Título original: La piedad Año: 2022 Nacionalidad: España Duración: 87 min. Género: Drama, Suspense Director: Eduardo Casanova Guión: Eduardo Casanova Reparto: Ángela Molina, Daniel Freire, Macarena Gómez, Ana Polvorosa, Antonio Durán, María León, Alberto Jo y Meteora Fontana
Sinopsis
Un joven vive con su madre en un colorido e insano microcosmos...
Valoración
Lo mejor: la exageradamente holgada amplitud espacial (los escenarios son muy amplios) para enfatizar la opresión psicológica resulta tremendamente funcional, concienciando e incomodando a partes iguales mediante ocurrencias explícitamente contundentes; la manera de plasmar una idea común (la heredada e impuesta dependencia paternofilial) se percibe sumamente interesante, recurriéndose a metáforas para evidenciar cuán dañina es la (sobre)protección al prójimo con el único fin de sentirse necesario uno mismo por mera egolatría e hipocresía; el atrevimiento del autor de presentar una cinta tan genuina es sin duda plausible, valiéndose de un reparto que se entrega en cuerpo (sobre todo) y alma para transmitir las abundantes emociones que sus personajes padecen en un gran derroche artístico.
Lo peor: el rosa como reconversión de falsa pureza (clásicamente se ha atribuido dicha simbología al blanco) termina por tediar pese a ampararse en el denominado año Barbie al estrenarse la película basada en la popular muñeca, luciendo estéticamente formidable pero tan cuestionable como el forzado empoderamiento femenino; el paralelismo del territorio nipón con la historia principal se antoja un tanto desvirtuada, compartiendo autoritarismo ajeno para criticar severamente realidades completamente atemporales e incomparables con despiadadas lindezas oníricas; el componente carnal (por tildar de un modo sutil la mostración de la anatomía humana) no trasciende de lo anecdótico, pudiéndose suprimir la inmensa mayoría de planos al respecto de no ansiar la controversia que obviamente se desea firmar.
Daniel Espinosa
Tropique (Edouard Salier, 2022)
Ficha técnica
Título original: Tropique Año: 2022 Nacionalidad: Francia Duración: 100 min. Género: Fantástico, Suspense Director: Edouard Salier Guión: Edouard Salier y Mauricio Carrasco Reparto: Marta Nieto, Louis Peres, Marvin Dubart y Pablosqui Cobo
Sinopsis
Dos hermanos gemelos se entrenan juntos para las pruebas de ingreso en la academia de astronautas pero uno de ellos se contagia de un misterioso residuo que convierte su físico en algo casi monstruoso...
Valoración
Lo mejor: la competitividad característica de toda fase electiva se plasma sensacionalmente, padeciendo de veras con la displicencia del elenco francés (en contraposición al componente pasional que denota el cubano) cuya aparente frialdad conductual es solo una estrategia protectora; la exigencia física a la que son sometidos los aspirantes a astronauta (la prueba de la apnea se repite tantas veces que uno siente hidrofobia) es equiparable a la psicológica del público, invitando a reflexionar sobre cuestiones existenciales con gran emotividad; el conflicto fraternal desarrollado a lo largo de los cinco capítulos narrados es formidable, consolidando la ópera prima como meritoria al no rehuir de controvertidos debates al respecto con transgresora aura filosófica.
Lo peor: la sensación de haber visionado una cinta tremendamente prometedora sin acabar de entusiasmar como pudiera es latente (la introducción de la maravillosa ficción es fugaz en virtud de la humanidad disfrazada de superficialidad), percibiéndose una elevada pretenciosidad que precisamente no contribuye a ello positivamente; la motivación reflejada en terceros no se antoja un recurso solidario (de hecho posiblemente sea la peor manera de encontrar la estimulación para evolucionar), fomentándose la superación personal por mera envidia o nihilismo; la excesiva parsimonia de algunas escenas (cuanto más se prolongan menos efectivas resultan) desesperará a los menos pacientes, pecando de rotunda contemplación con un análisis global.
Daniel Espinosa
Zombies party
(Edgar Wright, 2004)
Ficha técnica
Título original: Shaun of the dead
Año: 2004
Nacionalidad: Reino Unido
Duración: 99 min.
Género: Comedia, Suspense
Director: Edgar Wright
Guión: Edgar Wright y Simon Pegg
Reparto: Simon Pegg, Nick Frost, Kate Ashfield, Dylan Moran, Lucy Davis, Bill Nighy, Peter Serafinowicz, Martin Freeman y Jessica Hynes
Sinopsis
Dos amigos deberán enfrentarse a una epidemia de zombies para luchar por sus seres queridos y, cómo no, por el local que frecuentan...
Valoración
Lo mejor: la dupla que forman Simon Pegg y Nick Frost es exquisita, asentándose precisamente desde esta ocasión fílmica como una de las más recurridas de la última década dentro del panorama cinéfilo, apareciendo en multitud de propuestas tanto en común como en solitario; el maquillaje de los no muertos, un aspecto que podría pasar desapercibido entre tanto desmadre, es más que notable al apreciarse una gran labor detrás del mismo e incluso de los decorados; la lista de personajes, desde los protagonistas ya citados hasta el padrastro y los amigos del primero de ellos, sin olvidar a los dueños de la taberna local en la que transcurre gran parte de la trama, sobre los que circulan historias de lo más desternillantes, conquista desde el primer segundo.
Lo peor: el humor que se estila no es el convencional, sino uno de raíces tan británicas que requiere de una gran metamorfosis apreciadora para disfrutarse; la repetición de determinadas ideas, como la de cierto plan mortíferamente asaltante, así como la limitada variedad de escenarios, puede llegar a enturbiar un filme sumamente original en cuanto a guión se refiere; el telón de fondo, una complicada relación amorosa en la que intervienen más terceros que los propios integrantes y los obstáculos se suceden sin oportunidad alguna de resolución, se desdibuja con demasiada frecuencia en virtud de escenas de alto divertimento pero escasa profundidad emocional en marcos poco o casi nada sinfónicos, lo cual no resta para nada méritos.
Daniel Espinosa
Mystery party #7: El misterio de los muertos vivientes
(GDM Games)
Un extracto de la sinopsis sita en la contraportada (en el interior consta otra más extensa pero aún así se ha decidido modificar esta para no parafrasearla íntegramente en aras de conservar cierta aura enigmática) versa “la civilización tal y como la conocemos ha sucumbido como consecuencia de la expansión de un virus que convierte a sus víctimas en muertos vivientes... incursiones de adoradores de zombis que salpican el país, rumores acerca de un misterioso asesino que estrangula a sus víctimas, supervivientes de la plaga que desaparecen sin explicación... y una extraña melodía que por las noches parece llegar desde el subsuelo”; efectivamente, brutal.
Se trata de una propuesta basada en la deducción (sin descuidar la estrategia) en la que cada jugador (siete u ocho a partir de quince años) interpreta el papel de un personaje con la doble finalidad de esclarecer un misterio y alcanzar simultáneamente sus singulares cometidos; las piezas fundamentales para resolver el crimen son las típicas del (sub)género de rol (las interrelaciones con el resto del reparto) sin olvidar nunca que el asesino es uno de los presentes, siendo por ello las alianzas tan necesarias como el recelo ya que sin confiar en alguien no se puede lograr la ansiada victoria pero creer todo lo que dicen los demás es un categórico error anunciado de antemano.
El reglamento es escueto pero rico en conceptos (conviene leerlo con detenimiento para entenderlos debidamente), luciendo en el centro derecho la disposición correcta de los elementos (visualmente sencilla pero dinámicamente compleja); las cartas (un total de setenta y siete contabilizando ocho promocionales) contienen comentarios, equipajes, laboratorios, motos, pistas y recuerdos, casando maravillosamente desde una perspectiva estética con las cuarenta fichas (con el minimalista late motiv del volumen) a emplear como marcadores para facilitar enormemente el control de la batalla (el trasfondo es competitivo con matices cooperativos) en un contexto digno de alabar.
Detalles como que las escaleras mecánicas estén sin funcionamiento, los ascensores no sean accesibles y se señale la ubicación inicial de los protagonistas son gloriosos, dotando a la velada de un realismo tal que no tiene precio (monetariamente veintidós euros y medio que se antojan enteramente justificados); con las sensacionales frases del teórico folleto publicitario del centro comercial (“todo lo que necesita para la vida con la que siempre ha soñado...”) la inmersión se intensifica al tiempo (trayendo a colación la unidad son precisas alrededor de tres horas para consumar la partida) que lo hace una narración sin (apenas) fisuras, absolutamente apasionante e intrigante.
Respecto a otras entregas pasadas, sin duda el mayor positivismo se encuentra en el plano general (además de una réplica individualizada en cada dosier) que emula el entorno dividiéndolo en cuatro plantas; estas se corresponden con el sótano (restaurantes, almacén...), la baja (bazar, bicicletas, cocina, cosmética, comida, electrodomésticos, eventos, farmacia, herramientas, mascotas, móviles, muebles, música, lavandería, seguros...), la primera (belleza, deportes, discos, droguería, juguetería, lentillas, librería, odontología, óptica, ropa, viajes, zapatería...) y la azotea (aparcamiento, parque,...), aunque la exploración se limita paulatinamente a determinadas tiendas o zonas.
Como todo murder mysystery que se precie, el principal aspecto negativo reside en que es una experiencia única en el más amplio sentido del término (amén de la originalidad a raudales que derrocha), puesto que el guión está genialmente hilado pero solo se disfruta una vez con la garantía de plenitud de emoción al no introducirse variante alguna para volver a proceder (aunque asistir al desarrollo de la trama con un nuevo grupo como mero observador ejerciendo de director permite presenciar desenlaces que en su momento parecían impensables); tampoco contribuye al entretenimiento prolongado unas dimensiones exagerada e inexplícitamente magnas para los materiales.
La nota discordante ajena a las características innatas ya mencionadas se halla en los libretos de ambientación que, al contrario que en anteriores casos (en los que se especificaban claramente suculentos pormenores en el ángulo de visión comunitario) solo se indican los nombres (Akira, Haru, Nagisa, Kazuki, Maezono, Satoshi, Tamami y Yaeko) junto a las edades (comprendidas entre los diecisiete y los treinta y siente primaveras); en ellos también se recoge información pública (a compartir) y privada (a reservar), desde historia propia hasta secretos u objetivos, así como el turno de acción y la fuerza (datos preasignados) con un prescindible glosario de cuatro palabras clave.
La resolución (deberá permanecer cerrada hasta la fase de conclusión tras las siete predecesoras de acusación, votación e investigación) y sobre todo los naipes (qué grandes giros argumentales ofrecen de utilizarlos puntual e inteligentemente) deparan un sinfín de sorpresas al respetable, no pudiendo sino recomendar el trabajo a aquellos ávidos de lindezas teatrales (no deja de ser una obra en la que los espectadores participan activamente); no hay discusión racional (cada cual tendrá sus preferencias pero la calidad es tan obvia que resulta lapidaria) que la compra es prácticamente obligatoria para gozar de un producto cultural de procedencia patria altamente adictivo e inolvidable.