Día 2 (Sitges Film Festival 2025) 20-07-2025 03:47 (UTC)
   
 

El vecindario
(David Marmor, 2019)






Ficha técnica

Título original: 1BR
Año: 2019
Nacionalidad: EEUU
Duración: 90 min.
Género: Drama, Suspense
Director: David Marmor
Guión: David Marmor
Reparto: Giles Matthey, Alan Blumenfield, Taylor Nichols, Andrea Gabriel, Mark Krenik, Susan Davis, Nicole Brydon y Curtis Webster


Sinopsis

Una chica cree haber encontrado la vivienda perfecta pero no es así...


Valoración

Lo mejor: la aproximación al clásico subgénero de las sectas (cero spoliers) resulta más que interesante, con una exhaustiva e inédita metodología basada en cuatro preceptos como intento de convicción universal que no dejará a nadie indiferente por la firme invitación a reflexionar sobre una viable sociedad perfecta como la que se propone; el plow twist (término que hace referencia a una revelación que provoca un cambio radical en la trama) cercano al desenlace consigue despertar la atención absoluta del espectador tras unos compases de cierto sopor, antojándose algo previsible pero sumamente efectivo; la estrategia vecinal para atormentar sigilosamente (valga la contradicción) a los recién llegados es tan escalofriante como loable, justificándose no obstante algunas acciones por mera animadversión.

Lo peor: la primera media hora de metraje induce a una prematura e indebida (después deriva hacia terrenos tremendamente curiosos) opinión negativa, primando en ella un ritmo pausado similar al de un metraje emitido en televisión de escasa o nula relevancia fílmica; el embauque que experimenta la protagonista por parte de determinado inquilino (extensible a los demás) se antoja un irracional, aceptando cuestiones verdaderamente inasumibles con un argumento arto conocido; el minimalismo tornado pretenciosidad de varios elementos (como las cámaras o las paredes con la lectura que implican) dificultan la concepción de humildad de la obra, descuidándose también incidir mínimamente en el pasado de alguien supuestamente promovido por el mismo para alcanzar sus sueños tratando erráticamente de olvidarlo.



Daniel Espinosa




Una buena mujer (es difícil de encontrar)
(Abner Pastoll, 2019)






Ficha técnica

Título original:  A good woman is hard to find
Año: 2019
Nacionalidad: Reino Unido
Duración: 87 min.
Género: Suspense, Terror
Director: Abner Pastoll
Guión: Ronan Blaney
Reparto: Sarah Bolger, Edward Hogg, Andrew Simpson, Jane Brennan, Caolan Byrne, Packy Lee, Rudy Doherty, Macie Cauley y Susan Ateh


Sinopsis

Una joven que recientemente ha enviudado lo hará todo para proteger a su hija mientras intenta descubrir la verdad sobre cierto asesinato...


Valoración

Lo mejor: el ritmo narrativo que prima consigue mantener en tensión al espectador en prácticamente la totalidad de la cinta sin alardes, lo cual no puede sino alabarse sobremanera al tratarse de un producto tan humilde como el que ocupa; el agobio que trata de infundirse respecto a alguien que se siente acosado por un extraño está notablemente recreado, logrado empatizar con quien lo padece desde el primer segundo; el blood twist que acontece alrededor del ecuador satisfará las expectativas de aquellos ávidos de sangre, mas el radical giro de guión que lo secunda se introduce con sentido pese a groseras fisuras.

Lo peor: el sometimiento de la protagonista cuando ejerce de víctima es redundante, repitiéndose los abusos del malhechor que la asedia sin oficio ni beneficio para desesperar tanto malestar como un menor cuyas intervenciones son sumamente tediosas; la repentina atracción que asegura albergar cierto delincuente resulta inasumible, aprovechando el atractivo físico de su objetivo para justificarla; la exposición de los hechos pasados apenas goza de relevancia en la trama más allá de contextualizar determinada sed de venganza, consumándose de forma fortuita el latente empoderamiento materno.



Daniel Espinosa




Yo también la veo
(Tone Chao, 2024)






Ficha técnica

Título original: Yo también la veo
Año: 2024
Nacionalidad: España
Duración: 11 min.
Género: Suspense, Terror
Director: Tone Chao
Guión: Tone Chao
Reparto: Luna Longoria, Julia Galiana, Enrique Peinado y Marga Prieto


Sinopsis

Una mujer acosada por un espíritu vengativo debe enfrentar la maldición que recae sobre su familia mientras se aferra a su cordura...


Valoración

Lo mejor: el talento del director se antoja indiscutible analizando objetivamente el producto, aprovechando las escasos medios dispuestos (cabe recordar que el límite salarial es paupérrimo pero recursos como espejos e interruptores lo convierten en referencial) de manera inmejorable demostrando que buenas ideas suplen en gran medida a holgados presupuestos merced a un óptimo montaje; el angustioso escenario en el que casi íntegramente se plasman los sucesos (un lúgubre domicilio que recuerda a los empelados en clásicos de similares naturaleza también por los elementos tanto vintage como low cost que lo pueblan) cumple con creces su cometido, logrando transmitir el desasosiego de la sufrida protagonista; el enorme orgullo de constar como entidad colaboradora en concepto de productor asociado en los créditos en representación de los miembros (Cementerio de Noticias lo forma un escueto e implicado equipo) de la página, contribuyendo un servidor durante el mecenazgo que se llevó a cabo meses atrás para financiarse de manera activa para comprobar cuán válido es para exhibirse sobre todo en festivales especializados.

Lo peor: la cantidad de jumpscares (sobresaltos al espectador normalmente a partir de repentinos rostros o extravagantes sonidos en pantalla) colman de satisfacción pero tanto su justificación ni su ejecución al despiertar recelo, optando por una serie de reiterativas apariciones un tanto abruptas en cuanto a sutileza de movimientos se refiere; la duración es tan paupérrima (apenas nueve minutos netos) que cuando uno empieza a disfrutar la obra esta concluye, restando la sensación de que más extensión destinada a explicar ciertos hechos secundarios e intrínsecos se hubiera traducido en un resultado mucho más trascendental; la contemplativa e ilusionante narrativa es demasiado trivial (la profundidad es lamentablemente estéril como en decenas de veces anteriores ha ocurrido) atendiendo a las características de una pieza como la que ocupa, pues atribuir todo cuanto acontece a un archiconocido patrón hereditario la torna mundana a pesar de la prometedora premisa con potente trasfondo concienciador desmereciendo parcialmente el excelso trabajo audiovisual que rezuma cada plano junto a un elenco digno de alabar.



Daniel Espinosa




Atrapados en Chernóbil
(Bradley Parker, 2012)


Atrapados en Chernóbil




Ficha técnica


Título original:
Chernóbyl diaries
Año:
2012
Nacionalidad:
EEUU
Duración:
90 min.
Género:
Suspense, Terror
Director:
Bradley Parker
Guión:
Oren Peli, Carey Van Dyke y Shane Van Dyke
Reparto:
Devin Kelley, Jonathan Sadowski, Ingrid Bolso Berdal, Olivia Dudley, Jesse McCartney, Nathan Phillips y Dimitri Diatchenko


Sinopsis


Un grupo de turistas decide visitar la ciudad de abandonada de Prypiat en la que residían los trabajadores de la famosa central nuclear de Chernóbil; después de la explosión de uno de los reactores hace veinticinco años, se supone que todo el mundo se marchó, pero al explorar el terreno de la ciudad fantasma comprobarán que no es as
í...


Crítica


Un sentido de la originalidad alarmantemente nulo, una fotografía desaprovechada al máximo, un reparto cuya calidad interpretativa resulta más que discutible, una laboriosidad maquilladora que deja mucho que desear, un enfermizo guión carente de interés alguno, una extraña infección que lejos de llamar la atención repele, un ejército completamente errático tanto desde la perspectiva moral como desde la física, una relativamente nueva temática arruinada, un secreto que se descubre tempranamente, una radiación siempre presente pero de escasa convicción, un decorado sumamente minimalista... semejante cúmulo de despropósitos es el que reúne Atrapados en Chernóbil, título de nomenclatura tan significativa como inadecuada (ya que la retención a la que alude se produce en un pueblo cercano a dicha y fuertemente vinculado a la misma ciudad pero no en ella) que lograría situarse sin dificultad alguna en la lista negra del menos exigente e incluso convertirse sin discusión en la producción más lamentable del año hasta la fecha; el inconcluyente y precipitado final (tras una larga secuencia que pretende atemorizar e infundir tensión y sin embargo se podría tildar de cómica merced a la desmesurada exageración de los protagonistas) es el mejor ejemplo de la poca seriedad que transmite el filme, evidente certeza que no debería haber tenido lugar si el desarrollo argumental no hubiese sido tan previsible y precario (también contribuyen a tal indeseado resultado los factores anteriormente mencionados, pero un buen guión hubiera solucionando en gran medida la realmente mediocre acometida).


Chris (Jesse McCartney) y Natalie (Olivia Dudley) son una joven pareja que deciden visitar, junto con su amiga Amanda (Devin Kelley), al hermano del primero, Paul (Jonathan Sadowski), el cual reside en Ucrania; sabedor de la pasión que comparten los tres recién llegados por los escenarios rústicos y el misterio, Paul decide confiar en Uri (Dimitri Diatchenko), un intrépido autónoma cuya dedicación se centra en organizar viajes extremos (se trata de una nueva forma de turismo real conocido como turismo extremo o turismo de choque, consistente en visitar lugares peligrosos o practicar actividades de alto riesgo) para mostrarles los lugares más recónditos del país a aquellos aventureros que quieran experimentar emociones fuertes en tierras de dificultosa supervivencia, y ofrecerles una apasionante retahíla de sitios emblemáticos (como símbolo de la tragedia sobre la que pivota la trama la famosa rueda de Prypiat fue reconstruida para la película, aunque solamente la parte inferior para plasmar ésta en primer plano y utilizar efectos digitales para completarla por la parte superior, muy curioso).


De este modo, el grupo se unirá a dos descerebrados más, Zoe (Ingrid Bolso Berdal) y Michael (Nathan Phillips) e iniciará una peligrosa e ilegal visita a Prypiat, la ciudad abandonada en la que residían los trabajadores de la famosa central nuclear de Chernóbil; tras la explosión de uno de los reactores acontecida veinticinco años atrás el lugar quedó totalmente deshabitado debido a los altos niveles de radiación que quedaron sobre la atmósfera de la ciudad, la cual todavía presenta cierto componente radioactivo; los aventureros comenzarán a explorar el terreno de la ciudad fantasma dándose cuenta de que no son los únicos, y es que un terrible (e inverosímil) secreto se mantiene oculto en el corazón de las ruinas, propiciando que sean testigos involuntarios del descubrimiento de una nueva raza mutante a la que tendrán que enfrentarse si quieren sobrevivir a tan desagradable tesitura.


Dirigida por el debutante Bradley Parker (responsable de los efectos especiales de la magnífica El club de la lucha) y escrita y producida por Ori Peli (responsable de la exitosa franquicia Paranormal Activity), la cinta cuenta con las peculiaridades habituales del sello que ha imprimido en los últimos años el género cámara en mano, a pesar de hacerlo en el sentido más peyorativo y reprochable posible, pues las pocas expectativas que pudiera haber generado el metraje se desvanecen antes de haberse consumado el primer tercio del mismo, cuando la parte documental (parcialmente aceptable) desaparece y comienza a cobrar cada vez más protagonismo la peculiarmente raza que habita el lugar; así, utilizando diferentes cámaras a modo de dispositivos de grabación (filmación en teórico tiempo real de los hechos en aras de alcanzar el pretendido terror imprevisto) del peor modo posible, la historia descentra constantemente al espectador y lo sumerge en una vorágine de ideas inconexas que termina desembocando en uno de los desenlaces más catastróficos (desde la perspectiva cualitativa) que se recuerdan.


En la víspera del 26 de Abril de 1986 (día del accidente de Chernóbil), en la ciudad de Prypiat, situada a tres kilómetros de la central y habitada por aquel entonces por 50.000 habitantes, se decretó un toque de queda que propició que durante las treinta horas siguientes al desastre nuclear todos fueran evacuados (el accidente fue de tal magnitud que se puede observar la abrupta salida de sus habitantes por los objetos y vehículos abandonados en ese lugar), convirtiéndose desde entonces en una ciudad fantasma debido a que la tasa de radiación es letal, motivo por el cual el filme no se rodó en dicho emplazamiento por cuestiones de seguridad, sustituyéndose por ciudades de Belgrado (Serbia) y de Budapest (Hungría), realizándose la grabación bajo la misma ciudad de Belgrado en antiguos túneles de la Segunda Guerra Mundial; ante tal majestuosidad de premisa es evidente que exigir un mínimo de decencia en el producto se traduce en un hecho de obligatorio cumplimiento por parte de los responsables (a la vez que se convierte en una obligación aceptada por los mismos), responsabilidad que no se solventa.




Daniel Espinosa




Black hollow cage
(Sadrac González, 2017)






Ficha técnica

Título original: Black hollow cage
Año: 2017
Nacionalidad: EEUU
Duración: 105 min.
Género: Fantástico, Suspense
Director: Sadrac González
Guión: Sadrac González
Reparto: Julian Nicholson, Haydée Lysander, Lucy Tillett, Lowena McDonell, Marc Puiggener, Samuel Freid, Daniel Jacobs y Will Hudson


Sinopsis

Tras perder a su madre en un accidente una joven vive encerrada en sí misma en una casa que es como una caja con su padre con una prótesis como brazo junto con una perra con la que ella se comunica...


Valoración

Lo mejor: la primera media hora de película despierta mucho interés por el misticismo con el que se exponen las provocativas ideas, con un futurista aspecto de los elementos digno de alabar; la exposición de los personajes resulta atractiva, con un abanico de pintorescas características que en conjunto combinan a la perfección para que el público conjeture las motivaciones de cada uno de ellos; la demostración tácita de la calidad que atesora el cine patrio en la que se traduce la película, pues obviando la insana cantidad de objeciones mencionables artísticamente únicamente puede tildarse de soberbia.

Lo peor: el giro de guión que acontece aproximadamente en el ecuador enturbia las sensaciones hasta entonces suscitadas, incidiendo en el tema de los viajes temporales de manera un tanto anodina e ineficaz; el contemplativo ritmo que impera logra desesperar, sobre todo porque la esencia del mensaje que reside tras los inquietantes sucesos plasmados apenas la requiere; la forma de resolver los múltiples conflictos deja un sabor agridulce en cuanto a convicción argumental, optando por unas explicaciones tan nimias que ni siquiera justifican la parsimonia narrativa enfatizando detalles poco relevantes a la postre.



Daniel Espinosa




Sharknado
(Anthony Ferrante, 2013)


Sharknado




Ficha técnica


Título original:
Sharknado
Año:
2013
Nacionalidad:
EEUU
Duración:
86 min.
Género:
Ciencia ficción, Terror
Director:
Anthony Ferrante
Guión:
Thunder Levin
Reparto:
Ian Ziering, Tara Reid, John Heard, Cassie Scerbo, Heather Jocelyne, Julie McCullough, Tiffany Cole, Trish Coren y David Bittick


Sinopsis


Una ciudad está aterrorizada por miles de tiburones que fueron traídos por un huracán; cuando los tornados empiezan a formarse, los asesinos mortales comienzan su destrucción en el agua, la tierra y hasta en el aire.



Crítica


Pocas personas en la actualidad se aventurarían a negar que las redes sociales juegan un papel fundamental en la difusión de las películas (especialmente las de corte independiente que no disponen de tanta promoción como las de índole más comercial) pero, para aquellos que todavía se empeñan en obviar o reprochar por principios sustentados en directrices posiblemente más válidas pero obsoletas a día de hoy lo que resulta evidente, llega Sharknado para abrirles los ojos, un producto procedente de la cadena Syfy (caracterizada por combinar entretenimiento con divulgación científica en todo el material que diariamente ofrece) producida por la archiconocida The Asylum (encargada de parodiar trabajos de variada procedencia y género) que viene precedida de un gran revuelo mediático, para ser más concretos (y al mismo tiempo poner de manifiesto el poderío de las nuevas tecnologías) durante su emisión se registraron más de trescientas ochenta y siete mil menciones y a lo largo de la noche alrededor de seiscientas mil llegando a producirse picos de hasta cinco mil comentarios por minuto, cifras que la sitúan por encima de fenómenos recientes como el noveno episodio de la tercera temporada de “Juego de Tronos” que conmocionó la red; ha sido tal el éxito de la propuesta que el propio canal, en esta ocasión en su versión española (todo lo citado con anterioridad hace referencia a la norteamericana) la estrenará en primicia rompiendo la habitual exclusiva del país del cual procede (mayormente por no interesar a más público que el que lo visiona con frecuencia) el próximo mes de septiembre extendiéndose asimismo el evento a otras obras de la franquicia Hecho como El ataque del tiburón de dos cabezas y Megatiburón contra Crocosaurio, e incluso se estrenará en pantalla grande (volviendo de nuevo a tierras estadounidenses) para que los seguidores de tan inusual corriente de masas puedan disfrutar de la proyección en doscientas salas de cine repartidas por todo el territorio.


Una trama sumamente descabellada e igualmente hipnotizadora que provoca profundas carcajadas (la historia se podría resumir en un tornado sobre la ciudad de Los Ángeles arrastrando tras de sí a cientos de tiburones vivos que atacan a los habitantes de la misma) es la base de la que se ha valido Anthony Ferrante (responsable de aquel intento fallido pero cuanto menos correcto de thriller sobrenatural titulado Boo que se lanzó directamente en formato doméstico pasando por las estanterías de los pocos videoclubs españoles que apostaron por disponerla en alquiler con más pena que gloria) para despertar el interés de numerosos rostros populares de la industria hollywoodiense, quienes comentaron en tiempo real la película, como en el caso del guionista Damon Lindelof (uno de los creadores de Perdidos, el cual se ofreció mientras la veía a escribir su secuela) y la actriz Mia Farrow (que compartía en su cuenta impresiones posteriormente compartidas por la también intérprete Olivia Wilde), personalidades que no han hecho sino sumarse a la inusual buena acogida y desmesurada gratitud de los espectadores de a pie; siendo realmente absorbente, exquisitamente ridícula, maravillosamente absurda, dramáticamente histérica y adjetivaciones derivadas e igualmente acertadas son las más oportunas, pues es evidente que el título se añade a la larga lista de películas de bajo presupuesto destinadas a un sector muy concreto cuyos integrantes verterán fabulosos comentarios acerca de la misma enfrentándose al resto, puede que el noventa y nueve por ciento del total, que sostendrán que la catalogación de monstruosa debe abarcar al producto en su conjunto y no tan solo al género al cual supuestamente pertenece, y es que digerir gustosamente prácticamente una hora y media de verdadera irracionalidad no se antoja para nada sencillo si no se es fan de esta clase de pseudoterror, mostrándose en su máximo esplendor en un desenlace que, como no podía ser de otra manera, es descabellado a la par que épico (a más de uno el objeto desencadenador del sanguinario final que en estos le traerá sospechosas reminiscencias de la de la carismática trilogía Evil dead).


A veinte millas de la Costa de Méjico, un pesquero en el que se han reunido dos hombres de negocios para conseguir llegar a un acuerdo económico para vender el uno al otro un paquete que contiene veinte mil tiburones se ve sorprendido por una tromba marina (una especie de huracán acuático que se podría definir sin entrar en correcciones estudiosas como un maremoto aunque éste sería definido por los expertos como un terremoto oceánico), siendo arrastrado (o más bien llevado aéreamente) hasta las paradisíacas playas de California, en las que el antiguo militar (ello se deduce de la prácticamente inapreciable mención que hace el mismo al inicio de la historia) reconvertido en actual leyenda del surfeo Phil (Ian Ziering, ídolo juvenil de la revisionada Sensación de vivir que se muestra muy correcto en todo momento) disfruta de su apacible vida refugiado en su medianamente exitoso negocio; el desconocimiento provoca que se barajen numerosas hipótesis acerca del hecho que ha provocado el fenómeno (algunos sostienen que se trata de un efecto secundario del calentamiento global y otros que es una forma de cobrarse venganza el todopoderoso), por lo que ante el desconcierto el ídolo de los amantes de las tablas decide embarcarse, junto a su cliente más fiel (John Heard, un tanto forzado pero igualmente indispensable) y a su predilecta camarera Nova (Cassie Scerbo, rasguñada hasta la saciedad pero al parecer inmortal), en un viaje prácticamente suicida con el objetivo de reunirse con su mujer todavía April (Tara Reid, totalmente desechable al no transmitir nada de lo que demostró albergar en la saga American Pie) y sus dos hijos, una aventura en la que los desastres naturales y las criaturas fantásticas parecen conjeturar colaboración para impedir que llegue a buen puerto.


Alternativas al clásico juego del tiro al plato un tanto peculiares, alcantarillas que facilitan el tránsito de animales que teóricamente no caben por ellas, oleajes que arrasan todo lo que se encuentran a su paso pero seleccionando a qué incautos escépticos de la fuerza meteorológica barren, calles infestadas no precisamente de peatones, torrenciales tormentas que estallan con potencia para desvanecerse repentinamente, norias que parecen cobrar vida para que los que se encuentran en sus inmediaciones emulen la huida del mítico Indiana Jones de la roca que incesantemente le perseguía, estridentes sonidos que figuran ser los que se escuchan al producirse un gigantesco mordisco, explosivas chicas que saben muy bien cómo utilizar un palo de billar a modo de arma letal, conversaciones de taberna que no tienen fundamento alguno, gente corriendo de un lado a otro sin otro propósito que el de alarmar al resto, vehículos que explotan sin sufrir ninguna ignición, torniquetes que sirven de excusa para que cuerpos esculturales se muestren en todo su esplendor, llamadas de emergencia a números inciertos que no encuentran destinatario, profesores que reflexionan acerca de los inconvenientes que contrae su profesión, casas que se derrumban sin motivo aparente, comentarios machistas tan innecesarios como traídos, inasumibles actitudes que imposibilitan cualquier opción de supervivencia, disconformidades familiares que merman otras relaciones más inminentemente prioritarias, coches casualmente abandonados dotados de nitrógeno para aumentar radicalmente la velocidad máxima del bólido en cuestión y así poder huir sin demasiados inconvenientes de las autoridades que tratan de que su labor sea fructífera, letreros que sobrevuelan el cielo para impactar de lleno en aquellos destinados a morir de la manera más chocante posible, piscinas que arden cual leña recién recogida del bosque, inesperadas abducciones de procedencia desconocida, desiguales forcejeos entre la raza humana y la fuerza de la naturaleza en los que se alza victoriosa la primera, aviones abandonados que pueden repararse sin conocimientos previos, predilecciones domésticas para defenderse y, en especial, muchas vísceras desparramadas y miembros amputados (con los consecuentes litros de sangre producidos por tales atrocidades) es lo que uno puede encontrar en tan curioso filme, un cúmulo de inconexiones tan bochornosamente plasmadas (tal vez por ello más divertidas si cabe) como impagables.


Tal ha sido el fenómeno generado por Sharknado que ya se ha anunciado una segunda entrega (Nueva York sería la ciudad en la que se ambientaría) con fecha de estreno para el diecisiete de julio del año próximo, sin haberse confirmado la presencia del reparto original aun habiendo declarado el propio Anthony Ferrante (oficialmente ya se puede asegurar que éste sí repetirá función direccional) que todos están invitados a unirse, aunque Tara Reid no estaría considerada para protagonizarla según han trascendido extraoficialmente los productores de este proyecto televisivo tras reunirse, llegándose a afirmar por parte de fuentes fiables que solamente Ian Ziering será el único que vuelva a aparecer en la secuela cinematográfica (durante el rodaje del filme en California recibieron cincuenta mil dólares cada uno, por lo que se especula que tiene que considerarse el brindar un salario mayor para ésta y por lo tanto se debe prescindir de los que ya se lucraron de la primera con el objetivo de no malbaratar el poco dinero del que dispongan en el reparto); una vez resuelta la incógnita de a quién diantres se le ocurriría consumar con aparente convicción la apoteósica idea de mezclar los fundamentos de la impactante Twister de Jan de Bont con los de la inolvidable Jaws de Steven Spielberg y obviada la lentitud del ritmo narrativo con la que se suceden los anunciados reclamos insuficientemente aprovechados (aclara tal afirmación que los ataques sean aún más ridículos en el medio que se supone es el propicio, el agua, limitándose a situar la cámara justo detrás de la claramente plastificada aleta o simular los desplazamientos forzadamente dentro del líquido salado con unos recursos de ordenador muy poco ortodoxos), no cabe dejar de lado las limitadas posibilidades de una nueva aventura, y es que qué duda cabe que queda demostrado que a falta de presupuesto para poder ofrecer unos efectos especiales de calidad buenas son descabelladas ocurrencias y que si éstas se van presentando durante la trama a modo de situaciones imposibles de creer resultan todavía más divertidas, pero repetir la fórmula y desechar la opción de ceñirse a un mayor realismo (o cuanto menos espectacular desde una perspectiva más elaborada) no es la mejor opción para no
cometer idénticos errores.




Daniel Espinosa

 
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