Título original: Super 8
Año: 2011
País: EEUU
Duración: 110 min.
Género: Ciencia ficción, Fantástico
Director: J.J.Abrams
Guión: J.J.Abrams
Reparto: Kyle Chandler, Joel Courtney, Elle Fanning, Riley Griffiths, Gabriel Basso, Zach Mills, Ron Eldard, Joel McKinnon Miller, Jessica Tuck, Amanda Michalka, Andrew Miller, Jakob Miller y Noah Emmerich
Sinopsis
Un grupo de seis adolescentes graban una película de en formato Super 8. En una de las secuencias se adentran en una zona por donde pasa la vía del tren; allí, en pleno rodaje, un tren descarrila y una criatura que transportaba el ejército se escapa de uno de los vagones accidentados...
Crítica
Defraudado (aunque también, en gran medida, frustrado al ver el desperdicio de calidad artística vertido), ese sería el adjetivo que mejor definiría las comunes sensaciones suscitadas tras haber visionado una de las películas más esperadas del verano (como es, aunque muchos se nieguen a reconocerlo, Super 8), y el espectador llega a ese estado tras haber depositado en este proyecto grandes esperanzas ya que, el director J.J.Abrams (que vuelve a ponerse tras las cámaras tras su última película, la más que decente Star Trek) prometía homenajear al cine de la factoría Amblin de Steven Spielberg (que también aparece en los créditos de este filme como productor y que se ha implicado en la escritura y preparación de la película) a través de una historia de ciencia ficción adolescente imitando los clichés de las producciones de los años ochenta; el problema reside en que ese supuesto homenaje se convierte en poco menos que un plagio parodiado, en el que las influencias de E.T. (gran cantidad de escenas se identifican directamente en ella), Los Goonies (en especial la secuencia que acontece en los túneles en los que se aloja el monstruo)y Monstruoso (la criatura es idéntica y, curiosamente, la cinta es del mismo director) son más que evidentes.
La trama sitúa al espectador a finales de los años setenta, en el famoso Área 51 del ejército estadounidense; éste cierra sus puertas y todo lo que la base contenía se carga en un tren y se envía rumbo a Ohio; cerca de dicha población reside un grupo de amigos que quieren participar en un prestigioso concurso de cortometrajes; su idea es filmar en formato Super 8 (he aquí la razón del título elegido para el filme) una historia de zombies que combine drama, acción, tensión y comedia, por lo que deciden ir a grabar cerca de las vías del tren, a fin de conseguir una toma impactante y profundamente sincera en cuanto a realismo, y será precisamente en ese lugar donde presenciarán el descarrilamiento de un tren, observando (almenos posteriormente con la grabación llevada a cabo) cómo de escapa una gigantesca criatura de uno de sus vagones.
A medida que avanza la historia pocas novedades surgen, almenos en cuanto a originalidad y cambios de guión, y todo sucede según lo previsto, un extraño objeto recogido del lugar (una especie de cubo de rubick) será la clave para desvelar todo lo ocurrido concerniente al extraño monstruo de origen alienígena, mientras el ejército intenta por todos los medios evitar que los ciudadanos conozcan los hechos ocurridos y que se impliquen en el caso; por supuesto, no faltará una historia de amor, entre Joe (un más que convincente Joel Courtney) y Alice (Elle Fanning, que realiza, a mi entender, la mejor actuación, aunque todas las realizadas por las jóvenes promesas que esta producción nos presenta realizan un trabajo formidable), tan infantil como la cinta en su conjunto, que por otro lado carece por completo de ideas nuevas y se limita a seguir los patrones marcados por otras películas (y precisamente obras del director y del productor de ésta) logrando así una soporífera sucesión de situaciones ya vistas con anterioridad, y también tendrá lugar la típica reconciliación entre dos personas que, por motivos del destino, se vieron enfrentadas por causas ajenas a ellos (como es el caso del padre de Joe y el padre de Alice, la cual cosa dificulta la relación entre los muchachos para más inri, y es que ambos fundaron su enemistad cuando el segundo estuvo implicado indirectamente en la muerte de la esposa del primero, la madre de Joe) y que por razones paternas deciden enterrar el hacha de guerra a causa de la situación.
No resulta sencillo enumerar los aspectos positivos que de desprenden de Super 8, aunque sí parece fácil reconocer que los actores que en ella aparecen tienen un futuro muy prometedor y cargado de éxito (como el que han tenido Kyle Chandler y Noah Emmerich, que interpretan al padre de Joe y al coronel Nelec respectivamente), además del apartado sonoro, que brilla por encima del visual (aunque éste tampoco se podría calificar de erróneo, ya que es muy acorde según la estética ochentera que los responsables han buscado imprimir al proyecto) y sobretodo del argumental, que deja mucho que desear (tanto en el desarrollo como en el desenlace, totalmente vergonzoso); como anécdota destacable entre las muchas que han rodeado a esta superproducción se podría destacar que la trama de Super 8 intentó guardarse en el más estricto secreto hasta el momento del estreno del filme (como ocurrió también con Monstruoso, otra de las producciones de J.J.Abrams), obligando de esta forma a todo el equipo a firmar una cláusula de confidencialidad, aunque a la postre ha resultado ser algo incomprensible debido a su poca relevancia a nivel de aportaciones al género (aunque quizás por ello se hizo, con el fin de suscitar más interés del un principio provocado).
Super 8 no destaca ni por originalidad ni por excelencia en ninguno de sus apartados, pero sí logrará entretener (medianamente) a aquellos nostálgicos que recuerden la época de los ochenta como una de las más productivas del cine; al resto de público dudo mucho que le atraiga una cinta que no aporta absolutamente nada al género fantástico o de ciencia ficción y de la que apenas se pueden extraer un par buenos momentos, como son el resultado final del cortometraje que ruedan los jóvenes (que tiene lugar al término del metraje, junto con los créditos finales) y el descarrilamiento del tren, el primero por ser muy gracioso y llamativo (me ha recordado al excelente cortometraje A very zombie holiday, del desconocido Sean Becker) y el segundo por ser una secuencia de acción realmente impactante (no como muchas otras que también tienen lugar y que en el intento se podrían tildar fácilmente de bochornosas).