Título original: Harum malam Año: 2022 Nacionalidad: Malasia Duración: 102 min. Género: Suspense, Terror Director: Hanna Bergholm Guión: Ben Omar, Dain Said y Nandita Solomon Reparto: Idan Aedan, Bront Palarae y Remy Ishak
Sinopsis
Tras la muerte de su madre un aprendiz de curandero está intentando dejar a un lado sus habilidades desatando sin querer un espíritu vengativo que le obligará a hacer frente a sus verdaderos poderes...
Valoración
Lo mejor: la responsabilidad asumida por los integrantes de menor edad del elenco se solventa con creces, protagonizando un buen número de terroríficas escenas (la mayoría en el marco del eterno debate entre don o maldición de poseer habilidades extrasensoriales) que exigen la entrega brindada; la cultura malasia se plasma fielmente (con todo lo que ello implica), sobre todo en cuanto a machismo (está tan normalizado e instaurado como la omnipresente religión) se refiere para enervar a cualquiera que no comparta tan retrógrado e indefendible pensamiento; el cúmulo de impactantes e inquietantes fenómenos paranormales encandilará a los acérrimos seguidores de los mismos, mas el sadismo de algunas escenas es digna de alabar al tiempo que asimismo congratulará al sector más visceral del público.
Lo peor: la validez del guión (semejante a una novela turca en no pocos compases) es un auténtico enigma hasta el último cuarto de cinta (las lagunas son constantes), en el que el título de la obra cobra sentido pleno justificándose los acontecimientos relatados ocultando un asunto tremendamente turbio; la introducción de muchos sobresaltos es abrupta (la metodología empleada no obedece a ninguna normativa sino que se suceden sin mesura ni rigor), implicando su (in)eficacia al no intuirlos al igual que su trivialidad al no fundamentarse; la retahíla de efectos digitales desmerece los artesanales, luciendo espectaculares los segundos en contraposición a unos primeros cuyo equivocado uso del ordenador para tratar (sin lograrlo) de generar desconcierto visual no cautiva lo más mínimo desde una perspectiva meramente racional.
Daniel Espinosa
Flux gourmet (Peter Strickland, 2022)
Ficha técnica
Título original: Flux gourmet Año: 2022 Nacionalidad: EEUU Duración: 101 min. Género: Drama, Suspense Director: Peter Strickland Guión: Peter Strickland Reparto: Asa Butterfield, Gwendoline Christie, Ariane Labed, Richard Bremmer, Fatma Mohamed, Efthymis Papadimitriou y Sebastien Kapps
Sinopsis
Ubicado en un instituto dedicado al espectáculo culinario y alimentario un colectivo se ve envuelto en luchas de poder y venganzas artísticas...
Valoración
Lo mejor: el flatulento problema padecido por el documentalista que sirve de hilo conductor apenas se exprime (más allá del aislamiento grupal que a la postre supone), lo cual debe entenderse como un positivismo al solo escucharse una ventosidad en todo el metraje; el discurso postcena que brinda determinada comensal es fácilmente catalogable de extraordinario, versando una serie de instrucciones para mantener al género masculino complacido con la controversia sexista que ello implica; la academia en la que transcurren los sucesos suscita curiosidad e interés a partes iguales, justificándose en caso de existir realmente en aras de descubrir cuantos más matices se puedan de la prometedora aludida combinación simbiótica entre alimentos y sonidos.
Lo peor: la primacía escatológica produce un rechazo tal que uno contempla seriamente la posibilidad de abandonar prematuramente el visionado, antojándose una gratuita apología por aquellos ruidos más socialmente incómodos e irrespetuosos; la línea entre experimentación y absurdez (entendida como la ausencia de humor blanco en virtud del vacío racional más absoluto) es tan delgada que de no adoptar una postura conscientemente complaciente el desagrado es mayúsculo, fomentando los recursos soeces sin propósito alguno; la trama no es más que un cúmulo de ocurrencias sin relación entre sí (a parte del contexto culinario), resultando por ende una especie de capítulos independientes (se dividen en semanas lectivas) cual serie televisiva.
Daniel Espinosa
You’re not alone (Eduardo Rodríguez, 2020)
Ficha técnica
Título original: You’re not alone Año: 2020 Nacionalidad: EEUU Duración: 90 min. Género: Suspense, Terror Director: Eduardo Rodríguez Guión: Andrew Wong Reparto: Katia Winter, Julee Cerda, Zach Avery, Emmy James, Bettina Skye, Richard Bekins, Edward Crawford, Tobee Paik, Sara Harman, Meredith Hander, Martin Barabas, Sandra Lucas y Whitney Andrews
Sinopsis
Después de la muerte prematura de su esposo una mujer recupera la custodia de su hija esperando reconstruir una fuerte relación con ella...
Valoración
Lo mejor: el título (que puede entenderse como una amenaza o una esperanza según el sentido que se le atribuya) evidencia el eje central de una cinta que luce realmente bien atendiendo al presupuesto destinado a llevarla a cabo, no debiendo envidiar (casi) nada a otras de semejante (o idéntica) índole con mayor inversión económica ya que no revoluciona el sector pero sí bebe de él con plausible respeto; la actuación de la menor es deliberadamente odiosa, cumpliendo (sin grandes alardes) su apático cometido al igual que el resto del elenco para beneplácito de aquellos más exigentes desde una vertiente interpretativa que de otro modo repercutiría muy negativamente sobre el resulta final al recaer sobre el reparto (en especial madre e hija) que la tensión mantenida hasta el último instante (a excepción del sosegado tramo central para exponer el padecer de la protagonista con un pésimo e inasumible allanamiento de morada incluido) fructifique correctamente; la aparición de cierta persona del pasado hace sospechar prematuramente hacia dónde desembocará el relato pero el responsable se las ingenia para brindar un desenlace (psico)lógico nada obvio con algunas cuestiones sin resolver (entre ellas la motivación e identidad de un villano que se presume simbólico tras lo visionado) pero con una escenografía oculta (la guarida del antagonista es sencillamente estremecedora) que apasiona sin discusión posible.
Lo peor: la premisa es apenas una excusa para justificar el cambio de residencia (y situación civil) de las féminas sobre las que pivota todo cuanto se plasma, derivando tras ella grata e inmediatamente en una episódica aproximación al subgénero invasion home de corte clásico que depara más de una sorpresa (léase sobresalto) incluso para el más curtido en dichos lares a pesar de tamaña argucia argumental; el componente dramático enturbia un poco la sensación de inquietud que prima (funcionando a las mil maravillas), desvaneciéndose intermitentemente el logro de absorber la atención del espectador por completo mediante una historia cuyo trasfondo (un arraigado trauma suscitado a partir de la paternidad no deseada) no difiere en exceso de las de decenas existentes en el mercado con atrevidos tributos a múltiples películas (con Paranormal activity y Sinister como máximas representantes) sin pecar (término traído a colación por el cáliz religioso que cobra en determinados compases llegándose a citar el pasaje bíblico “pero dijo que no puedes ver mi cara porque ningún hombre me verá y vivirá”) de execrable redundancia reminiscente; el largo listado de inspiraciones fílmicas (mencionadas hace escasas líneas) apenas atribuyen valor al trabajo, pues las comparaciones son siempre injustas pero inevitables con la cantidad de macabras paranoias (los efectos de sangre e insectos son brutales) recreadas.
Daniel Espinosa
La nueva (Iván Villamel, 2022)
Ficha técnica
Título original: Resurrection Año: 2022 Nacionalidad: España Duración: 15 min. Género: Suspense, terror Director: Iván Villamel Guión: Iván Villamel y Raúl Cerezo Reparto: Rebecca Hall, Tim Roth, Angela Wong, Josh Drennen, Rosemary Howard, Winsome Brown, Jaime Zevallos y Michael Esper
Sinopsis
Una nueva profesora que llega a una clase de un colegio religioso...
Valoración
Lo mejor: la reflexión sobre cómo se instaura en el interior de las víctimas el abuso de terceros (la mayoría de veces por falta de autoestima propia) generándolas profundos e irreparables traumas es magistral, plasmándose una visión del bullying totalmente alejada de tópicos pese a que la lectura (como no puede ser de otro modo) sea la convencional; el juego (término nunca mejor traído a colación puesto que es aplicable a la macabra metodología que emplea la maestra para ajusticiar a quienes merecen un severo castigo no solamente por desconocer las respuestas correctas a las preguntas formuladas) de luces y sombras es brillante e hipnótico, recurriéndose a fantásticos elementos visuales para mantener el interés del respetable durante los quince minutos de prolongación de la pieza; el célebre refrán “la letra con sangre entra” cobra tintes literales para la ocasión, luciendo unos excelsos efectos (en especial los artesanales del maquillaje) que poco o nada tienen que envidiar a los de producciones de alto presupuesto.
Lo peor: el escenario (un aula de castigo para un grupo de adolescentes conflictivos) se antoja digna e inusual, aunque no se llega a explicar por qué el coprotagonista (claramente destaca junto a la sustituta que acapara innegablemente el centro de atención en cuanto a relevancia argumental se refiere) se encuentra en el mismo dificultando el entendimiento; el repentino e inesperado suceso que convierte un teóricamente plácido trabajo educacional en un auténtico infierno terrenal se percibe injustificable, si bien se deja entrever instantes antes de manera taxativa; el sadismo que impera consigue mostrar las consecuencias de crear monstruos a partir de deleznables actos, mas qué duda cabe que a aquellos más aprensivos agradará tan poco como los constantes giros de guión mediante sutiles simbologías (la inversión del crucifijo para evidenciar el radical cambio contextual o el reflejo en el espejo para aludir el declive social son dos ejemplos de cuán logrados resultan) a los que no aprecien semejantes ocurrencias.