Título original: Dreadout Año: 2019 Nacionalidad: Indonesia Duración: 92 min. Género: Suspense, Terror Director: Kimo Stamboel Guión: Kimo Stamboel Reparto: Caitlin Halderman, Jefri Nichol, Marsha Aruan, Ciccio Manassero, Susan Sameh, Rima Melati, Avrilla Sigarla y Mike Lucock
Sinopsis
Un grupo de estudiantes se dirige a una zona en la que se produjo un asesinato en extrañas circunstancias para obtener más popularidad...
Valoración
Lo mejor: el estrés (y la presión) de compaginar los estudios con el trabajo se plasma fugaz pero certeramente, sirviendo el clasicismo (en este caso a través del tiempo de antigüedad educativo) como atemporal recurso para firmar una adaptación (del videojuego homónimo) que no defrauda, resultando un cúmulo de tipicidades del género expuestas sin demasiado rigor pero tampoco ambición, por lo que catalogarlo de totalmente evidente no sería justo y sí hacerlo de aceptablemente predecible; la retransmisión en vivo de un grupo que se adentra en un edificio abandonado protegido con un muro alambre de espino en busca de ofrecer un espectáculo aterrador en aras de conseguir más seguidores en redes sociales es genial, no por la idea en sí misma sino por la subjetividad narrativa con la que se recoge, trascendiendo así la concepción de simple película de (y para) preadolescentes; el juego de luces y sombras para sobresaltar es más que notable (con brillantes escenas como la del círculo del ritual y espeluznantes criaturas como la que porta una guadaña en su mano derecha), lográndose grandes efectos con escasos medios e incluso con un reparto que, pese a su corta edad (e interpretación parcialmente deficiente), cumple con creces con su poco revolucionario cometido.
Lo peor: la reiteración en la pronunciación del texto oculto en determinado pergamino que despierta de su letargo a las horrendas e insidiosas entidades demoníacas (“los que residen en mundo místico abran el portal..., dennos la bienvenida con su presencia para que vivamos en su mundo”) desesperan e irritan, al igual que sucede con los compases de dramatismo e histeria colectiva; la cinta policial que señala de cierto peligro a modo de restricción se omite por completo, tratándose de una frecuente e irresponsable omisión de advertencias autoritarias que no agrada en contraposición al misticismo que subyace en la leyenda del reino que sirve de fantástico (en el más amplio sentido del término) telón de fondo y la perturbadora ambientación de la que hace gala en todo momento la cinta; el hecho de aceptar abandonar la jornada laboral recibiendo como garantía de un futuro mejor unos pendientes es cuento menos criticable (por no sentenciar que se trata de una pésima e inasumible decisión), tanto como el uso sin mesura de combatir con el teléfono móvil las amenazas corpóreas, traduciéndose en una ingeniosa aproximación al terror clásico con herramientas de la generación actual que no termina de encandilar (por su abuso) en una historia que transita en dos planos complementarios.
Daniel Espinosa
La vampira de Barcelona (Lluís Danés, 2019)
Ficha técnica
Título original: La vampira de Barcelona Año: 2020 Nacionalidad: España Duración: 103 min. Género: Drama, Suspense Director: Lluís Danés Guión: Lluís Arcarazo y María Jaén Reparto: Roger Casamajor, Nora Navas, Bruna Cusí, Francesc Orella, Sergi López, Mario Gas, Nuria Prims, Pablo Derqui y Anna Alarcón
Sinopsis
La desaparición de la menor de una familia rica conmociona al país...
Valoración
Lo mejor: la recreación de la época en la que se sitúan los hechos (un mil novecientos doce en el que una infinidad de deleznables vicios como la drogadicción o la prostitución eran tan habituales como la diferencia de trato entre clases sociales) es sublime, en especial en cuanto a vestuario se refiere (la otorgación de decenas de premio nacionales en dicho apartado está más justificada) sin desmerecer la escenografía; la cantidad de recursos (mayormente visuales) de los que hace gala la producción es tan plausible como espectacular (cierta detención del entorno exceptuando la escena que se quiere desarrollar es majestuosa), entiendo el concepto desde la vertiente menos ofensiva de entre sus múltiples significados que engloba; la paleta de colores empleada es fantástica e hipnótica, primando la ausencia de ellos (la transición cuando se muestra la gama al completo es sutil e intencionada) pero también la presencia del más característico de ellos.
Lo peor: la retahíla de adjetivos que se vierten sobre la protagonista (aunque apenas aparezca en pantalla una ínfima suma de minutos) evidencia que la cinta no está destinada al público acostumbrado al cine comercial, mas aquellos que disfruten con el cine de autor más visceral (trayendo a colación lo anteriormente señalado algunos de los términos empleados para acusarla son secuestradora de niños, bruja, hechicera, puta de satán, mala mujer, demonio, chupasangre, asesina, hiena, bestia humana, monstruo sin entrañas y el título en cuestión) lo harán sobremanera; la leyenda del denominado carro de la sangre está bastante desaprovechada, si bien el guión se centra en otros asuntos igualmente controvertidos e interesantes; la decisión de patentar una especie de obra teatral de alta curia (con números musicales incluidos) conlleva implícito que algunos sectores no resten encandilados, no pudiéndose discutir en cualquier caso los matices que se vislumbran.
Daniel Espinosa
Thinner (Tom Holland, 1996)
Ficha técnica
Título original: Thinner Año: 1996 Nacionalidad: EEUU Duración: 88 min. Género: Drama, Suspense Director: Tom Holland Guión: Michael Dowell y Tom Holland Reparto: Robert Burke, Joe Mantegna, Lucinda Jenney, Michael Constantine, Kari Wuhrer, Bethany Lenz, Stephen King y Time Winters
Sinopsis
Un abogado creído y obeso que no muestra ningún tipo de escrúpulo a la hora de aceptar clientes atropella a una gitana pero es absuelto...
Valoración
Lo mejor: la siempre plausible aparición estelar de Stephen King, ejerciendo aquí de testigo de excepción del desafortunado incidente sobre el que pivota toda la trama; el macabro sentido del humor al que se recurre en aquellos compases que, al menos clásicamente, exigirían mayor énfasis dramático; la lapidaria frase serigrafiada en el cartel oficial de la cinta, “la venganza te devora”, resumía a la perfección el argumento de la misma, mas con efectos puramente artesanales sin digitalización alguna la notabilidad del resultado es aún más plausible.
Lo peor: la tremendamente ofensiva imagen que se da de la comunidad gitana, pudiendo suscitar más de un maleficio en la vida real de visionar la película algún acérrimo a dicha cultura; el extraño devenir de una historia que, si bien es absorbente e interesante, sufre tantas modificaciones genéricas que uno no sabe si empatizar por su profundidad moral o trivializar por su ironía conductual; la decisión final del protagonista, no tanto por el contenido vengativo como por el cuidado omisivo de su maquiavélica y sumamente traumática elección.