Título original: Drive angry
Año: 2011
País: EEUU
Duración: 104 min.
Género: Acción, Fantástico
Director: Patrick Lussier
Guión: Patrick Lussier y Todd Farmer
Reparto: Nicolas Cage, Amber Heard, William Fichtner, Billy Burke, David Morse, Todd Farmer, Christa Campbell y Charlotte Ross
Sinopsis
Un hombre repleto de ira y sed de venganza parte en persecución de los individuos que asesinaron a su hija y secuestraron a su bebé; movido por sus sentimientos de vendetta, el rescate de su pequeño se convertirá en un baño de sangre, dejando a su paso un bueno número de cadáveres.
Crítica
Los excesos interpretativos de Nicolas Cage encuentran aquí su perfecta justificación, en un filme al estilo Grindhouse (obra del maestro Quentin Tarantino, en compañía de su amigo y siempre espectacular director Robert Rodríguez, una especie de guiño al cine de serie b con una banda sonora acorde) que no logra ser tan malo como los mejores títulos del género ni tan bueno como las recientes muestras (aunque se acerca más a la primera clasificación); sus injustificadas grandes dosis de violencia, sangre y acción no son el gran problema de esta película en comparación al enorme lastre que supone un pésimo guión y una gran falta de energía en su tramo final (como en casi toda la cinta, en la que sin embrago sí parece estar aprovechada más la tridimensionalidad que en producciones recientes como El Santuario del gran James Cameron).
Milton (el tan regular, pero en sentido peyorativo, Nicolas Cage) se ha escapado del infierno con el objetivo de ejecutar su venganza sobre el líder de un culto satánico responsable del asesinato de su hija, topándose en su camino con Piper (la preciosa Amber Heard), una camarera con coche pero sin tener a donde ir, quien se une a su viaje tras una fuerte discusión con su prometido (como no, el bueno de Cage interviene como defensor); mientras se aproximan a su objetivo, Milton es perseguido a su vez por la figura de El Contable (William Fichtner, de largo el mejor de la película, aportando a la misma carisma y el toque de humor que tanto necesita para poder ser soportada), alguien con poderes sobrenaturales al servicio de Lucifer cuyo objetivo es devolverle al infierno, del que ha escapado para vengarse de la cruel secta satánica que asesinó a su bebé (encabezada por Billy Burke, que intenta dotar de personalidad a su personaje pero que apenas logra sacarlo de un fatídico ser).
Básicamente lo narrado con anterioridad es la trama de Furia ciega, un filme falto de chispa que sin embargo consigue entretener, merced a un buen apartado técnico y grandes momentos de acción (la escena en la que Milton se está acostando con una mujer y de repente comienza un tiroteo es brutal, magnífica a la par que absurda); pudiéndose afirmar que las similitudes con las producciones de serie b son cuantiosas al contener siempre los mismos ingredientes (mucha violencia, sangre, posiblemente algo de gore, mujeres desnudas sin venir a cuento, terribles actuaciones, un guión de risa y bastante sinsentido por norma general), todo esto lo posee Furia ciega, tanto para bien como para mal, resultando un metraje que se deja ver pero apenas llega al aprobado justito (un par de escenas no puede compensar la nefasta trama).
Esta Furia ciega no hay que confundirla con el particular y cuestionable remake estadounidense del mismo título protagonizado por Rutger Hauer de la clásica figura japonesa de Zatoichi, aunque el resultado en términos generales es parecido (aquí se emplean los elementos sin disimulo y con toda la fuerza posible) y, en su estilo, el metraje se mantiene con cierta decencia hasta que el guión ya se muestra demasiado patético y toda la energía e interés que pueda haber generado decaen estrepitosamente en su tercer acto, sencillamente un aburrimiento y colofón final de lo peor que podría haber sido; otra cuestión es que la película no bordee siempre la frontera entre pretender ser un mal filme y en realmente serlo desde el primer minuto y que se hunda cuando llega el momento de la verdad, en este aspecto sólo hay un elemento que destaca desde el principio manteniéndose en un enorme nivel, William Fichtner, El Contable y mano derecha del Diablo.
Salvo los citados intergrantes del reparto, el resto de actores como el propio Nicolas Cage, Amber Heard (hay momentos que sí logra transmitir algo) o Billy Burke poco pueden hacer con el material que tienen entre manos, pero Fichtner resulta magnético, divertido y perfecto en su rol (a destacar la escena en la que “ayuda” a Milton a escapar de la policía cuando lo tienen acorralado, superado el ecuador de la trama); se puede concluir que Patrick Lussier, el director (y también guionista, junto con Todd Farmer) de esta prescindible Furia ciega, ha querido presentar un trabajo divertido, desinhibido y sin pretensiones más allá del entretenimiento puro y duro (hizo lo mismo con San Valentín sangriento 3D en el 2009), y aunque la cinta se tambalee por momentos, bien es cierto que esto, contra todo pronóstico, lo consigue por completo.