un espacio completamente desconocido como el del último tercio; la violencia extrema es mayormente gratuita (hasta la que únicamente se intuye como el motivo por el cual cierto progenitor busca desesperadamente a su vástago), tratándose de un recurso solamente plausible para ávidos de sangre en ausencia de contextualización real.
Lo peor: la historia presenta demasiadas causalidades (las veces que tanto la joven como el anciano evita la muerte son cuantiosas), antojándose poco racional en ese sentido; el dominio espacial del (co)protagonista es inasumible, pues si bien en su propio domicilio resulta creíble e incluso en el bosque circundante comprensible en absoluto puede afirmarse lo mismo de un espacio completamente desconocido como el que visita en el último tercio; la violencia extrema es mayormente gratuita (hasta la que únicamente se intuye como el motivo por el cual cierto progenitor busca desesperadamente a su vástago), tratándose de un recurso solamente plausible para aquellos ávidos de sangre en ausencia de sustento argumental real.