The dark tapes
(Michael Quown y Vincent Guastini, 2017)
Ficha técnica
Título original: The dark tapes
Año: 2017
Nacionalidad: EEUU
Duración: 97 min.
Género: Suspense, Terror
Director: Michael Quown y Vincent Guastini
Guión: Michael Quown y Vincent Guastini
Reparto: David Banks, Sara Castro, Courtney Palm, David Rountree, Matt Magnusson, Ryan Allen, Shawn Lockie, Stephen Zimpel, Jo Galloway, Clint Keepin, Jonathan Biver, Brittany Fisheli, Emilia Ares, Share Hartline, Anna Moore, Aral Gibble, Jake Connor y David Hullman
Sinopsis
Varias cintas encontradas en un lugar indeterminado revelan y confirman la existencia de vida más allá de la humana..., ¿o tal vez no?
Valoración
Lo mejor: la diversidad de situaciones plasmadas entretiene en gran medida, abarcando desde espiritistas sesiones radioactivas para contactar con transdimensionales entidades demoníacas (“Atrapar un demonio”) hasta telequinésicas abducciones alienígenas con levitantes secuestros paralizantes (“La venganza de Amanda”), pasando por engañadoras prácticas familiares con perversos propósitos sanguinarios (“Los cazadores y la presa”) y excitantes concursos cibernéticos con provocativos objetivos satánicos (“Chicas”); el raudal de datos científicos vertidos (como que el tiempo durante la fase REM del sueño se dilata entre diez y mil veces o que el ojo humano puede percibir los detalles en un ambiente iluminado hasta en una centésima de segundo pero en la oscuridad hace lo propio con un parpadeo de luz si es el doble de dicha cantidad o más), amén de introducir términos tan sugerentes como “sexsomnia” (presentado como algo semejante al insomnio pero aplicado al campo de las relaciones íntimas), aporta conocimiento general; la cinta mantiene a lo largo de la mayoría de su duración la tensión para quien muestre un mínimo de interés en la metodología y la temática tratadas, siendo resolutiva sin precisar de grandes alardes técnicos, lo cual resulta más meritorio de consumar.
Lo peor: la combinación de cámaras de videovigilancia, teléfonos móviles, ordenadores portátiles y aparatos varios arruinará instantáneamente la experiencia a la mayoría de espectadores (no por su ínfima calidad, que también, sino por el agobiante recurso de las lentes desenfocadas al que se reducen muchos minutos) y es que, ciertamente, satura a cualquiera (logrando asimismo que atrayentes frases como la de la apertura, “la humanidad se está acercando a la verdad, a nosotros, y no dejaremos que eso suceda” desmerezcan su existencia); la división en segmentos (y estos en microtramas intercaladas que se abandonan y recuperan constantemente) no facilita el disfrute de una historia tan mundana como intensa, algo a lo que las múltiples pausas y abundantes cortes contribuyen muy negativamente; el guión, disperso e inconexo como pocos, intenta dar respuesta a conjeturas acerca de los distintos planos confluyentes de perspectiva y percepción (tanto de tiempo como de espacio) sin éxito alguno, no sosteniéndose nada las referencias (“Carrie”, “Chronicle”, “Emergo”, “Insidious”, “La cuarta fase”, “Paranormal activity” y muchísimas más).
