Título original: Carré blanc
Año: 2010
Nacionalidad: Francia
Duración: 89 min.
Género:Ciencia ficción, Drama
Director: Jean Léonetti
Guión: Jean Leonetti
Reparto: Sami Bouajila, Julie Gayet, Jean-Pierre Andreani, Carlos Leal, Dominique Paturel, Fejria Deliba, Valérie Bodson y Adèle Exarchopoulos
Sinopsis
Philippe es un pobre muchacho que malvive junto a su madre, que acaba en rehabilitación tras un intento de suicidio; pasados veinte años se ha convertido en un ejecutivo que somete a sus empleados a retos varios.
Crítica
El director francés Jean Léonetti debuta en la gran pantalla pareciendo tener muy claro que una carretera secundaria es otra forma de presentar el Apocalipsis, y sirviéndose del embrutecimiento del hombre (en relación con el bello y a la vez cruel símil con la mamá y el hijo osos, en el cual la madre educa y prepara al hijo para enfrentarse a toda clase de monstruos que le acecharán cuando ella ya no esté para protegerle) que conlleva irremediablemente su deshumanización, basa su trabajo en la clásica ficción distócica, muy propia de la literatura pero poco empleada en el cine (por lo que el planteamiento es de por sí diferente a lo habitual).
Phillippe (Sami Bonajila, el clon talentoso del actual presidente estadounidense Barack Obama) es un huérfano que , tras un intento de suicidio, conoce a Marie (la rescatada del olvido Julie Gayet), de la cual se enamora perdidamente y con la que comparte todo el amor que en su corazón reside; sin embargo, a medida que van creciendo y él asume más poder en el trabajo, ese sentimiento idílico se transformará en indiferencia, compartiendo únicamente el sinsentido de la existencia humana, produciéndose irremediablemente y de forma paulatina la degradación de su amor; fruto de la desdichada existencia que vive, Phillippe realizará las más atroces pruebas a los candidatos que a ocupar los puestos vacantes en la empresa que dirige, mientras el mundo que le rodea (sofisticado y calculado hasta límites insospechados) se va desmoronando sin que él ni su alma gemela, Marie, puedan evitarlo.
Jean Baptiste Léonetti juega sutilmente con las mentes de los espectadores, generándoles un malestar continuo y perenne al observar escenas psicológicamente muy duras pero no demasiado alejadas de la realidad, además, el guión es coherente y, aunque conservador, sumamente efectivo (tarea difícil de conseguir en esta clase de trabajos tan controvertidos, que suelen flojear precisamente en estos aspectos); aunque mucha gente se ha empeñado en comparar la dirección y montaje que el director lleva a cabo en la producción con las de Stanley Kubrick y David Lynch, lo cierto es que se asemeja mucho más a las de Michelangelo Antonioni y Michael Haneke, los grandes maestros de la incomunicación, y es que el universo empresarial en el que se encuentra el protagonista de la cinta es una clara (y acertada) crítica a la metodología usada en las grandes corporaciones (en la película se extiende a toda la sociedad, recalcando de este modo el control que los poderes ejercen sobre los ciudadanos) que, producto del inmovilismo, terminan por originar un verdadero infierno sin necesidad de temidos alienígenas invasores o catastrofistas cataclismos pseudodivinos.
A pesar de la aparente semejanza que el metraje guarda con La isla (filme protagonizado años atrás por Ewan McGregor) para nada es así, puesto que el trato que le da el director al control social es mucho más personal y veraz (el elemento fantástico no tiene presencia más allá de la distribución de la sociedad a través de cifras numéricas y el aspecto de la ciudad) que en aquella, la cual cosa logra su cometido perfectamente, aunque peque de no mostrar algo más que la crueldad dominadora y el dramatismo que la sociedad se genera a sí misma por consentir ciertas conductas impuestas duramente por crueles superiores jerárquicos.
Carré blanc es un thriller futurista de estética impecable y a la vez un drama íntimo profundamente solvente, que nos sitúa de forma creíble en un mundo sin esperanza, revocado por la pesadilla del capitalismo y bestializado por las salvajes prácticas empresariales (algo que sucede en la actualidad); detalles como la obligación de sonreír aún cuando no apetece únicamente para dar una buena imagen en todo momento y jugar al criquet obligatoriamente porque es un deporte sano que ejercita la mente representan la superficialidad de nuestra sociedad, siendo por lo tanto una obra que nos hará pensar (si no lo hacemos ya) que no hay nada más terrorífico que la realidad basada en la mera cotidaneidad.
Daniel Espinosa
Contagio
(Steven Soderbergh, 2011)
Ficha técnica
Título original: Contagion
Año: 2011
Nacionalidad: EEUU
Duración: 106 min.
Género: Drama, Suspense
Director: Steven Soderbergh
Guión: Scott Z.Burns
Reparto: Marion Cotillard, Matt Damon, Laurence Fishburne, Jude Law, Kate Winslet, Bryan Cranston, Jennifer Ehle, Gwyneth Paltrow y Tien You
Sinopsis
El mundo se ve asolado por la rápida propagación de un virus desconocido que se transmite a través del aire y que es capaz de acabar con una vida humana en pocos días; mientras el virus se expande por todo el planeta Tierra, los médicos del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades y los de la OMS inician una búsqueda contrarreloj para encontrar el antídoto contra la mortífera enfermedad que ya se ha cobrado un sinfín de víctimas alrededor de todo el mundo.
Crítica
¿Que el tema de las pandemias está más que quemado?, evidentemente; ¿que Steven Soderbergh ha realizado un trabajo típico y totalmente predecible?, a juzgar por el trato que imprime a la trama y la originalidad parcial que nos brinda a través de sucesos paradójicamente conocidos, en parte, de entrada aconsejaría visionar la cinta como puro entretenimiento y contemplar el horror que se podría generar, junto con el caos y el pánico, en la sociedad si un temido virus comenzará a exterminar la raza humana, cada vez más desmoronada y en la que lo único que puede hacerse es luchar ferozmente por tratar de sobrevivir.
La historia principal se ha visto con anterioridad en muchas ocasiones, una simple gripe se transforma en algo (porque en un principio no se sabe de qué se trata) mucho más serio y termina provocando un estado de caos a nivel mundial; las novedades de este filme residen básicamente en los integrantes del reparto, Matt Damon (Thomas Emhoff, un padre afectado emocionalmente por la reciente pérdida de su mujer), Gwyneth Paltrow (Beth Emhoff, una viajera empedernida que comenzará a expandir el virus como si de pólvora se tratase), Kate Winslet (la doctora Erin Mears, que dedica todo su tiempo a intentar hallar una cura a la enfermedad), Marion Cotillard (la doctora Leonora Orantes, la cual opta por realizar la recerca de la vacuna del modo más peligroso posible), Laurence Fishburne (el doctor Ellis Cheever, una de las más importantes personalidades dentro del ámbito de la investigación sanitaria) y Jude Law (Alan Krumwiede, un curioso personaje que emplea todo su tiempo en intentar convencer a los demás de que la única cura para el brote es la Forsythia, un elemento holístico del cual comprueba sus efectos él mismo y lo hace público mediante su blog), todos ellos, comenzarán una lucha contra un virus del cual no se dispone ni protocolo ni vacuna, una amenaza que invadirá los más recónditos lugares del planeta, especificados y contabilizados poblacionalmente.
Durante los 135 días (aunque unos parecen durar mucho más que otros) que dura la trama (hasta que los expertos más cualificados hallan la cura) presenciaremos los efectos que podría conllevar una epidemia desconocida, ante la cual numerosas personas van muriendo y a su vez contagiando a otras al entrar en contacto con ellas; se hará mediante una historia perfectamente estructurada y narrada, que va desvelando paulatinamente el acto iniciador de los hechos finales (el metraje concluye con la explicación del suceso primero que desencadenó el resto, de una lógica aplastante y alejada por completo de las cábalas que los investigadores van urdiendo y de las que se pueden ir imaginando).
Resulta todo un acierto que el virus no nazca de un experimento fallido por parte de las autoridades o los militares, sino que se trate de una catastrófica y curiosa unión entre un murciélago y un cerdo (original cuanto menos), aspecto tan admirable como la cantidad de datos que nos va brindado el director (quizás el más curioso sea el referente a las veces que nos tocamos al día la cara, unas 6600 de media), que hacen todavía más interesante el desarrollo del filme; como aspectos negativos hayamos básicamente la obviedad de los acontecimientos, criticable cuanto menos (aunque el desenlace es toda una sorpresa), y especialmente la desmesurada aparición de personajes, que marea y desorienta al espectador (éste hecho es propiciado por el afán de reunir a los rostros más populares del celuloide, brindándoles pequeños papeles entrelazados entre sí pero intrascendentes a la postre).
Con todo lo expuesto podemos resumir que en una balanza de pros y contras la cinta se inclinaría indudablemente hacia las bazas positivas, aunque Contagio no se desmarque lo más mínimo de producciones de semejante índole, ya que emplea los mismos elementos de siempre y el elenco de actores acapara mucho más tiempo la pantalla que la propia historia; como alternativa directamente vinculada y aconsejable tendríamos la soberbia 28 días después, mucho más salvaje y sincera, pero si lo que el público busca es pasar un rato agradable y entretenido disfrutando de un virus invisible pero letal ésta es su película, puesto que en ella encontrarán dichas características y gozarán de unas interpretaciones excelentes (como, por otro lado, era de esperar).
Daniel Espinosa
Sint
(Dick Maas, 2010)
Ficha técnica
Título original: Sint
Año: 2010
Nacionalidad: Holanda
Duración: 85 min.
Género: Comedia, Terror
Director: Dick Maas
Guión: Dick Maas
Reparto: Huub Stapel, Egbert Jan Weeber, Caro Lenssen, Madelief Blanken, Terrence Sinclair, Escha Tanihatu, Kees Boot y Cynthia Abma
Sinopsis
Según una antigua tradición infantil, San Nicolás se presenta cada cinco de Diciembre regalando golosinas y dulces a todos aquellos niños que se han portado bien y le han dejado un zapato en la chimenea la noche anterior; sin embargo, este año un fantasmagórico San Nicolás hará acto de presencia para causar el mayor de los caos y la muerte a su paso.
Crítica
DickMass ha decidido explotar el éxito obtenido por Rare Exports: A Christmas Tale (la gran triunfadora del pasado Sitges Film Festival) y vuelve a recurrir a épocas navideñas para presentarnos una terrorífica (y sangrienta) historia acerca de la poco conocida figura de San Nicolás, ya que nos solemos referir a él de modo equívoco como Papá Noel (cuando teóricamente son personalidades distintas, ya que San Nicolás es el antecesor de Papá Noel); el legendario personaje trae tras de sí una curiosa costumbre que esconde una moraleja tan recurrida como útil, y que sirve como excusa para mostrarnos una cantidad ingente de sangre dibujada con un pincel de humor que, ciertamente, es de agradecer.
La leyenda de San Nicolásse remonta cientos de años atrás, y consiste en que dicho santo (un sacerdote) visita los hogares neoyorquinos los cinco de Diciembre en los que haya luna llena, noches que las dedicará a recorrer el trayecto entre España (su país natal) y Nueva York en su lúgubre velero, escoltado por sus fieles secuaces, para llevarse a los niños que se hayan portado mal durante el año al país español (irónicamente se frivoliza con la idea de que sea por motivos de pederastia, pero se remite meramente a una burlesca posibilidad).
La cinta comienza mostrándonos dos antecedentes en los que San Nicolás actuó, asesinando a padres e hijos (aunque el mito solamente recogía originariamente el secuestro de niños); en la actualidad, el venidero día cinco de Diciembre coincide con la plenitud lunar, por lo que los habitantes permanecen aterrados y las autoridades intentan seguir (sin éxito) los pasos de un resucitado y cadavérico San Nicolás (Huub Stapel, al que el maquillaje, horroroso como el del resto de personajes, no facilita la labor), que comenzará a aniquilar a todo ser viviente que se cruce en su camino, cebándose concretamente en un grupo de jóvenes (un hecho que no resulta precisamente original pero es, como viene siendo habitual, la mejor forma de poder brindar sangrientos desmembramientos, crueles amputaciones y vejaciones varias).
Un buen número de muertes (todas ellas rozando el mejor gore), una trama divertida y un apartado sonoro brutal es lo que ofrece, a groso modo, esta película de humor negro, que aunque no consigue alcanzar el nivel suficiente para entrar dentro de los metrajes destacados del género (tampoco lo hacía la laureada Rare Exports: A Christmas Tale y sin embrago el reconocimiento positivo fue asombroso) resulta un divertimento tan grotesco como picaresco, una propuesta que contiene la esencia misma del Sitges Film Festival (certámen en el que se pudo visionar por primera vez en nuestro país el largometraje) en estado puro y que genera una sensación de alegría y plenitud a su término (tras presenciar descabellalladas y tronchantes atrocidades, todas ellas refugiadas en la más absurda explicación lógica, la de un dificultosamente imaginable asesino ancestral que ansía venganza).
Lo expuesto a lo largo de la crítica (en referencia al humor negro y la brutalidad visual) puede apreciarse en cada secuencia del filme, ya que desde el inicio del mismo se observa una inteligente aunque recurrente puesta en escena que facilita todo lo que va aconteciendo durante la trama, una labor que hay que digerirla desde el apartado cómico en todo momento (aunque algún que otro sobresalto proporcionan varias secuencias en las que la intriga hace acto de presencia, por lo que los subgéneros se emplean de inmejorable forma para la ocasión).