Título original: Haute tension
Año: 2003
País: Francia
Duración: 91 min.
Género: Suspense, Terror
Director: Alexandre Aja
Guión: Alexandre Aja y Grégory Levasseur
Reparto: Andrei Finti, Frank Khalfoun, Philippe Nahon y Oana Pellea
Sinopsis
Marie es invitada por su amiga Alex a pasar unos días a la granja de los padres de su mejor amiga; de madrugada, un psicópata mata a toda la familia de su amiga y secuestra a ésta última, por lo que Marie deberá enfrentarse a su peor pesadilla si quiere salvar la vida de su amiga.
Crítica
Alexandre Aja, el responsable de la recientemente estrenada Piraña 3D, divertida y sangrienta como pocas, ya nos demostró su enorme calidad (para algunos sobrevalorada) allá por el 2003 con esta cinta, Alta tensión; el título no podía ser más adecuado, puesto que el filme derrocha des del primer minuto una tensión épica, digna de ser recordada y, si alguien posee la técnica y el valor de hacerlo, emulada.
La historia (tras un pequeño anticipo de lo que resultará ser el final) empieza plasmando la intensa amistad de Marie (la bellaCécile de France, espectacularmente convincente en esta ocasión, no como en la última producción de Clint Eastwood, Más allá de la vida) y Alex (encarnada por Maiwenn Le Besco, quien apenas balbucea un par de frases coherentes en toda la trama), tarareando una famosa canción al unísono mientras se dirigen a la casa que tienen sus padres en las montañas, una antigua granja que en los últimos cinco años la familia Oral se ha encargado de habilitarla, a fin de poder estudiar con tranquilidad y en total armonía rodeadas de un enorme campo de maíz (una de las primeras escenas que llaman poderosamente la atención es la que acontece en el jardín de la casa, sumamente similar a la que se pudo ver en IT (ESO), la genial adaptación de la novela escrita por el siempre gratificante Stephen King); desde el primer instante el psicópata de turno (quien utiliza una camioneta marrón oxidada, semejante a la empleada por el monstruo de Jeepers Creepers), el cual utiliza una cabeza decapitada como instrumento de felación (un inicio realmente brutal y que servirá de adelanto a varias secuencias similares que tiene lugar con posterioridad son su seña de identidad), las acosará sin cesar. En este punto es oportuno indicar que es completamente imprescindible realizar el visionado de la cinta con un volumen considerable, a fin de poder gozar de cada sonido que ella desprende y que en más de una ocasión nos pondrá los pelos de punta (ejemplo de ello son los terroríficos ruidos que invaden la soledad de la noche, el incesante y ensordecer rechinar de las puertas, el intenso viento que emerge de la oscuridad y, en especial, la dificultosa respiración del cruel asesino interpretado magistralmente por Philippe Nahon; cuando cae la noche, el mencionado psicópata llega a la casa, invadiéndola y masacrando a su paso al padre de Alex (Andrei Finti), a la madre (Oana Pellea) y a su hermano pequeño, mientras que la propia Alex es secuestrada dejando entrever que existe una extraña obsesión por parte de él hacia ella y Marie logra esconderse, contemplando desde una cierta distancia sus actosy consiguiendo de este modo seguir con vida para seguirlos en la furgoneta hasta una gasolinera en la que el encargado, Jimmy (Frank Khalfoun), intenta ayudarla, siendo sólo el principio de una interminable persecución cargada de tensión (por lo que el título escogido para la obra parece el más oportuno) y emocione, que desemboca en un desenlace sorprendente e impactante (sólo habrá un objetivo durante toda la película, sobrevivir, aunque el precio a pagar por ello sea descomunal).
Si se considera el género gore como profundo inspirador, la verdad es que esta cinta de splatter no tiene mucho, puesto que no abundan las escenas sangrientas y brutales (aunque las hay), en lugar de ello, el director apuesta por una trama absorbente y trepidante, resultando así un producto mucho más serio y profundo del que se podría esperar partiendo de su premisa; no obstante, la fórmula empleada es la típica y habitual de cualquier película de terror, presentación de los personajes y del asesino, suspense con la llamada a la puerta de la casa, algún que otro susto (muy bien justificados) y más de una (y dos, y tres) muerte.
Alta tensión alimenta el género del terror y lo llena de un carismático asesino, cuyo objetivo son unas víctimas perfectamente creíbles y al que acompañan un recital de efectos especiales verdaderamente elogiables (a destacar la escena en la que el padre queda atrapado en las escaleras de la morada, momento que aprovecha el psicópata para cambiar los muebles de sitio...), mientras el punto negativo se halla en el final que, aunque es sorprendente y medianamente coherente, no está en consonancia con algunos de los sucesos que tienen lugar durante el metraje (los cuales sólo pueden entenderse enfocándolos desde una perspectiva psicológica), restando lógica a éstos y produciéndonos una extraña sensación de haber sido engañados a la vez que agradecemos un desenlace tan poco corriente y atrevido; por todo lo expuesto bien es cierto que algunas ideas titubean una vez vista la resolución de la cinta, pero se ven compensadas por una trama perfectamente estructurada, repleta de momentos inolvidables y unos personajes (en especial los de Marie y el psicópata) incalculablemente meritorios haciendo que Alta tensión se ha convertida en una de las películas más reseñables del género merced a una mezcla perfecta de todos los elementos que van teniendo lugar, respaldados por un reparto (y una dirección) excelente.
