Título original: Demonic Año: 2021 Nacionalidad: Canadá Duración: 100 min. Género: Suspense, Terror Director: Neill Blomkamp Guión: Neill Blomkamp Reparto: Carly Pope, Chris William Martin, Michael Rog y Terry Chen
Sinopsis
Un científico contacta con la hija de una asesina en serie actualmente en coma para proponerle participar en la prueba de una tecnología experimental cuyo objetivo es introducirse en su perturbada mente...
Valoración
Lo mejor: la investigación médica (llevada a cabo por facultativos que resultan ser sacerdotes) sobre pacientes provenientes de instituciones gubernamentales que sirve de telón de fondo se percibe prometedora, no aprovechándose como debiera a pesar de mostrarse ciertos aspectos interesantes (como el síndrome de pseudocoma) que al menos despiertan curiosidad; la realidad paralela (en un espacio virtual) que pretenden (re)crear los ficticios expertos para que aquellos despojados de sus sentidos básicos puedan comunicarse en disposiciones diáfanas sin precedentes atrae sobremanera, no antojándose una idea de imposible consumación en un período relativamente corto de tiempo a juzgar por los avances tecnológicos; la psicología siempre es un tema apasionante (aunque recurrente) , estando aquí presente de manera caótica e infructuosa pero diferencial respecto a obras de similar (o idéntica) índole en un grado de entidad superior al resto con el mérito implícito que ello implica pese al despropósito global en el que se torna hasta rozar la vergüenza ajena.
Lo peor: la propuesta se engloba en el fantástico de (muy) limitado presupuesto (con todas las ventajas e inconvenientes audiovisuales que ello implica), no siendo desde luego aconsejable para quienes no vayan a consentir licencias sin justificación (el negacionismo místico sobre la posesión sólo funciona en la escena de la transformación en la visita amistosa por citarla sin explicarla) ya que maldecirán cada segundo de una historia que parece un videojuego de una firma independiente tratando (con escaso éxito) de innovar en el sector; la presentación de los personajes es nefasta, sin respetarse un orden lógico en la exposición de sus problemas e inquietudes a excepción de una protagonista que tampoco goza de excesiva profundidad; el cúmulo de decisiones irracionales (como no solo leer un mensaje proveniente de alguien con el que hace siete años no se mantiene contacto alguno sino concretar una cita) llega a desesperar, mas la huida de un pasado que se presume traumático (no llega a incidirse en el mismo con serenidad) es la peor en cuanto a dirección se refiere.
Daniel Espinosa
Herederas (Carlos Marbán, 2021)
Ficha técnica
Título original: Herederas Año: 2021 Nacionalidad: EEUU Duración: 79 min. Género: Drama, Suspense Director: Carlos Marbán Guión: Carlos Marbán Reparto: Anna Coll, Alma Cerezo, Chema Coloma y Patricia Fuertes
Sinopsis
Tras la muerte de su marido Elena y su hija Celia afrontan una nueva etapa en sus vidas..., una noche Elena va a una cena a la que ha sido invitada dejando a Celia sola en casa..., a partir de ese momento sus vidas darán un giro inesperado por las consecuencias de sus actos...
Valoración
Lo mejor: la clase magistral de planos que ofrece el director es sencillamente sublime (sin exagerar un ápice al emplear tan rotundo término), aprovechando el abanico de tipologías camarógrafas existente para congratular tanto estática como dinámicamente (valga añadir que la majestuosa banda sonora transmite emociones complementarias para conformar una pieza que rezuma profesionalidad); la retahíla de obvias e inmediatas reminiscencias visuales al denominado “extremismo francés” (con À l’intérieur y Martyrs como máximos representes fílmicos) y fotográficas al cine de contemporáneo (señalar a modo de anécdota que se puede observar una composición fotográfica prácticamente idéntica a otra de Midsommar) no solo está excusada sino justificada (con la serie de trágicos sucesos que derivan en otros aterradores), procediéndose con una tributaria visceralidad digna de celebrar que obligará a los más aprehensivos a retirar la mirada de la pantalla en varios momentos (sobre todo a lo largo del demoledor desenlace que precede a una breve pero demencial escena postcréditos que conviene aludir para que nadie abandone el visionado antes de tiempo); el equipo actoral borda su cometido al aunar interpretación e improvisación (o al menos así se percibe) con asombrosa naturalidad, mas hay que ensalzar el hecho de que el rodaje se haya llevado a cabo íntegramente en plena pandemia (exitoso micromecenazgo mediante con un servidor ejerciendo de productor ejecutivo) para valorar el resultado final de un producto atrevido como el que ocupa con innumerables limitaciones.
Lo peor: la plasmación de las citas “me niego a aceptar que el destino de mi familia sea tan bajo que le lleve a nacer sólo para morir” y “la muerte es misericordiosa ya que de ella no hay retorno pero para quien regresa de las cámaras más profundas de la noche no vuelve a haber paz” de Mary Shelley y Phillips Howard respectivamente puede inducir a equívocos argumentales (el trasfondo no es tan filosófico aunque sí interesante como ambas dejan entrever), si bien la intríngulis subyacente magníficamente interpretada (mención aparte merece la complicidad entre la dupla protagonista simulando guardar una relación paternofilial que trasciende la mera ficción) es sumamente oscura; el ritmo narrativo es dispar durante el metraje (bajo el humilde prisma de un criterio coral e imparcial), aunque logra absorber la atención del espectador tras unos primeros minutos de cortesía en los que se combinan hechos triviales con relevantes hasta que a partir del ecuador (casi con precisión de cirujano) la intensidad cobra tintes épicos; el fundamento actitudinal de la acción más determinante de la cinta generará controversia (como la licencia del autor de incluir fugazmente su flamante anterior trabajo Bella post portem), pues la decisión que a la postre precipita todo cuanto ocurre posteriormente (a excepción de la desdichada intromisión de algunos personajes secundarios inteligentemente introducidos para extender el caos a otros sujetos que no pertenezcan al propio clan) se antoja en esencia irracional por el escaso desconocimiento (únicamente un repentino hallazgo del que poco se detalla para entenderlo mínimamente) con la que se asume.
Daniel Espinosa
Spoken (Tenill Ransom, 2021)
Ficha técnica
Título original: Spoken Año: 2021 Nacionalidad: EEUU Duración: 94 min. Género: Drama, Suspense Director: Tenill Ransom Guión: Tenill Ransom Reparto: Chelsea Ledsinger, Chadwick Farley, Becka Hayes, Ebin ANtony, Brittany Myra, Chelsea Skalski, Steven Serbones, Ryan Paynter, Ken Dohse, Garrett Forge, Tenill Ransom y Jermaine Jordan
Sinopsis
Una joven está convencida de que algo terrible va a ocurrir en breve...
Valoración
Lo mejor: el brote originado (al menos según las autoridades competentes en el caso) en un campamento cercano a una escuela de periodismo en plena fase de prácticas que propicia la clásica teoría conspiranoica en la que el gobierno manipula a la población a través de los medios de comunicación con total impunidad es prometedor, invitando a debates (ancestrales pero no por ello menos necesarios) como el expuesto; el cartel promocional consigue captar la atención del público, convirtiéndose en el enésimo ejemplo de que las técnicas publicitarias de hoy en día generan enormes expectativas que superan con creces las resultados fílmicos en infinidad de ocasiones; la proeza de la que puede presumir un servidor al no haber caído en la tentación de abandonar el visionado al poco de iniciarlo, pues un sinfín de despropósitos (desde la arácnida escena de la apertura hasta la desafinada canción de los créditos finales) desfilan por la pantalla retando al espectador a que ceda ante el impulso de no terminar una de contemplar con estupor una trama deficiente donde las haya que no fomenta ni las restricciones actuales (por qué diantres sólo una de las estudiantes respeta las obligaciones sanitarias portando la mascarilla en zonas comunes es un misterio) ni el séptimo arte (de hecho es una ofensa al mismo) sintiéndose un verdadero triunfador quien lo logre.
Lo peor: la calidad visual (sobre todo en cuanto a efectos nada especiales se refiere) no alcanza la mínima exigible para una cinta a exhibir en un certamen tan prestigioso como el Sitges Film Festival, proyectándose en la edición de dos mil veintiuno para resignación de los asistentes a la sala al parecer un trabajo de grado sin presupuesto ni ideas que no merece el aprobado; el nivel interpretativo del elenco es pésimo, no ayudando a los actores (siendo generosos en la catalogación para no ofender en exceso) una serie de personajes tan caricaturescos como típicos tornándose una competición para demostrar quién es el menos carismático de todos; la iglesia como santuario paliativo para olvidar la situación (según se deja entrever sin profundizar lo suficiente en ello una sumamente delicada) de cada cual se antoja cuanto menos criticable como recurso argumental (con un extracto de misa que parece más una predicadora obligación que una disfrutada costumbre), estando la religión tan presente (sin ir más lejos con la citación explícita de un proverbio que versa “la muerte y la vida están en el poder de la lengua y los que amen comerán los frutos”) que se difumina la intención del autor si no es llevar a cabo una lobotomía a distancia sin fundamento ni eficacia lejos de la transmisión de esperanza existencial que tan solo en un momento concreto se atisba.
Un meticuloso asesino en serie tiene atemorizada a la población...
Valoración
La presentación (que a su vez sirve de definición) versa “la primera película para jugar por las calles de la ciudad descubriendo lugares de interés turístico y cultural mientras resolvéis pruebas de una trama de la que seréis protagonistas absolutos y que tendréis que resolver con la ayuda del entorno en el que os encontráis, vídeos explicativos, indicaciones a través de la aplicación móvil, informaciones en papel y películas de inmersión”; asimismo, se resume como la unión de “la tecnología multimedia e interactiva y los juegos en vivo para disfrutar de una experiencia de ocio innovadora donde resolver una gran misión con tus amigos o familiares ampliando las posibilidades de juego de los escape room”, estando de más tras estas líneas incidir en las características técnicas de Escape City Box para, bajo su revelador lema “the first real life game movie”, destacar en el sumamente potencial pero también feroz mercado en el que se circunscribe la obra.
La sinopsis empieza “la aparición de varios cadáveres en distintos puntos de la ciudad tiene en jaque a la policía..., un enigmático hombre que se oculta tras una máscara ejecuta y retransmite estos crímenes a través de las redes sociales atemorizando a la población con varios asesinatos en poco tiempo”, sigue “su astucia y cuidado a la hora de cometerlos hace imposible identificarle..., ¿seríais capaces de detenerle y librar a los ciudadanos del asesino de la máscara” y concluye “durante este intrigante juego al aire libre de investigación policial y detectivesca tendréis que resolver el caso de este peligroso asesino en serie para evitar nuevas muertes en la ciudad..., ¿estáis dispuestos”; definir la intríngulis como una historia digna de cualquier superproducción no se antoja descabellado, y es que la calidad (tanto audiovisual como narrativa) es tal que uno se pregunta frecuentemente cuál es la línea que separa la realidad de la ficción sin hallar respuesta.
El precio es fijo (no importa si la actividad de realiza en solitario o en compañía), el código es de un solo uso (la validación de este conlleva el inicio de la trepidante misión con una caducidad anual para canjearlo), la facilitación de datos presenciales es indispensable (la geolocalización es la base del rastreo al que se acepta someterse), la participación equitativa es subjetiva (la ruta no contempla la distribución múltiple de tareas para asegurar la activación sensorial de todos) y la adquisición voluntaria de entradas es parcial (el acceso a determinados recintos no es imprescindible pero sí provechoso); amén de lo señalado, el carácter competitivo se corresponde con una puntuación un tanto peculiar (el tiempo que se invierte apenas tiene relevancia en comparación con otros ítems como respuestas acertadas, retos superados, errores evitados y pistas solicitadas) que generará cierta controversia entre aquellos más reacios a semejante tipo de baremos.
La caja (cuyos acabados son robustos y elegantes hasta poder catalogarse de magníficos) alberga un manual (de usuario y normas), una guía (de consulta básica y rápida), una licencia (original y única) y tres sobres (sellados y numerados con material didáctico), siendo estos últimos la verdadera esencia de la propuesta, pivotando todo en torno a una aplicación (la última versión actualizada de la App Escape City Box, disponible tanto en Google Play como en Apple Store para descargarla de forma gratuita), la herramienta elegida para controlar de manera remota; se suple así magistralmente el hecho de que no haya un seguimiento físico para, una vez registrado el usuario y a partir de un punto céntrico de cada lugar (se brinda un enlace por si se prefiere saber con antelación y exactitud dónde comenzará el juego), conducir al intrépido grupo (se recomendaría no superar los cinco integrantes) en su sendero hacia la verdad de un caso tan turbio como apasionante.
Cabe recordar expresamente que es menester estar pendiente del entorno mientras se mira el móvil (el tránsito no se detendrá como es obvio) y que éste debe tener la batería bien cargada (en caso de cambiar de dispositivo se continuará donde se haya dejado al identificarse) al consumirse paulatinamente, no cabiendo desvelar nada más al respecto para mantener intacto el factor sorpresa en este trayecto cuya finalidad última es la de conocer mejor cuanto rodea a una población específica; complementariamente, de un modo mucho más superficial, conviene citar la posibilidad de obtener un suculento descuento de cinco euros para futuras incursiones (dos de ellas se expondrán en primicia en el párrafo póstumo) por el simple hecho de compartir una fotografía en redes sociales etiquetando a la empresa responsable (para ello es preciso enviar una captura vía correo electrónico) en una muestra más del afán por recompensar la difusión.
La adaptabilidad a más de una treintena de ciudades españolas (incluyendo A Coruña, Albacete, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Cádiz, Castellón, Córdoba, Donostia, Girona, Gijón, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, León, Logroño, Madrid, Málaga, Mérida, Murcia, Maspalomas, Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, Santander, Santiago de Compostela, Segovia, Sevilla, Tarragona, Toledo, Victoria Gasteiz, Valencia, Valladolid, Vigo y Zaragoza, es decir, las principales del territorio patrio), cada una con su distintiva seña de identidad promocional, resulta asombrosa merced a un hilo conductor perfectamente flexible a cada territorio; con mucha laboriosidad e ingenio (empleándose cuantas herramientas virtuales se conocen), los creadores han patentando dos versiones (la “lite” con una duración estimada de dos horas y la “black” con una de siete) muy celebrables.
El asombro suscitado en un servidor por la recepción del oportuno paquete con inaudita premura (exactamente al día siguiente de pactar la presente colaboración) era solo el preludio de una retahíla de sorpresas que, sin duda, han conquistado a los miembros de Cementerio de Noticias, asegurando sin titubeos que se trata de una excelente alternativa a la era posterior a una pandemia global que, durante meses, ha confinado en sus hogares a millones de ciudadanos; solo resta agradecer a Escape City Box tanto su infinita gentileza al confiar en esta humilde página como sus sabios consejos previos a la partida (sin ellos la optimización de la misma hubiera sido completamente imposible), deseando difundir los siguientes trabajos, El asesino de la máscara II y La lanza del destino (uno estará más enfocado en el raciocinio y otro en la aventura), anunciándose aquí en primicia tras hacerse extraoficialmente (en exclusiva) para la ocasión.