Título original: The Batman Año: 2022 Nacionalidad: EEUU Duración: 175 min. Género: Acción, Suspense Director: Matt Reeves Guión: Matt Reeves y Peter Craig Reparto: Robert Pattinson, Zöe Kravitz, Paul Dano, Andy Serkis, Colin Farrell, Jeffrey Wright, Peter Sarsgaard, John Turturro y Barry Keoghan
Sinopsis
En el segundo año de su lucha contra el crimen Batman investiga la corrupción que recorre Gotham City y cómo conduce hasta su propia familia mientras se enfrenta a un vil asesino conocido como Enigma...
Valoración
Lo mejor: la arriesgada e inusual estructura narrativa (rehuyendo la clásica tríada de segmentos que comprende desde la introducción hasta el desenlace pasando por el nudo) logra captar la atención del espectador de principio a fin, sucediéndose con naturalidad e incertidumbre un buen número de (anti)clímax audiovisualmente a cada cual más espectacular que el anterior; la (re)visión de la historia del héroe sobre el que (presumiblemente) pivota la producción brinda ciertos detalles argumentales de valor, abundando el líquido acuoso y la ausencia lumínico para dotarla de una epicidad muy diferente a la habitual; la dupla de villanos formada por Edward Nygma / Enigma (Paul Dano) y Oswald Cobblepot / Pingüino (Colin Farrell) cautiva sin remedio, prometiéndose para la siguiente entrega la aparición estelar de un Jack Napier / Joker cuya identidad interpretativa se desconoce en aras de continuar exprimiendo el siempre fructífero multiverso DC.
Lo peor: el nulo carisma de Bruce Wayne / Batman (Robert Pattinson) suscita profundo recelo por su (des)humanización (de hecho se percibe más inexpresivo que nunca), abanderando nefastamente la conversión de venganza a esperanza que proclama al ocultar sus sentimientos en contraposición a una Selina Kyle / Catwoman (Zöe Kravitz) que sí despierta empatía en el respetable; la deliberadamente deprimente puesta en escena no consiente ni un solo atisbo de regocijo (incluso las memorables secuencias de acción resultan sombrías), derrumbando al público paulatinamente hasta saturarlo de pensamientos negativos con una desoladora y corrupta ciudad sin ley como telón de fondo; la excesiva duración (nada menos que tres horas) de la cinta denota un montaje tan libre como indigesto, incidiéndose en redundantes aspectos pasados en detrimento de hacer lo propio con presentes (curiosamente se vislumbran futuros) aparentemente sin justificación.