Título original: La abuela Año: 2021 Nacionalidad: España Duración: 100 min. Género: Drama, Suspense Director: Paco Plaza Guión: Carlos Vermut Reparto: Almudena Amor, Vera Valdez, Chacha Huang y Michael Collis
Sinopsis
Una joven se ve obligada a dejar de ejercer de laureada modelo para cuidar de un ser querido que acaba de padecer un derrame cerebral...
Valoración
Lo mejor: la dicotomía (la trama rezuma melancolía e incerteza) de sentimientos en la que se traduce el tema que sirve de telón de fondo (la vejez) se plasma de sutil e ingeniosa manera, invitando a reflexionar sobre cómo afrontar el constante e inevitable paso del tiempo; la retahíla de momentos espeluznantes está lograda (sobre todo los que protagoniza el decrépito personaje que da título a la película), justificándose en su mayoría; el juego de cámaras que ofrece el director en esta su octava incursión cinéfila es sublime, situándolas en lugares estratégicos para contextualizar únicos e inquietantes planos.
Lo peor: la redundancia de muchas escenas convierte el visionado en parcialmente tedioso, mas el hecho de que el desenlace se plasme (casi) explícitamente al inicio no contribuye a que el mismo sorprenda; la vertiente fantástica es sin duda la menos satisfactoria, introduciéndose precipitadamente (como el universo de las pasarelas) para afectar negativamente a los efectos artesanales; la nostalgia a la que se apela desde el glorioso avance va diluyéndose a medida que la narrativa profundiza en la historia visualmente, abandonándose así el majestuoso terror psicólogo generado en el imaginario de cada cual.
Daniel Espinosa
Prisoners of the Ghostland (Sion Sono, 2021)
Ficha técnica
Título original: Prisoners of the Ghostland Año: 2021 Nacionalidad: EEUU Duración: 98 min. Género: Acción, Suspense Director: Sion Sono Guión: Aaron Hendry y Reza Sixo Reparto: Nicolas Cage, Sofia Boutella, Ed Skrein, Nick Cassavetes, Bill Moseley, Narisa Suzuki, Takato Yone, Grace Santos y Saki Ohwada
Sinopsis
En la traicionera frontera de una ciudad un ladrón de bancos sin escrúpulos es liberado de la cárcel por un pudiente señor de guerra...
Valoración
Lo mejor: la cinta es audiovisualmente prodigiosa, con sonidos que hielan la sangre e imágenes que restan grabadas en la retina confluyendo ambos apartados con una coordinación digna de alabar como la escena predicadora del principal reclamo de la película; la completa captación de los sentidos (sin dilucidarse exactamente por qué) que el espectador experimenta durante tan alucinógeno (a intervalos literalmente) viaje es loable, primando una extravagancia suprema que bebe directamente de un enorme crisol de géneros (con tintes del cyberpunk menos ortodoxo imaginable) de difícil (por no sentenciar imposible) digestión a causa de una desbordante (hasta para el propio realizador) creatividad; la secuencia de los maniquíes es fantástica (tanto o más que el apoteósico duelo final cual órdago a la acción más espectacular con una coreografía sencillamente impecable), siendo una sutil crítica a la tiranía del sector empresarial.
Lo peor: la armonía de la delicadeza del cine asiático con la contundencia de la industria americana se observa en escasos compases (los absurdos e improvisados musicales son buena muestra de ello), optándose por plasmar una historia arduo confusa cual cúmulo de ocurrencias (la mayoría disparatadas) sin otro particular que llamar la atención del respetable; la parsimonia narrativa (a excepción del repentino frenesí que se da en los últimos veinte minutos desesperará al menos paciente, mas el guión (repleto de lagunas) recrea demasiado artificialmente las costumbres de la sociedad nipona aproximándose a la parodia menos respetuosa conjeturable; la sobreactuación consentida apodera del reparto excepto (contra todo pronóstico) del gran atractivo físico, un Nicolas Cage que acude aun rescate (casi) suicida provisto de un traje cuyas peculiares características desatarán el infierno nuclear en un peyorativo híbrido entre Mad Max y Hara-Kiri.
Daniel Espinosa
The medium (Banjong Pisanthanakun, 2021)
Ficha técnica
Título original: Rang zong Año: 2021 Nacionalidad: Tailandia Duración: 131 min. Género: Suspense, Terror Director: Banjong Pisanthanakun Guión: Banjong Pisanthanakun y Na Hong-jin Reparto: Narilya Gulmongkolpech, Sawanee Utoma y Sirani Yankittikan
Sinopsis
Un miembro de una familia chamánica está siendo poseído en directo...
Valoración
Lo mejor: la naturaleza (escenográfica e interpretativamente) como vital recurso funciona notablemente, antojándose el mayor de los aciertos de entre una retahíla que convierten la ocasión en una relativamente especial (obviedades a parte) de principio a fin con una serie de manifestaciones que van en creciente aumento e intensidad hasta un desenlace que abarca más de media hora de frenetismo sin parangón; la vista subjetiva que proporciona la grabación (cámara en mano simulando un documental) infunde un enorme respeto, recogiéndose la herencia (según se afirma con posibilidad de renuncia) del don sobre el que pivota la trama de manera efectiva e intimista; la dimensión que cobra el tan recurrido subgénero de las (multi)posesiones (desapariciones e intrigas mediante) es diferencial, pecando tal vez de sosegado ritmo pero cuantiosos matices (como el reflejo en la ventanilla del coche) que únicamente los más observadores apreciarán sin llegar en ningún caso (por desgracia) a encandilar rotundamente.
Lo peor: la verisimilitud que se trata de infundir al producto acaba por resultar tediosa a causa de la cantidad de datos irrelevantes que se brindan (descuidándose además críticas sociales como la gastronómica al dedicar a ellas escasos segundos), profundizando en detalles que a la postre no nutren sino perjudican la percepción del visionado; la narración textual de los acontecimientos no facilita precisamente su digestión (las filmaciones nocturnas previas al exorcismo son redundantes e inocuas), entendiéndose el devenir perfectamente sin la necesidad de incluir a modo de justificador preludio la oportuna explicación; la tradición de índole religiosa plasmada despierta recelo e interés a partes iguales (la defensa de una transmisión generacional para curar enfermedades metafísicas invita a la creencia de planos paralelos al habitualmente frecuentado por el usuario de a pie), entusiasmando sin remedio pero aterrando el solo hecho de imaginar que la cruda realidad apenas difiera de la ficción.
Daniel Espinosa
Regreso a Costa do Medo (Jorge Caneda, 2021)
Samuel y su hija Leonor viajan desde la capital hacia la costa norte huyendo de una infección que afecta a la humanidad... después de repostar en una gasolinera las duras restricciones de abastecimiento de la zona les impiden continuar su trayecto... el hombre obcecado con llegar cuanto antes a la vieja casa abandonada de sus padres al borde del precipicio toma una drástica e inesperada decisión que los llevará a ambos a descubrir la verdadera cara de la infección de la que huyen...
Valoración
La historia se sitúa unos treinta años antes de la original (la novela en sí misma), con un hombre otrora adulto (no anciano como en la ya lanzada al mercado) abandonando Madrid rumbo a Galicia junto a su descendiente femenina con la intención de llegar al emplazamiento donde creció (principal escenario de la que a partir de ahora deberá denominarse continuación) para aislarse del mundo que les rodea en aras de evitar el contagio que está sembrando el caos en el globo terráqueo; para contextualizar lo expuesto, en un flashback se describía lo sucedido la noche del once de octubre de dos mil veintinueve, transcurriendo el episodio que ocupa casi un mes después en una última parada en la que surge una amenazadora complicación.
Comenzando (cómo no) con un extracto de la canción Emancipation del célebre cantante Prince (al que se hace alusión explícita por coyunturales motivaciones al reproducirse sus temas mientras se elaboró el trabajo inaugural de esta idea reconvertida en saga) el consumidor será testigo de tan desolador panorama mimetizándose con él; así, a lo largo de siete capítulos (con tres o cuatro subdivisiones según la sección para ir digiriendo correctamente lo plasmado), se detalla la odisea a la que se hizo frente en un pasado que se antoja tan lejano como la fugaz conciencia social que primó sobre la contaminación, siendo esta una extensión de la crítica vertida sobre la desidia en relación al perenne cambio climático.
Resumiendo al máximo (sin duda en exceso), a ciento cincuenta quilómetros del objetivo padre e hija comprueban aterrorizados cómo las limitaciones de existencias derivan en una repentina violencia (excusada en perpetrarse por alguien sin un mínimo resquicio de compasión incumpliendo numerosas promesas) que desemboca en un cúmulo de discriminaciones, enfrentamientos, negociaciones e intimidaciones (todo ello externa e internamente); a partir de entonces, registros de matrículas, robos de vehículos y un decenas de eventos tienen lugar en tan reveladora regresión a un aciago acontecimiento con fatídicas consecuencias para los implicados, con la incursión de nuevos personajes (cuya relevancia es dispar) que se retroalimentan.
Un dependiente de gasolinera, una enfermera de hospital, un conductor de autobús y dos asaltantes de carretera (así como otros secundarios de inmediata caducidad) desfilan por los folios para confluir en un entorno hostil (o más bien despiadado) en el que todavía restan bastantes preguntas sin respuestas (en la anunciada secuela seguro se recuperan como elementos identificables para los seguidores como peligrosos medicamentos o nostálgicos pensamientos); es indiscutible que, con una tipografía de holgado tamaño para que nadie padezca al proceder en dispositivos electrónicos (la distancia es tan determinante para con los reflejos de los enemigos), lo cierto es que el apasionante desarrollo logra cautivar al mantener en vilo sin apenas poder respirar.
Como aspectos negativos (por tildar de una manera radical e injusta a las siguientes objeciones), el tratamiento de asuntos tan delicados como el alcoholismo (esa pésima adicción que por desgracia suma adeptos cada temporada) y el racismo (la razón por la cual el título está en gallego reside en dicha pincelada) denota demasiada superficialidad y no se atisba ninguna ilustración (lo cual añadiría contundencia visual a la ocasión); compensa lo matizado una visceralidad (en sentido figurado y literal) tal que parece apoderarse de uno hasta dejarlo sin aliento, empatizando con unos supervivientes (lo son en toda regla) frágiles en aptitud pero encomiables en comportamiento que combaten sus remordimientos y el efecto atmosférico que esparce la mortalidad.
Por lo señalado, un servidor recomendaría la edición física a la venta en Amazon al precio especial de lanzamiento de tres con noventainueve euros, un simbólico e irrisorio desembolso para maravillarse no solo con el contenido de tan poderoso relato corto sino de la presentación tangible cuyo diseño de portada (de Alexia Jorques) es un órdago al arte menos costumbrista (entiéndase dicha adjetivación como una mayúscula galantería) que uno conjeture; serviría asimismo para retribuir la excelsa labor de un escritor que, sin perder un ápice de su esencia, firma un frenético texto a modo de explicación totalitaria, pudiendo residir esta en una inteligente distracción cual perfecta coartada no prevista pero sí diligente que depara más de una sorpresa.
En definitiva, cabe aseverar que el título que ocupa merece ser leído con anterioridad o posterioridad (cada cual que opte por lo que prefiera) al libro de referencia, en el primero de los casos para ampliar ostensible e intensamente la experiencia conocida para dotarla de un epicismo hasta ahora desconocido (sí intuido) y en el segundo para iniciase e inmiscuirse en una breve trama de la que sentirá la imperiosa necesidad de conocer más (he aquí el ferviente consejo de adquirir un ejemplar para saciarla); en apenas cincuenta páginas Jorge Caneda vuelve a entusiasmar al respetable ofreciendo tensión e incertidumbre, con un ritmo mucho más ágil e incipiente aprovechando magistralmente la tesitura para expandir su particular universo sobre los no muertos.