Título original: Barbarian Año: 2022 Nacionalidad: EEUU Duración: 102 min. Género: Suspense, Terror Director: Zach Cregger Guión: Zach Cregger Reparto: Georgina Campbell, Bill Skarsgard, Justin Long, Matthew Davis, Richard Brake, Kurt Braunohler, Jaymes Butler y Rachel Fowler
Sinopsis
Una joven que viaja para una entrevista de trabajo alquila una casa para pernoctar pero cuando llega descubre que ya estaba ocupada...
Valoración
Lo mejor: la primera mitad de cinta es realmente apasionante, despertando en el espectador un interés tal que le es imposible retirar la mirada de la pantalla un solo segundo a pesar de no ofrecerse un ritmo especialmente destacable; el juego de cámaras del que se vale el autor es digno de alabar, aprovechando todos los lugares del entorno para situarlas mostrando el pavor plasmado desde distintas perspectivas; el óptimo resultado global logrado con los escuetos medios empleados no debe sino aplaudirse, combinándose escenas explícitas e insinuadas de manera sensacional para no abusar de la violencia visual invitando a vaticinar cuál será la siguiente revelación.
Lo peor: la introducción de cierto personaje modifica radicalmente el exquisito tono imperante hasta su aparición, tornando la película una totalmente diferente desde una acepción bastante negativa de dicho adjetivo; la mayoría de decisiones que propician el devenir de la trama apenas son asumibles, desesperando al respetable tanta temeraria e incomprensible acción en pro de la profunda e inusual crítica sobre la decadencia social e ineptitud maternal subyacente; la sensación de haber visionado un metraje notable cuando aspiraba a la excelencia suscita recelo, pues aunque no sea sencillo firmar semejante obra resta la impresión de no acabar de exprimirse su casi inabarcable potencial.
Daniel Espinosa
Deadstream
(Joseph Winter y Vanessa Winter, 2022)
Ficha técnica
Título original: Deadstream Año: 2022 Nacionalidad: EEUU Duración: 87 min. Género: Comedia, Terror Director: Joseph Winter y Vanessa Winter Guión: Joseph Winter y Vanessa Winter Reparto: Joseph Winter, Melanie Stone, Jason Wixom, Pat Barnett, Marty Collins, Perla Lacayo, Cylia Lacayo, Hayden Gariety y Ariel Lee
Sinopsis
Una personalidad de internet en desgracia intenta recuperar a sus seguidores transmitiendo en vivo una noche solo en una casa embrujada pero accidentalmente hace enojar a un espíritu vengativo...
Valoración
Lo mejor: la reinvención del found footage (metraje encontrado tras grabarse cámara en mano aquí en riguroso directo vía streaming por parte de un influencer en declive que se dedica a superar distintos retos como ser portado por el caudal de un río dentro de una endeble barca o cruzar la frontera escondido en el maletero de un coche) funciona a las mil maravillas, tornándolo una midnight movie digna de proyectarse en cualquier festival especializado internacional que se precie; el sentido del humor del que hace gala la obra es desternillante, rindiendo un sentido tributo a clásicos del género (las reminiscencias inmediatas son Evil dead y Spookies) con precarios props pero fantásticos resultados; el cine de autor de bajo presupuesto (normalmente firmado por noveles como en el caso de la dupla que ocupa ejerciendo además el integrante masculino de protagonista) está de enhorabuena, pues la presente joya demuestra que con agilidad e ideas se pueden conseguir producciones tan gratificantes como esta.
Lo peor: la construcción de la historia es tan frenética que permite escasos respiros (el sumatorio de carcajadas junto a sobresaltos es tremendamente elevado), no captándose como consecuencia la totalidad de plausibles ocurrencias (algunas banales pero abundan las elaboradas) congregadas en tan divertida e impetuosa cinta; la fórmula narrativa es tan típica que más de uno (huelga aclarar que injustamente) declinará el visionado automáticamente, introduciéndose no obstante varios elementos (sin ir más lejos los comentarios de unos followers que aportan matices argumentales adicionales) para dotarla de una gran genuinidad; la decisión de hacer prevalecer la comedia en detrimento del terror dilapida el pavor puro que en determinados compases se atisba (se estremece e intriga al consumidor con altas dosis de imaginación), entreteniendo infinitamente sin embargo aunque augurar que el éxito se circunscribirá exclusivamente en certámenes en lugar de en grandes salas comerciales es poco menos que evidente.
Daniel Espinosa
La paradoja de Antares (Luis Tinoco, 2022)
Ficha técnica
Título original: La paradoja de Antares Año: 2022 Nacionalidad: España Duración: 97 min. Género: Drama, Fantástico Director: Luis Tinoco Guión: Luis Tinoco Reparto: Andrea Trepat, Aleida Torrent, Jaume Sans y David Ramírez
Sinopsis
En una carrera contra el reloj una mujer se ve obligada a elegir si pasar las próximas horas enfrentándose a un drama familiar o buscando la respuesta a una de las preguntas más importantes de la humanidad...
Valoración
Lo mejor: el aprovechamiento de un espacio tan reducido como en el que acontece absolutamente toda la trama (asumiendo que los materiales que provienen del exterior como llamadas o vídeos no se contabilizan es eternamente plausible, alternándose sabiamente las pocas divisiones del mismo para (aparentar) amplitud con maestría; el ritmo es trepidante de principio a fin, combinándose conflictos familiares (las escasas intervenciones de terceros construyen genialmente los personajes secundarios) con avances investigativos (el supuesto contacto con alienígenas está siempre en el horizonte) en las dosis justas como para tensionar o emocionar (según el momento) junto a las oportunas melodías de compañía; la comparativa con otras producciones de semejante índole es inevitable, pero lejos de resultar un acto peyorativo ocurre al contrario puesto que el presupuesto de la presente es ínfimo además de abundar gratos tecnicismos científicos.
Lo peor: el dramatismo alcanzado provocará una profunda depresión en aquel medianamente sensible, abusando tal vez de dicho componente para conmover sin remedio despertando un verdadero sentimiento de pertenencia; el evocador mensaje conclusivo peca de pretenciosidad (cómo tildar sino a responder explícitamente a una de la mayores preguntas formuladas por el ser humano desde sus orígenes), decidiendo resolver el enigma planteado en lugar de dejar a la imaginación de cada cual la conclusión al respecto; la absoluta injusticia de no incluir la película en la sección oficial a competición del Sitges Film Festival en su edición de dos mil veintidós en virtud de otras cintas considerablemente peores (sin menospreciar a ninguna es una observación objetivamente cierta sea cual fuere el aspecto analizado), no gozando por ello de la difusión merecida dentro de tan fantástico (vocablo propicio donde los haya) marco cinematográfico.
Daniel Espinosa
Mystery party #6: Sueño de una noche junto al río (GDM Games)
La sinopsis versa “un hombre aparece muerto en una localidad de la campiña inglesa al parecer después de que su verdugo le haya sumergido la cabeza en el río que discurre junto a la posada en la que se alojaba... todos se miran con suspicacia tratando de identificar al culpable... ¿qué se oculta tras este sospechoso incidente acaecido en el preciso instante en que un escritor de prestigio regresa a su tierra?... ¿qué mostrará el tapiz que se teje con los hilos del secreto que todos los presentes se afanan por ocultar?”; el nivel de dificultad (tres estrellas que se corresponde con el máximo) resta evidente con una introducción repleta misticismo situada en pleno siglo dieciséis (caracterizado por el auge económico en el ámbito europeo reuniendo imperios con enormes posesiones), percibiéndose un tétrico trasfondo.
En primer lugar cabe aclarar que se trata de un murder mystery, es decir, un género deductivo en el que cada jugador (en esta ocasión de seis a siete con una edad mínima recomendada de quince años) interpreta un papel (la clave de la diversión reside en la implicación que se asuma) con la doble finalidad de esclarecer un suceso (la fatídica antesala citada) y alcanzar simultáneamente sus objetivos (algunos bastante asequibles pero otros casi quiméricos); para resolver el (supuesto) crimen es esencial el intercambio de opiniones e inquisiciones sin olvidar nunca que el asesino forma parte del elenco, por lo que trazar correctamente la delgada línea entre confianza e incredulidad es clave para el éxito aprovechándose de la ya clásica metodología con sutiles alteraciones que la convierten en apasionante.
Durante ciento cincuenta minutos (se puede afirmar por experiencia propia que la partida se prolonga más allá de dicha estimación temporal) el respetable debe interactuar entre sí defendiendo el rol (ante todo es una propuesta circunscrita en las premisas de dicha variedad lúdica) que le es encomendado (o mejor expresado elegido al seleccionarse libremente); así, cada cual encarnará a Alison (la bruja blanca), Charles (el estudiante), Jack (el mozo de cuadras), Jennie (la criada), Mary (la vendedora ambulante), Simon (el médico) o William (el dramaturgo), los personajes disponibles para conformar una historia que va cobrando sentido a lo largo de una serie de fases (perfectamente desglosadas en un diagrama sito en las instrucciones) de tensión en latente aumento que apenas brinda períodos de respiro.
En los libretos de ambientación constan informaciones públicas (visibles desde el segundo cero), secretos (un extenso texto a modo de sustento situacional con motivaciones e inquietudes), objetos (prácticos o no), ajustes especiales (con respuestas o dotes predeterminadas), líneas de exégesis (para bordar los cometidos), acción final (consumando formalmente con ella el turno) y puntos de victoria (con un baremo único); asimismo, todos comparten pesquisas (la repetición textual del relato de apertura), acontecimientos previos (los pormenores referentes a coartadas, huellas y víctima) y un glosario (el significado de la terminología empleada como “alguaciles”, “estatura”, “estudios”, “hora y campanadas”, “los cuentos de Canterbury”, “magia y brujería”, “matrimonios”, “monedas y economía”, “peltre” u “Oxford”), ahí es nada.
En cuanto a las dos hojas de documento (“grueso de volumen” y “librito negro”), exclusivas para quienes sepan leer (limitación lingüística por la quedan exentos los analfabetos desde una perspectiva por supuesto ficticia), y los cuarenta marcadores (con el icono de un hada blanca sobre el fondo azul que impera en la estética), son sumamente funcionales para ir controlando debidamente el utilización de los recursos (el seguimiento de la trama es dificultoso en según qué impases debido al exceso de eventos confluyentes al unísono), por lo que conviene aseverar que nutren de profundidad a la aventura; por el contrario, la ausencia de una escenografía puramente visual (mediante un mapa u ornamentación similar) resta algo de espectacularidad a un conjunto que precisaría de ello para congratular físicamente sin fisuras.
No obstante, el material al que se le dota la mayor relevancia es sin duda la carta, concretamente ochenta y seis (más ocho promocionales de la firma) que fomentan la investigación (con anillos, autopsias, cadáveres, cuartillas, declaraciones, escenas, escritos, helechos, heridas, juncos, leños, manuales, misivas, naipes, notas, números, pies, poemas, volúmenes, zapatos y un largo etcétera) sobre la que pivota el trabajo que ocupa; al respecto, se antoja verdaderamente meritorio que sin abundar precisamente las ilustraciones (aquí se halla una de las principales diferencias con la aclamada línea Sherlock) la inmersión sea total e inmediata merced a unas descripciones dignas de las mentes más creativas del mundo para que nadie tan siquiera contemple la opción de criticar este aspecto con fundamentos válidos.
Por último, señalar que el reglamento (especificándose el desarrollo con matices generales como el conflicto entre los elementos o las mentiras) es sobresaliente, ya que de no explicarse tan meticulosamente los conceptos como se hace entenderlos resultaría poco menos que imposible, mas la resolución (que huelga recordar debe permanecer cerrada hasta la conclusión) sorprende sin remedio por la cantidad de detalles lógicos (a priori no es así) que alberga; aunque la obra es de un solo uso (obviamente al conocer la intríngulis la emoción desaparece), ejercer de director como mero observador (realizando las elucidaciones pertinentes) permite presenciar desenlaces insólitos e inimaginables, por lo que es aconsejable portarla (pese a sus desproporcionadas dimensiones) a veladas con gente afín.
En definitiva, Sueño de una noche junto al río (en el artículo se ha abreviado por temas meramente técnicos) es el título más complejo (en la acepción más amplia del adjetivo) de GDM Games hasta la fecha, exprimiendo la idea original de Miyuki Kiyomatsu (que casa maravillosamente con el diseño gráfico de Tansan) para potenciar sus virtudes (siguen apreciándose ciertos negativismos como el desorbitado e injustificado atendiendo a lo que aguarda en su interior tamaño de la caja o la nula separación por compartimientos de la cuna para almacenar los componentes al extraerlos de su protección de fábrica); por todo lo expuesto, la compra (por un precio de venta oficial de veintidós euros y medio) es realmente provechosa, consiguiendo fascinar tanto por su genial argumento como por sus recios acabados.