Título original: Dark shadows
Año: 2012
Nacionalidad: EEUU
Duración: 113 min.
Género: Ciencia ficción, Comedia
Director: Tim Burton
Guión: John August, Dan Curtis y Nikki Clapp
Reparto: Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Helena Bonham Carter, Eva Green, Jackie Earle Haley, Jonny Lee Miller, Bella Heathcote, Chloë Moretz, Gulliver McGrath, Christopher Lee, Ivan Kaye y Alice Cooper
Sinopsis
En pleno siglo XVIII, la familia Collins abandona la ciudad de Liverpool para dejar atrás la vida llena de pobreza que les depara Inglaterra para intentar prosperar en América; pero algo ocultan en su viaje, y es que una antigua maldición cayó sobre la familia y no pueden escapar de ella...
Crítica
No cabe la menor duda de que la originalidad y particular visión del mundo del cine de Tim Burton resulta sugerente y siempre elocuente, pero Sombras teneborsas carece por completo de suficientes alicientes argumentales y, además, el humor del que hace gala, ese que tanto identifica a su director, parece estar anclado en la misma época en la que se desarrolla el primer tercio de la cinta; no obstante, cabe destacar la labor de la mayor parte del reparto ante la difícil tarea de adaptar una serie televisiva homónima de los años sesenta que no merecía el más mínimo interés en particular, ya que gracias a ello resulta cuantificable enormemente la calidad del filme a pesar de las múltiples (casi innumerables) carencias que abarca la presente propuesta.
En pleno siglo XVIII, la familia Collins, Joshua y Naomi (Ivan Kaye y Susanna Cappellaro respectivamente, ambos igual de insulsos en sus interpretaciones) abandonan la ciudad de Liverpool con su hijo Barnabas (Thomas McDonell, el pequeño actor que encarna al futuro protagonista de la historia) para abandonar la vida llena de pobreza que les esperaba en Inglaterra e intentar prosperar económicamente en América; sin embargo, detrás de tan grandiosa esperanza se oculta una antigua maldición que cayó sobre la familia y de la que no pueden escapar por mucho que pongan mar de por medio, una desdichada situación que desemboca en la misteriosa muerte de los padres y el intento de suicidio del joven, no perpetrado por la brujería celotípica llevada a cabo por parte de Angelique Bouchard (Eva Green, bella y voluptuosa como siempre pero algo descafeinada, como de costumbre), una enamorada que sufre un rechazo tan doloroso como imperdonable en su magnificado parecer.
Dos décadas más tarde, Barnabas Collins (Johnny Deep, un actor que sin importar el encargo que le atribuyan borda su papel) se ha convertido en un hombre próspero y tiene todo lo que hubiera podido imaginar, incluso goza de una familia compuesta por el empleado multiusos Willie Loomis (Jackie Earle Haley, en un papel poco apropiado y carente de relevancia, sensación en gran parte suscitada por sus anteriores trabajos, Watchmen y Pesadilla en Elm Street: El origen), Elizabeth Collins (Michelle Pfeiffer, la patriarca de la familia que presenta tantas operaciones como inexpresividad), Carolyn (Chloë Moretz, en auge actoral y poseedora de una innata experiencia tras las cámaras), Roger (Jonny Lee Miller, odiable pero correcto) y Julia (Helena Bonham Carter, horrible físicamente pero genial interpretativamente), a los que cabe añadir la inexplicable desde el punto de vista lógico (el desenlace nos dará la respuesta al respecto) aunque significativa llegada de Victoria Winter (Bella Heathcote, la cual hace honor a su nombre y realiza un trabajo sensacional); el sueño de sus padres parece haberse convertido en realidad, pero entonces aparece Angelique confesando haberle lanzado años atrás una poderosa maldición que le convierte en un ser de la noche, siendo pues un vampiro condenado a transitar por toda la eternidad como un alma en pena sin causa existencial alguna.
Tras el mencionado encierro de dos siglos, el vampiro Barnabas ha sido puesto en libertad en una década, la de los setenta, que no entiende en absoluto y en la que todo se ha vuelto extraño para él y todo lo que conocía ya no existe, aunque los citados miembros de la extraña familia a la que pertenece colaborarán en aras de conseguir una fortuna que no les resultará fácil lograr, una tarea en la que se verán involucrados todos y cada uno de ellos y de la cual solamente uno podrá quedar con vida, Barnabas o Angelique; el director Tim Burton vuelve a adentrarse en ese mundo oscuro de terror gótico que tan bien domina (cuanto menos hasta la fecha) en esta historia protagonizada por Johnny Deep, con el que ha contado hasta en un total de siete ocasiones obviando la que nos ocupa, así, en Eduardo manostijeras tuvo su primer papel importante en el cine, en Ed Wood se puso en la piel del considerado como peor director de la historia en una de las interpretaciones más memorables de su carrera, en Sleepy hollow logró dar vida a uno de los personajes más variopintos que se recuerdan, en Charlie y la fábrica de chocolate mostró su faceta más infantil, en La novia cadáver prestó la voz al esquelético protagonista, en Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calleFleet encarnó a un vengativo y sonoro barbero y, por último, en Alicia en el País de las Maravillas pudo sacar su lado más estrambótico; hasta la fecha estas habían sido las colaboraciones entre ambos, convirtiéndose en trabajos inconmensurables visualmente.
Tras tan dilatada y propicia retahíla de títulos a sus espaldas era de esperar que Sombras tenebrosas se convirtiera en otra producción inteligente y apasionante, pero más allá de tratarse de una comedia repleta de peculiares personajes no es más que una producción que se vale de la mitología vampírica para presentar una trama vacía y carente del más mínimo atisbo de originalidad; es una lástima tener que calificar dicho de producto de precario, pero lo cierto es que los amantes del cine y particularmente de Tim Burton se verán decepcionados enormemente al no hallar la personalidad cinematográfica que era de esperar (y fue anunciada) y encontrarse con una adaptación comercial en estado puro.