Título original: Breeder Año: 2020 Nacionalidad: Dinamarca Duración: 105 min. Género: Suspense, Terror Director: Jens Dahl Guión: Sissel Dalsgaard Reparto: Sara Hjort, Anders Heinrichsen, Morten Holst y Signe Egholm
Sinopsis
Una empresa de productos de salud está secuestrando chicas jóvenes para experimentar con sus bebés y obtener un tratamiento que permita revertir el proceso de envejecimiento para revolucionar dicho sector...
Valoración
Lo mejor: el solo hecho de imaginar que se pueden paliar multitud de problemáticas (tales como demencia, diabetes y envejecimiento) es esperanzador, aunque por todos es sabido que las fases experimentales requieren de voluntarios y, a falta de ellos, personas que se sacrifiquen (aunque sea inconscientemente cual víctima seleccionada por un motivo específico); la sombría atmósfera que predomina en la película logra transmitir el trasfondo depresivo de la misma en el marco de una lúgubre fábrica reconvertida en revolucionaria clínica rigiéndose sus servicios por una política procedimental al uso (no llevan a cabo negociaciones sino transacciones) para aplicar avances biológicos basados en proteínas en complejos tratamientos; la acción transcurre (casi) íntegramente en la propiedad privada detallada e el siguiente párrafo con una exquisita técnica direccional, catando el primer tercio la atención del espectador (a partir de entonces el contenido es sugerente pero convencional hasta desembocar en una vengativa resolución tan cruel y vejatoria como el resto de ocurrencias anteriores aunque absenta de razones reales para no abandonar el visionado antes de ella) sin percatarse.
Lo peor: la enfermiza obsesión de mejorar aspectos físicos no se plasma debidamente, desde la obtención de la materia prima (extrayendo un cabello de un sujeto cuya belleza teóricamente lo demanda con asombrosa facilidad) hasta la manipulación verbal para convencer de ello (argumentando que la superficialidad que impera en la sociedad es comprensible); el rapto que precipita la historia misma apenas de justifica más allá de para entender mínimamente un traumático episodio padecido por la protagonista, quien escapa con sorprendente habilidad de unos secuestradores tan pésimos como algunas decisiones tomadas (acceder a un recinto asegurado con una valla electrificada con una puerta electrónica protegida por una comunicación numérica porque se abra repentinamente no se antoja precisamente una actuación racional) la reducción de todo el atractivo a la atracción física (con peligrosas prácticas fetichistas y gratuitas exposiciones femeninas incluidas) es demasiado trivial para una propuesta que aspira a mucho más, desaprovechándose una gran oportunidad no de reinventar el género pero sí de aportar algo distintivo juzgando la prometedora premisa de la que goza la obra que ocupa.
Daniel Espinosa
Sputnik (Egor Abramenko, 2020)
Ficha técnica
Título original: Sputnik Año: 2020 Nacionalidad: Rusia Duración: 105 min. Género: Ciencia ficción, Suspense Director: Egor Abramenko Guión: Andrei Zolotarev y Oleg Malovichko Reparto: Oksana Akinshina, Pyotr Fyodorov, Fedor Bondarchuk, Anton Vasilyev, Anna Nova, AleDemidov, Vitaliya Kornienko y Alek Marushev
Sinopsis
El único superviviente de un enigmático incidente no regresa solo...
Valoración
Lo mejor: la gravedad cero del inicio traspasa la pantalla, haciendo que uno levite junto a los protagonistas merced a unos efectos especiales de infarto (casi textualmente en ciertos impases posteriores); la vertiente estética es maravillosa, luciendo gloriosa cada segundo que abarca una trama primeramente intrigante (cuando acontece determinado accidente cosmonauta sin un motivo técnico sino fantástico) y postreramente traumático (cuando se consuma la prematuramente anunciada adaptación al medio de la criatura usurpadora, o al menos simbiótica, de una persona llamada a ser un héroe o un lunático según se esclarezcan los hechos tras recuperarse de la episódica amnesia que teóricamente padece); la ciencia ficción (ambos términos equiparables en cuanto a adecuación se refiere ya que hasta la alimentación del entrañable pero letal invasor a partir del miedo tiene su explicación en la fabricación de cortisol) está de enhorabuena, ya que el título que ocupa satisfará toda expectativa.
Lo peor: el cóctel de elementos extraídos de clásicos del celuloide (tales como Alien, Hannibal y Monstruoso) no entusiasma como pudiera, juzgando exclusivamente los prometedores recursos empleados para llevar a cabo un metraje cuya ambientación merece una mención a parte; la crítica gubernamental se introduce sutilmente pero para puritanos en la será (no sin razón) totalmente prescindible, pues argumentante no aporta nada más allá de evidenciar el abuso de poder y eternos debates (como el de la negligencia médica, la metodología científica, la confidencialidad administrativa, el sentimiento antisoviético, las técnicas psicoanalíticas o las órdenes superiores), aquí triviales e inconcluyentes; la facilidad para escapar de un recinto ultravigilado (nada menos que la agencia por excelencia de tratar los secretos que alberga el material clasificado del estado) sorprende sobremanera, mas el armamentístico (y cruel) trasfondo que reside en el mismo hiela más la sangre que el país de procedencia de la obra.
Daniel Espinosa
The show (Mitch Jenkins, 2020)
Ficha técnica
Título original: The show Año: 2020 Nacionalidad: Reino Unido Duración: 108 min. Género: Ciencia ficción, Comedia Director: Mitch Jenkins Guión: Alan Moore Reparto: Tom Burke, Roger Griffiths, Siobhan Hewlett, Alan Moore, Eric Lampaert, Daniel Tuite, Robert Goodman, Ethan Rouse y Gayle Richs
Sinopsis
Un detective es contratado para encontrar un artefacto desaparecido...
Valoración
Lo mejor: la labor de Alan Moore (guionista de excepción para la ocasión) dota a la propuesta de mucha personalidad, interpretando asimismo a un lunático (en sentido figurado por su comportamiento y literal por su apariencia) cuya visionaria figura reconvierte la clásica concepción de héroe de a pie en una pintoresca ciudad ávida de esperanza; la anarquía (y revolución) está representada en una especie de vigilante nocturno (poco más conviene añadir al respecto ya que permanece en la sombra de principio a fin al ser meramente simbólico), traduciéndose en un curioso icono de la revuelta (y contrasociedad) alejada de todo conservacionismo; la conspiración está presente en todo momento (físicamente en la sala control y metafóricamente en casi cada plano), un desestabilizador recurso que logra infundir el respeto que la tecnología actual implora (la abundancia de herramientas de monitorización y persuasión es tan obvia como peligrosa), criticando la misma con una (muy) peculiar y severa acidez.
Lo peor: el constante tránsito entre el mundo onírico y el real (a través de alucinatorios pasajes) no enamora como se pretende, pues si bien es cierto que se plasma magníficamente cómo el primero (fantástico) reside en el segundo (tangible) no lo es menos que los personajes encargados de transmitir tan fundamentalista mensaje son tan psicóticos como la trama y, como consecuencia, desbordan tal extravagancia que imposibilita su deleite; la retahíla de discursos neoliberales (la mayoría pronunciados por el hilarante detective y el enmascarado anónimo) no contribuye a secundar el trasfondo, sobre todo a causa de uso supervivientes (por qué no tildarlos así atendiendo a su pasado) carentes de empatía entre sí y en relación al público; la intertextualidad como pilar básico narrativo no funciona fluidamente, siendo un compendio de homenajes y referencias (se abarca desde el cine negro con humor desfasado hasta la cultura pop con estética hortera) sin sentido racional, sean cuales fueren las permisividades.
Daniel Espinosa
Sitges Film Festival 2020 Resúmen del día 6 (13/10)
En una edición donde el cine catalán y español está teniendo un peso muy destacado, hoy se ha presentado Cosmética del enemigo, el último trabajo del director catalán Kike Maíllo. El film es una coproducción entre España, Francia y Alemania y cuenta con un reparto internacional formado por Tomasz Kot (Cold War), Athena Strates (The Good Liar), Marta Nieto (Madre) y Dominique Pinon (Delicatessen). La película, que forma parte de la Sección Oficial a Competición, adapta la novela Cosmétique de l'ennemi, de la autora belga Amélie Nothomb, que ha sido traducida a 24 idiomas y ha vendido más de 700.000 copias en todo el mundo. El film está centrado en la historia de Jeremiasz Angust, un arquitecto de éxito que pierde su vuelo a causa de una misteriosa joven que lo aborda de repente. Los dos personajes iniciarán una conversación que irá enrareciéndose hasta convertirse en algo siniestro y criminal. Se trata del tercer largometraje de Kike Maíllo, que inauguró Sitges 2011 con Eva y ganó el Goya a la mejor dirección novel. Cosmética del enemigo es su primera producción internacional, para la que ha confiado una vez más en un equipo técnico integrado en su mayoría por gente de la ESCAC.
Esta mañana en rueda de prensa, Kike Maíllo, el productor Toni Carrizosa y dos de los protagonistas de la película, la actriz sudafricana Athena Strates y el polaco Tomasz Kot, han explicado cómo ha sido el proceso de adaptación de un best seller a la gran pantalla adaptándola a la visión cinematográfica personal del director y que ha recibido la aprobación de la autora del libro. “Es bueno que el espectador que ya conozca la novela vea ciertas diferencias con la película. Soy poco amante de las adaptaciones que son demasiado fieles y creo que hay que tener cierto grado de infidelidad con la obra original", ha declarado Maíllo. La idea del pasado que tiñe nuestro presente es la esencia de esta película. "Este thriller psicológico habla sobre los fantasmas del pasado, pero pasado y presente no se pueden desligar. La película pasa en un aeropuerto y habla de gente viajera que se llevan los problemas dentro de la maleta. Puedes huir donde quieras, poner tierra por medio, pero no puedes huir de ti mismo". Los actores también han conversado sobre sus interpretaciones y el papel de la improvisación en un guion muy estructurado y marcado, con un reparto internacional con Athena Strates como la única persona del reparto con el inglés como lengua materna. "Kike dejó que mi personaje jugara con el dinamismo y con el pasárselo bien. Y esta libertad se nota en el resultado final". En este sentido, Tomasz Kot ha destacado esta oportunidad de improvisar en una secuencia que hizo con Strates de un plano fijo de 25 minutos de conversación, toda una experiencia única.