Título original: Diablo
Año: 2011
Nacionalidad: Argentina
Duración: 85 min.
Género: Acción, Comedia
Director: Nicanor Loreti
Guión: Nicanor Loreti y Nicolás Galvagno
Reparto: Juan Palomino, Sergio Boris, Nicolás Galvano, Luis Aranosky, Hugo Quiril, Leandro de la Torre, Lorena Vega y Luis Ziembrowski
Sinopsis
Marcos, un compungido antiguo púgil, espera rehacer su vida lo antes posible, siendo un primer paso reconciliarse con su antigua novia; cuando ésta le visita, aparece junto a ella su primo Hugo con la camisa manchada de sangre, un evidente aviso de que se avecinan problemas.
Crítica
Las dudas que uno pudiera albergar a la hora de conceder un visionado al largometraje objeto de la presente crítica se disipan totalmente desde sus primeras imágenes, pues en ellas Diablo ya se percibe como un clásico contemporáneo de la cinematografía no solamente argentina sino mundial, convirtiéndose paulatinamente en una saturación extrema que juega con el viraje colorista en ciertos elementos y momentos puntuales (al más puro estilo Sin City, no siendo éste el único detalle que recuerda a tan peculiar método direccional) para dejar que la ausencia del mismo plague el resto de secuencias combinando crudas peleas de boxeo (combates que en la mayoría de compases cobran tintes oníricamente simbólicos y no estrictamente deportivos) con acción fuera del cuadrilátero, alejándose en todo momento de los convencionalismos más recurrentes (éstos se dan en menor medida pero en cualquier caso se reconocen como un tributo y no como un insolente retrato paródico a pesar de no tener cabida en ellos el sentido del serosidad) para posicionarse en un plano mucho más oscuro (en el más amplio sentido del término) y, en último término, existencial; se trata de una divertida, sangrienta, original, intrincada y, sobre todo, distinto metraje de género que de buen seguro sorprenderá (positivamente) a muchos contra todo pronóstico al estar bien actuada, dirigida y fotografiada, conformando todos los componentes que en ella confluyen una especie de travesura de niños destinada a los padres de los mismos cuyo contenido sanguinario es tremendamente entretenido, una atípica obra regurgitada desde las entrañas del independentismo cinéfilo cuya furiosa y corrosiva progresión no sólo deja sin aliento sino que provoca un llamativo morbo por la acumulación de escenas de violencia, humor negro y desparpajo, transformándose el prometedor sentido fundacional que destila la premisa en un proyecto tan brutal como elemental no apto para menores.
Con personajes sólidos, bien construidos e interpretados, así como con evidentes urgencias perfectamente resueltas que lejos de mermar la locuacidad del filme lo hacen funcionar desde el primer hasta el último segundo, el debut en la gran pantalla de Nicanor Loreti está destinado a ser embalsamado (el tiempo dictará sentencia al respecto pero al menos ello sería lo oportuno), y es que todo tiene una razón de ser (incluso aparentes banalidades resultan ser posteriormente claves para la conformación de la resolución final) y el hecho de que las caracterizaciones sean tan exageradas (en especial la del antagonista más poderoso de la trama encarnado por un imponente pero ortopédicoHugo Quiril, una especie de retrospectiva física de Sylvester Stallone en sus muy lejanos mejores tiempos barajando la viabilidad de que ya estuviera hormonado por aquel entonces) no hacen sino amenizar la velada, repleta de impases explícita y justificadamente rudos, lo cual aumenta la consideración hacia Abordar, compañía que ha apostado por ella para su difusión española aun pasando dos años desde su estreno; el director confecciona así un plausible parecer personal que unifica la importancia de la familia, los ídolos atléticos, la homofobia, el antisemitismo, el racismo, el clasismo y muchas otras cuestiones igualmente controvertidas de absoluta actualidad teniendo la virtud de respetar un estilo en el que los conceptos absurdos y bizarros son impuestos por caricaturas humanas sin sentido del ridículo ni de la verosimilitud, lo cual ayuda a discernir aquello que el realizador trata con profundidad (básicamente la marginalidad, el contrabando y la lucha entre el poder del dinero y el de la fuerza bruta) y respecto a lo que desarrolla con ironía (el sarcasmo de todo lo relacionado con la religión y las primitivas actitudes frente a determinados percales ensalzan la figura de un protagonista muy cercano sino vinculable con alguien conocido al tiempo que enfatizan magistralmente el descontrol reaccionario al presentarse imprevisibles contratiempos), yendo siempre más allá de una narración a la que acompañan constantemente veloces movimientos de cámara, extravagantes ángulos y poco convencionales planos cortes y el recurso de la recopilación en forma de imágenes reminiscentes para desvelar sucesos acontecidos ocultados previa premeditación.
Abatido, cansado y bajo de forma el antiguo boxeador de mediana edad Marcos (Juan Palomino, intachablemente soberbio en cada matiz que asume), que interrumpió indefinidamente su inmaculada carrera profesional al retirarse tras matar a un contrincante en la lona de un solo puñetazo en el último asalto incitado por su entrenador al convencerle de que era el único método para proclamarse vencedor del combate despierta un fatídico día, todavía taladrado por su conciencia, esperando la llegada de su hasta hace poco pareja para intentar recomponer la relación con ella, pero en lugar de la mujer aparece su primo Higuito (Sergio Boris, algo cargante en determinados compases pero en términos generales muy convincente), el clásico chanta porteño, con la camisa manchada de sangre, evidente preludio de que se avecinan problemas; al mismo tiempo, un poderoso magnate corporativo se encuentra hospitalizado esperando un trasplante de hígado (pudiera parecer que nada tiene que ver una cosa con la otra pero ambas situaciones están estrechamente ligadas) que, inesperadamente, alguien le roba cuando está a punto de recibirlo provocando que su vida penda de un hilo, motivo por el cual su hija, con el objetivo de cobrar la suculenta suma dineraria que la herencia de éste va a dejar a quien decida en su lecho de muerte, contrata a un grupo de (presuntos) policías para encontrar el órgano perdido, empresa que irá complicándose mucho.
La desconfianza (y sospecha) entre el compungido (tanto como solicitado por todo aquel que se encuentra a su paso, considerándolo un temido mito aunque lo que realmente busque no sea la admiración sino la redención) púgil y el pariente recién llegado va en aumento, suspicacias que no hacen sino crecer a raíz de que un enmascarado (más concretamente una careta que emula el rostro del mismo Satán) comienza a regalar una insana cantidad de dólares a los pobres cual defensor del pueblo en lucha contra la clase mejor asentada de la sociedad, propiciando que en la ciudad se haya sembrado un caos total atribuido al siempre perseguido narcotráfico, imputación que por una vez no es del todo certera, ya que si bien es cierto que todo parece deberse a un turbio negocio igualmente ilegal propulsado por el conocido como Café con leche (Luis Aranosky, la simpática locura que su labor transmite alcanza cotas insuperables) no es específicamente el que se cree; una serie de quilombos (qué menos que emplear un término propio del país de origen), entre los que se encuentran la avaricia de la primogénita del necesitado hospitalizado, delirantes apariciones, inconcebibles casualidades, arriesgadas confesiones, situaciones extremas y traumáticas torturas, se traducirán en sangre por doquier, espectacular acción y, en definitiva, el resurgir del Inca del Sinaí al verse involucrado contra su voluntad en un entramado que exige brutalidad, un implacable regreso que no defraudará a nadie y uno de tantos motivos por los cuales es tan fervientemente recomendable el largometraje.
Deshacerse en (más) elogios está de más, basta con mencionar que la producción ha sido considerada por no pocos entendidos como una mezcla entre el cine de Quentin Tarantino y Guy Ritchie (las comparativas son, una vez más, odiosas e incluso en este caso innecesarias al tratarse de un filme muy meritorio sin precisar ser relacionado con obras maestras de semejantes aristas, siendo en cualquier caso el estilo más reconocible el de Robert Rodríguez en cuanto a la tipografía que se observa en los créditos, el recurso de cambiar constantemente de realidad a animación y la selección musical) al presentar un argumento lleno de vértigo y carcajadas en el que, sin concesiones, prima la originalidad de diálogos, resultando éste un apartado tan espléndido como el estético, hipnótico como en escasas ocasiones; qué duda cabe que Diablo puede ser considerado sin demasiados matices un filme de culto instantáneo (no tanto en cuanto al misticismo de Donnie Darko como al impacto de Cube, dos de los trabajos más representativas de dicha corriente) de enorme repercusión, cabiendo recordar que el mismo le valió al experimentado guionista televisivo y responsable de la popular revista de terror argentina “La Cosa” tanto el Premio Opera Prima INCAA como con el Premio Kodak Cinecolor Mejor Película Argentina en el Festival de Mar del Plata en la edición en el que fue presentado (más concretamente la de dos mil once), así como la posibilidad de participar en la Sección Brigadoon Emergents del recientemente concluido Sitges Film Festival 2013, un aclamado paso por certámenes especializados que deja entrever el público al que va destinado tan singular producto aunque éste pueda ser disfrutado por la inmensa mayoría de espectadores al suponer un divinamente demencial ejercicio contraproducentemente duro e igualmente logrado, habiéndose reconocido debidamente algo que habitualmente no se suele hacer, la modestia (la pretenciosidad es la que suele primar a la hora de galardonar), en este caso imaginativa como pocas siendo el único (aunque considerable) déficit notorio la facilidad comprensora de las palabras que profieren cuantas personalidades desfilan por la pantalla, no por el idioma en el que se expresan sino por la nula filtración de sonidos que acompañan a sus declaraciones.
Daniel Espinosa
El experimento Belko (Greg McLean, 2016)
Ficha técnica
Título original: The Belko experiment Año: 2016 Nacionalidad: EEUU Duración: 88 min. Género: Drama, Suspense Director: Greg McLean Guión: James Gunn Reparto: Michael Rooker, Tony Goldwyn, Melonie Diaz, John Gallagher, Sean Gunn, Adria Arjona, John Ginley, Owain Yeoman y Brent Sexton
Sinopsis
Un grupo de trabajadores expatriados de en un edificio colombiano se ven atrapados mientras una voz les hace plantearse dudas morales...
Valoración
Lo mejor: la simbología respecto a los empleados como meras acciones empresariales está muy lograda, convirtiéndose en peones de un macabro juego gubernamental en el que sus decisiones dictan la posibilidad de permanecer con vida; la interacción entre los personajes mantiene la atención del espectador, en especial cuando se suceden las estrategias psicológicas para convencer al prójimo de cooperar en beneficio propio; la contundencia de algunos conflictos consigue provocar el malestar deseado, incidiendo igualmente en exceso en aquellas escenas puramente violentas en virtud de una supervivencia que prontamente deja de contemplarse colectiva en la individualidad.
Lo peor: la serie de retos que la voz en off plantea a los repentinos concursantes apenas varía de unos a otros, repitiéndose sobre todo el cometido de los mismos sin distanciarse de un número concreto de muertes antes que se agote el tiempo concedido; la formula en la que se basa la cinta para desarrollar la trama no sorprende nada, pudiéndose intuir sin equivocarse cómo avanzará; la historia en sí resulta directamente inexistente, ya que ni siquiera en el desenlace se explican mínimamente las motivaciones por las que se ha llevado el experimento que da sentido al título desaprovechándose la excelente premisa al profundizar en el consabido egoísmo innato en el hombre.
Daniel Espinosa
Parasite (Bong Joon, 2019)
Ficha técnica
Título original: Gisaengchung Año: 2019 Nacionalidad: Corea del Sur Duración: 128 min. Género: Drama, Suspense Director: Bong Joon Guión: Bong Joon, Jin Won y Kim Dae Reparto: Song Kang, Lee Se, Jang Hye, Cho Yeo, Choi Woo y Park So
Sinopsis
Una familia pobre comienza a relacionarse con otra adinerada, dándose cuenta paulatinamente que tienen muchas cosas en común...
Valoración
Lo mejor: la angustiosa situación de la familia protagonista antes de recibir determinada proposición resulta tan poderosa como metafórica, transmitiendo una compasiva humildad que se prolonga hasta la conclusión de la cinta; la metodología educativa a la que se recurre reclama con rotundo éxito la entera atención del espectador, basándose ésta en un concepto de vigorosidad tan genuino como el significado que se otorga al de simplicidad para describir a cierto personaje femenino; la tensión sonora es el preludio de la visual, siendo la narración un auténtico primor cuyos giros argumentales incentivan sobremanera el visionado de una película que, elegante e ingeniosa como el empleo del código morse, no deja nada indiferente.
Lo peor: el contraste de clases se acentúa tanto que se desvirtúa por completo, poniéndose desmesurado énfasis en evidenciar que la apariencia cobra tanto o más valor que el propio saldo bancario en la sociedad; la interrelación entre los personajes se podría tildar de precipitada, no teniendo sentido lógico alguno amén de servir como excéntrica justificación del clásico componente humorístico de las propuestas niponas; la secuencia erótica que desemboca en el cruento final no tiene la menor cabida entre tanta brillantez, antojándose tan burda e impropia del talante denotado como la superficialidad de la afirmación explícitamente citada “sin un plan nada puede salir mal”, ya que la alegoría al descontrol contradice la esencia del metraje mismo.
Daniel Espinosa
Abierto hasta el amanecer
(Robert Rodríguez, 1996)
Ficha técnica
Título original: From dusk till dawn Año: 1996 Nacionalidad: EEUU Duración: 109 min. Género: Acción, Suspense Director: Robert Rodríguez Guión: Quentin Tarantino y Robert Kurtzman Reparto: George Clooney, Quentin Tarantino, Harvey Keitel, Juliette Lewis, Salma Hayek, Fred Williamson, Cheech Marin, Danny Trejo, Tom Savini, Michael Parks, John Saxon, Kelly Preston y John Hawkes
Sinopsis
Dos peligrosos criminales deciden pasar la noche en un sucio local...
Valoración
Lo mejor: el placer de violentar al famoso guionista (Quentin Tarantino) por parte de los actores, pues el mismo sufre disparos, bofetadas y mordiscos (entre otras barbaridades) para planificado disfrute de ellos y del espectador, que observará, atónito e interesado, cómo un papel tan complicado es bordado por tan peculiar autor; la milimétrica división de dos películas en una, y es que justamente en el ecuador se pasa de la aventura exterior (en aras de llegar a la frontera mejicana y escapar de la justicia) a la acción interior (en el local teóricamente seguro en el que repartir las ganancias de los actos vandálicos cometidos), agradando igualmente ambos segmentos; la cantidad de veces que un servidor ha visionado el largometraje sin que pierda un ápice de interés a causa de su inmaculado ritmo, un descomunal mérito para alguien que no abandona nunca la reproducción una vez iniciada pero sí se muestra muy reacio a repetir la experiencia, siendo este un alegato muy personal pero uno debe ser ególatra exponiendo su humilde opinión.
Lo peor: el listado de variedades de partes íntimas femeninas (referidas de otro modo, claro) que se profiere a las puertas del andrajoso antro regentado por un portentoso Danny Trejo es, junto con cierta canción del pornoautor Chivi, el mayor canto a la soez más divertida pero también ofensiva que uno imagine; el inconfundible arte de Tom Savini en la labor de maquillaje (si se cita su breve pero inolvidable interpretación como el carismático “sex machine”, cuya entrepierna es más peligrosa que sus manos, el adjetivo pierde sentido al ser legendaria e inaudita su participación) no será valorada debidamente por el público contemporáneo, si bien merece toda alabanza habida y por haber al ofrecer un gran espectáculo visual, de aquellos que entusiasman a los verdaderos cinéfilos basándose en efectos tradicionales (es decir, artesanales y no virtuales); el fetichismo del responsable más extrovertido y extravagante (pese a que Robert Rodríguez también lo sea es evidente que su inseparable compañero de fechorías detrás de las cámaras lo supera con creces aun mostrándose más cometido y menos incontinente que de costumbre), quien ejerce de guionista para la ocasión plasmando, a falta de una vez, en dos (en la caravana con Juliette Lewis y en la cantina con Salma Hayek) su fijación por los pies mujeriles, antojándose una potente adicción de provocativa sensualidad pero nula argumentación.
Daniel Espinosa
Fall
(Scott Mann, 2022)
Ficha técnica
Título original: Fall Año: 2022 Nacionalidad: EEUU Duración: 102 min. Género: Drama, Suspense Director: Scott Mann Guión: Jonathan Frank y Scott Mann Reparto: Grace Caroline, Virginia Gardner, Jeffrey Dean, Mason Gooding, Julia Pace, Fréderic Peacher, Jasper Cole y Darrell Dennis
Sinopsis
Dos amigas para las que la vida trata de superar sus miedos se encuentran atrapadas a más de seiscientos metros después de subir hasta la cima de una oxidada torre de comunicaciones abandonada...
Valoración
Lo mejor: la constante sensación de peligro está perfectamente recreada, pareciendo de veras que la altura es la apreciada cuando la grabación se produjo prácticamente a ras de suelo; la cantidad de tesituras a las que se sobreponen los personajes femeninos logra suscitar profunda empatía por ellas, exprimiéndose al máximo las situaciones en un perímetro tan pequeño como en el que transcurren; el ritmo narrativo va creciendo hasta desembocar en el épico final previo potente giro de guión, pese a que argumentalmente no convenza excesivamente al introducirse recursos un tanto surrealistas.
Lo peor: la interrelación sentimental entre las dos protagonistas no termina de encandilar, subyaciendo cierta traición que desde el primer instante se intuye; la ocurrencia que lleva implícita el enésimo intento de contacto con el mayor recipiente empleado se antoja algo quimérico, ya que la preparación que conlleva con los escasos materiales dispuestos lo imposibilitan por completo; la cantidad de contratiempos que se superan a partir del ecuador resultan un tanto increíbles desde un prisma puramente racional, pues afrontarlos en circunstancias tan extremas como las planteadas desembocaría casi seguro en fracaso.
Daniel Espinosa
Heretic
(Bryan Woods y Scott Beck, 2024)
Ficha técnica
Título original: Heretic Año: 2024 Nacionalidad: EEUU Duración: 110 min. Género: Drama, Suspense Director: Bryan Woods y Scott Beck Guión: Bryan Woods y Scott Beck Reparto: Hugh Grant, Sophie Thatcher, Chloe East y Carolyn Adairer
Sinopsis
Dos misioneras se ven obligadas a demostrar su fe en cierta visita...
Valoración
Lo mejor: la introducción de varios giros de guión (algunos realmente sorprendentes) funciona a las mil maravillas, logrando que el espectador solamente intuya hacia dónde se dirige la película en lugar de acertarlo plenamente como en otros títulos de semejante índole; la angustia que suscita el único escenario (omitiendo breves secuencias de exterior) es mayúscula, un lúgubre ámbito doméstico que rezuma misterio e insalubridad que guarda multitud de secretos; el descenso a los infiernos (casi literal pero sobre todo moralmente en cuanto a creencias se refiere) que experimenta la joven dupla protagonista derrumba al más íntegro, secundadas en todo momento por un villano de excepción que también borda su cometido revelaciones mediante.
Lo peor: la insistencia en temas religiosos (de hecho toda la trama pivota sobre ellos) termina por abrumar, absorbiendo la atención al principio aunque despertando profundo recelo posteriormente al contradecir absolutamente cuanto se conoce desde tiempos inmemoriales; la densidad del avance de ciertos tramos (regocijándose en ideas tan interesantes como redundantes) desespera, sucediéndose comportamientos extraños e innaturales a jugar por las situaciones expuestas; la relación de objetos mundanos (tales como populares juegos de mesa o comidas basura) con devotos llega a resultar cómico, pues la forma de desarrollar las analogías se torna demencial e inverosímil desde la perspicaz e inconsecuente apertura hasta el final.
Daniel Espinosa
Abierto hasta el amanecer
(Robert Rodríguez, 1996)
Ficha técnica
Título original: From dusk till dawn Año: 1996 Nacionalidad: EEUU Duración: 109 min. Género: Acción, Suspense Director: Robert Rodríguez Guión: Quentin Tarantino y Robert Kurtzman Reparto: George Clooney, Quentin Tarantino, Harvey Keitel, Juliette Lewis, Salma Hayek, Fred Williamson, Cheech Marin, Danny Trejo, Tom Savini, Michael Parks, John Saxon, Kelly Preston y John Hawkes
Sinopsis
Dos peligrosos criminales deciden pasar la noche en un sucio local...
Valoración
Lo mejor: el placer de violentar al famoso guionista (Quentin Tarantino) por parte de los actores, pues el mismo sufre disparos, bofetadas y mordiscos (entre otras barbaridades) para planificado disfrute de ellos y del espectador, que observará, atónito e interesado, cómo un papel tan complicado es bordado por tan peculiar autor; la milimétrica división de dos películas en una, y es que justamente en el ecuador se pasa de la aventura exterior (en aras de llegar a la frontera mejicana y escapar de la justicia) a la acción interior (en el local teóricamente seguro en el que repartir las ganancias de los actos vandálicos cometidos), agradando igualmente ambos segmentos; la cantidad de veces que un servidor ha visionado el largometraje sin que pierda un ápice de interés a causa de su inmaculado ritmo, un descomunal mérito para alguien que no abandona nunca la reproducción una vez iniciada pero sí se muestra muy reacio a repetir la experiencia, siendo este un alegato muy personal pero uno debe ser ególatra exponiendo su humilde opinión.
Lo peor: el listado de variedades de partes íntimas femeninas (referidas de otro modo, claro) que se profiere a las puertas del andrajoso antro regentado por un portentoso Danny Trejo es, junto con cierta canción del pornoautor Chivi, el mayor canto a la soez más divertida pero también ofensiva que uno imagine; el inconfundible arte de Tom Savini en la labor de maquillaje (si se cita su breve pero inolvidable interpretación como el carismático “sex machine”, cuya entrepierna es más peligrosa que sus manos, el adjetivo pierde sentido al ser legendaria e inaudita su participación) no será valorada debidamente por el público contemporáneo, si bien merece toda alabanza habida y por haber al ofrecer un gran espectáculo visual, de aquellos que entusiasman a los verdaderos cinéfilos basándose en efectos tradicionales (es decir, artesanales y no virtuales); el fetichismo del responsable más extrovertido y extravagante (pese a que Robert Rodríguez también lo sea es evidente que su inseparable compañero de fechorías detrás de las cámaras lo supera con creces aun mostrándose más cometido y menos incontinente que de costumbre), quien ejerce de guionista para la ocasión plasmando, a falta de una vez, en dos (en la caravana con Juliette Lewis y en la cantina con Salma Hayek) su fijación por los pies mujeriles, antojándose una potente adicción de provocativa sensualidad pero nula argumentación.
Daniel Espinosa
Fall
(Scott Mann, 2022)
Ficha técnica
Título original: Fall Año: 2022 Nacionalidad: EEUU Duración: 102 min. Género: Drama, Suspense Director: Scott Mann Guión: Jonathan Frank y Scott Mann Reparto: Grace Caroline, Virginia Gardner, Jeffrey Dean, Mason Gooding, Julia Pace, Fréderic Peacher, Jasper Cole y Darrell Dennis
Sinopsis
Dos amigas para las que la vida trata de superar sus miedos se encuentran atrapadas a más de seiscientos metros después de subir hasta la cima de una oxidada torre de comunicaciones abandonada...
Valoración
Lo mejor: la constante sensación de peligro está perfectamente recreada, pareciendo de veras que la altura es la apreciada cuando la grabación se produjo prácticamente a ras de suelo; la cantidad de tesituras a las que se sobreponen los personajes femeninos logra suscitar profunda empatía por ellas, exprimiéndose al máximo las situaciones en un perímetro tan pequeño como en el que transcurren; el ritmo narrativo va creciendo hasta desembocar en el épico final previo potente giro de guión, pese a que argumentalmente no convenza excesivamente al introducirse recursos un tanto surrealistas.
Lo peor: la interrelación sentimental entre las dos protagonistas no termina de encandilar, subyaciendo cierta traición que desde el primer instante se intuye; la ocurrencia que lleva implícita el enésimo intento de contacto con el mayor recipiente empleado se antoja algo quimérico, ya que la preparación que conlleva con los escasos materiales dispuestos lo imposibilitan por completo; la cantidad de contratiempos que se superan a partir del ecuador resultan un tanto increíbles desde un prisma puramente racional, pues afrontarlos en circunstancias tan extremas como las planteadas desembocaría casi seguro en fracaso.
Daniel Espinosa
Heretic
(Bryan Woods y Scott Beck, 2024)
Ficha técnica
Título original: Heretic Año: 2024 Nacionalidad: EEUU Duración: 110 min. Género: Drama, Suspense Director: Bryan Woods y Scott Beck Guión: Bryan Woods y Scott Beck Reparto: Hugh Grant, Sophie Thatcher, Chloe East y Carolyn Adairer
Sinopsis
Dos misioneras se ven obligadas a demostrar su fe en cierta visita...
Valoración
Lo mejor: la introducción de varios giros de guión (algunos realmente sorprendentes) funciona a las mil maravillas, logrando que el espectador solamente intuya hacia dónde se dirige la película en lugar de acertarlo plenamente como en otros títulos de semejante índole; la angustia que suscita el único escenario (omitiendo breves secuencias de exterior) es mayúscula, un lúgubre ámbito doméstico que rezuma misterio e insalubridad que guarda multitud de secretos; el descenso a los infiernos (casi literal pero sobre todo moralmente en cuanto a creencias se refiere) que experimenta la joven dupla protagonista derrumba al más íntegro, secundadas en todo momento por un villano de excepción que también borda su cometido revelaciones mediante.
Lo peor: la insistencia en temas religiosos (de hecho toda la trama pivota sobre ellos) termina por abrumar, absorbiendo la atención al principio aunque despertando profundo recelo posteriormente al contradecir absolutamente cuanto se conoce desde tiempos inmemoriales; la densidad del avance de ciertos tramos (regocijándose en ideas tan interesantes como redundantes) desespera, sucediéndose comportamientos extraños e innaturales a jugar por las situaciones expuestas; la relación de objetos mundanos (tales como populares juegos de mesa o comidas basura) con devotos llega a resultar cómico, pues la forma de desarrollar las analogías se torna demencial e inverosímil desde la perspicaz e inconsecuente apertura hasta el final.