Título original: Come to daddy Año: 2019 Nacionalidad: Canadá Duración: 92 min. Género: Comedia, Suspense Director: Ant Timpson Guión: Toby Harvard Reparto: Elijah Wood, Stephen Hattie, Garfield Wilson, Madeleine Sami, Martin Donovan, Michael Smiley, Simon Chin, Ona Grauer, Ryan Beil, Raresh Dimofte, Alla Rouba, Noam Zylberman, Gord Middletonse
Sinopsis
Un joven recibe una carta de su padre solicitando que le visite y este acude rápidamente a su casa convencido de que reunirse con él llenará el vacío emocional que lleva sintiendo desde su adolescencia...
Valoración
Lo mejor: la pretenciosa e hilarante mezcla de géneros no solo resulta provocativa en el más estricto sentido del término sino que hace lo propio en relación a multitud de sentimientos, recurriendo constantemente a componentes propios de la comedia negra (recuentos de exclusivos móviles, comentarios de tardías emancipaciones, tentaciones de auténticos alcohólicos y posesiones de fríos cuerpos son solo algunos de los muchos mencionables) para ello; la constante transición entre profundidad e ironía, ejemplificada en la temprana citación de dos frases célebres totalmente opuestas (“los pecados del padre deben recaer sobre el hijo” de William Shakespeare y “no hay nadie más como mi papá” de Beyoncé), logra que la espiral de apariencias, traiciones, suspicacias e invenciones a la que apela el responsable absorba la atención sin remedio; el cúmulo de absurdeces plasmadas congratularán al público mundano en gran medida (incluso algunas verdaderamente triviales e inmaduras como el exabrupto policial, la ridícula bacanal, la infectiva amenaza, la torturadora ingesta y el redundante dislocamiento), si bien no es nada funcional para aquellos espectadores que no consientan la narración de los conspirativos, proféticos e insolentes hechos a partir de incoherencias.
Lo peor: la retahíla de descuidos visuales (que al protagonista no le crezca ni un milímetro la barba con el transcurrir de las jornadas que abarca la trama, además de mantener el bigote y el peinado perfectamente acabados, resulta cuanto menos curioso) imposibilita una siempre estimable rigurosidad espaciotemporal, no siendo en cualquier caso discutible la maestría del autor para entretener al respetable durante noventa minutos sin transmitir absolutamente nada reseñable; la extrema violencia del minuto sesenta y cinco en adelante es totalmente censurable, plasmándose un salvajismo tal que removerá el estómago hasta del más sádico (la escena del ensañamiento en la entrepierna herirá especialmente sensibilidades); la historia, centrada en un joven que acude a la misteriosa llamada (o más bien petición postal) de su progenitor, un ya retirado conductor de limusinas propietario de una lujosa e inhóspita morada (“un ovni de los años sesenta”) a la que solo es posible llegar mediante las meticulosas señalizaciones del mapa que porta consigo, deriva (a raíz de un giro argumental en el ecuador tras descubrirse un secreto sobre determinada financiación vital) hacia un desenlace tan precipitado e inesperado que, lejos de encandilar, despierta un gran e insólito recelo.
Daniel Espinosa
Deathcember
(Ama Lea, Andreas Marschall, Annika Marx, Bob Pipe, Dominic Saxl, Isaac Ezban, Jason Rostovsky, John Cook, Julian Richards, Lee Sang, Lucky Mckee, Michael Varrati, Milan Todorovic, Pollyanna Mcintosh, Remi Frechette, Ruggero Deodato, Sadrac González, Sam Wineman, Sonia Escolano, Steve Roover, Vivie Vaugh y Zach Shild, 2019)
Ficha técnica
Título original: Deathcember Año: 2019 Nacionalidad: EEUU Duración: 134 min. Género: Suspense, Terror Director: Ama Lea, Andreas Marschall, Annika Marx, Bob Pipe, Dominic Saxl, Isaac Ezban, Jason Rostovsky, John Cook, Julian Richards, Lee Sang, Lucky Mckee, Michael Varrati, Milan Todorovic, Pollyanna Mcintosh, Remi Frechette, Ruggero Deodato, Sadrac González, Sam Wineman, Sonia Escolano, Steve Roover, Vivie Vaugh y Zach Shild Guión: Ama Lea, Andreas Marschall, Annika Marx, Bob Pipe, Dominic Saxl, Isaac Ezban, Jason Rostovsky, John Cook, Julian Richards, Lee Sang, Lucky Mckee, Michael Varrati, Milan Todorovic, Pollyanna Mcintosh, Remi Frechette, Ruggero Deodato, Sadrac González, Sam Wineman, Sonia Escolano, Steve Roover, Vivie Vaugh y Zach Shil Reparto: Marie Nasemann, Barbara Crampton, Tiffany Shepis, Detlef Bothe, Brianna Barnes, Barkley Harper, Jeffrey Reddick, Sam Eidson, Aza Declercq, Joseph Bellerose, Kue Lawrence y Haydée Lysander
Sinopsis
Colección de cortos que analizan el lado más oscuro de la Navidad...
Valoración
Lo mejor: el hilo conductor (una habitación que simula ser un calendario de adviento) es tan primario como original, utilizándose objetos multitud de objetos mundanos (campanas, ametralladoras, máscaras, barreños, grilletes, tarros, bolsas, pañuelos, machetes, sacos, cajas, ataúdes, zapatos, botas, juguetes, armónicas, patines, cuberterías, candelabros, tubos, plantas...); la obra contiene piezas tan plausibles como “family feast” de Remi Frechette y “milk and cookies” de Sam Wineman, aumentando el valor de una antología cuanto menos curiosa de visionar al menos en festivales especializados; el genuino e inconfundible sello de algunos directores (como Pollyanna Mcintosh con “getting away from it all” o Lucky Mckee con “they once has norses”) es sencillamente demencial, fascinando a sus seguidores.
Lo peor: el nivel general de la película (aceptando como válida dicha nomenclatura al conjunto de cortometrajes que la conforman) es bastante deficiente, encontrándose en el mercado otras objetiva e infinitamente más recomendables; el desenlace (entendiendo como tal el último fragmento titulado they used to laugh and call him names” de Zach Shild que sirve de telón de fondo póstumo al mucho más decente “Christmas corpose” de Annika Marx) es decepcionante como pocos, mas la estrategia de reproducirlo entre los créditos finales tampoco se antoja la mejor elección para captar la atención del espectador; la obscenidad hecha arte en la que se traduce “creepy christmas”, siendo tal el grado de censura que ni siquiera se especifica el responsable para que los detractores no puedan criticar directamente sus labores.
Daniel Espinosa
La habitación de Fermat (Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña, 2007)
Ficha técnica
Título original: La habitación de Fermat Año: 2007 Nacionalidad: España Duración: 87 min. Género: Drama, Suspense Director: Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña Guión: Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña Reparto: Alejo Sauras, Elena Ballesteros, Santi Millán, Lluís Homar, Federico Luppins, Helena Carrión, Ariadna Cabrol y Alicia Fernández
Sinopsis
Cuatro matemáticos que no se conocen entre sí son invitados por un misterioso anfitrión con el pretexto de resolver un desafiante enigma...
Valoración
Lo mejor: el cúmulo de retos mentales a los que hacen frente los protagonistas debe catalogarse de sobresaliente (en especial los problemas lógicos sobre los caramelos, las puertas y los interruptores), provocando que el espectador trate de solucionar los mismos en el tiempo concedido con la presión que ello implica sin cuestionarse por qué; la visionaria aproximación de la película respecto a los escape room es meritoria, actividad a la que (in)consciente rinde tributo estrenándose varios años antes (concretamente un lustro ya que la apertura de la primera sala data del dos mil doce en territorio barcelonés) de que invadiera la geografía patria como exitoso ocio alternativo; el elenco (puede que contra todo pronóstico) cumple con creces su función interpretativa, bordando el reparto sus respectivos cometidos para transmitir con acierto las emociones de los personajes.
Lo peor: la abrupta transición de raciocinio (con los desafíos) a sentimentalismo (con las interrelaciones) no termina de encandilar, mas el guión alberga un sinfín de tópicos (e injustificables incongruencias) que no casan con el elegante abanico de géneros (sobre todo en cuanto a misterio e intriga se refiere) que reside tras un producto que ya en su propia sinopsis anuncia ciertos pormenores (léase la vinculación de los integrantes del grupo seleccionado) completamente inciertos; la claustrofobia que se trata de infundir no termina de lograrse, pues el escenario principal (un cubículo menguante) apenas se exprime pese a las obvias posibilidades que ofrece; el giro argumental que acontece más allá del ecuador no resulta sorpresivo, bebiendo directamente de la sensacional franquicia Saw para estupor (por la previsibilidad que supone) de los seguidores de la exitosa saga.