Título original: Attack the block
Año: 2011
Nacionalidad: EEUU
Duración: 88 min.
Género: Ciencia ficción, Comedia
Director: Joe Cornish
Guión: Joe Cornish
Reparto: Franz Dramen, John Boyega, Leeon Jones, Simon Howard, Luke Treadaway, Jumayn Hunter, Jodie Whittaker y Nick Frost
Sinopsis
Los residentes de un bloque de apartamentos situado en una barriada de Londres se verán enfrentados a una invasión alienígena, hecho que les obligará a convertir su edificio en una fortaleza infranqueable.
Crítica
Joe Cornish debuta en la gran pantalla con Attack the block, una historia de acción en la que también tiene cabida (y en grandes proporciones aunque sin llegar a sobreexplotarlo) el humor; no es que un exceso del mismo fuera imprudente (de hecho Zombies Party, que comparte productores con ésta, se caracteriza por ello y fue un éxito rotundo), pero en todo caso se agradece el tono de relativa seriedad que la cinta mantiene, presentándonos una trama tan humana (las pandillas callejeras, unas figuras que están a la orden del día) como fantástica (por la parte que toca a la invasión alienígena, en torno a la cual gira el filme desde el primer instante directa, divertida y entretenidamente).
A pesar de que en la película podamos ver el rostro del siempre carismático y entrañable Nick Frost, nada tiene que ver este metraje con otros anteriormente coprotagonizados por éste (la ya mencionada Zombies Party, Paul…), en los que la comedia era el recurso utilizado y perseguido en cada escena, puesto que en esta ocasión sigue apareciendo pero mucho más esporádicamente, alternándose con escenas de pura adrenalina y acción trepidante; además, el actor apenas aparece en pantalla, ya que interpreta un papel que tan siquiera se podría catalogar de secundario (la cual cosa también denota rigurosidad en el argumento, sin necesidad de recurrir a estúpidos personajes secundarios indebidamente introducidos que no hacen sino entorpecer una trama fluida y suficientemente interesante por sí sola sin necesidad de ellos).
Aunque la temática de las invasiones extraterrestres ha sido utilizada hasta la saciedad, Attack the block la aborda desde una perspectiva novedosa, ya que se centra en un grupo de cinco jóvenes pandilleros que se ven envueltos en un percal del que les costará sudor y lágrimas salir con vida y, de esta manera, el grupo está compuesto por Moses (el líder de la pandilla callejera; John Boyega, quien consigue una de las mejores interpretaciones que un servidor recuerda en mucho tiempo), Jerome (el cual precisa de unas extravagantes gafas para poder ver con claridad; Leeon Jones), Biggz (un controvertido adolescente que no cesa en dotar de regularidad a sus alocados intentos de extorsión; Simon Howard), Pest (el chico más razonable del grupo, aunque también el más tímido; Alex Esmail) y Dennis (uno de los integrantes más problemáticos; Franz Dramen), decidiendo todos ellos asaltar, una oscura noche en la que los fuegos artificiales colorean el cielo de Londres, a Samantha (Jodie Whittaker, la cual lleva a cabo una labor admirable, consiguiendo resultados tan naturales como eficaces), una enfermera de rostro angelical que se disponía a llegar a su casa para descansar tras una dura tarde de trabajo en el hospital; lo que parece haber sido un golpe sencillo se complica cuando los cinco chicos vuelven a su bloque de pisos, topándose con numerosas criaturas provenientes de otro planeta (la primera de ellas se apodera del cuerpo de Pogo, el perro de Dennis), bichos poco convencionales, puesto que tienen un aspecto similar al que resultaría de la combinación entre un gorila, un lobo y un alienígena, presentando una singular característica que a la postre tendrá un significado mucho más importante de que lo que en un principio pudiera parecer, ya que cuando se disponen a abrir sus fauces para devorar a sus presas emiten un sonido estridente, al mismo tiempo que se intensifica el verde fosforescente que inunda sus mandíbulas (en estos momentos se pueden atisbar matices de la mítica Alien sin dificultades).
Momentos de pura adrenalina (en especial los protagonizados por los querubines Probs y Mayhem, encarnados por Sammy Williams y Michael Ajao respectivamente) y otros de intenso humor en los que Ron (Nick Frost) y su compañero de piso Brewis (Luke Treadaway) estarán presentes irán componiendo un magnífico puzle en el que las piezas comenzarán a encajar a raíz de un revelador descubrimiento (relacionado con la muerte de la primera criatura que hallaron y posteriormente aniquilaron, conservando su enigmático cuerpo en el piso de Ron y Brewis, una morada en la que abunda la droga), hecho que servirá para unir a todos los residentes del edificio (personas del bloque actuando en bloque, paradojas del título...) para exterminar a los insaciables invasores con toda clase de herramientas y fuegos artificiales (salvo Hi Hatz, al que da vida Jumaya Hunter, que decidirá buscar venganza en solitario respecto a un negocio fallido con Moses); frases como “están lloviendo Gollums” o la secuencia que protagonizan Ron y Brewis en el sofá de casa debatiendo y reflexionando acerca de la supuesta invasión alienígena que está aconteciendo en el exterior son claras muestras del exquisito humor del que Attack the block hace gala, aunque el apartado más potente del filme es el visual (con unas criaturas simples pero eficaces y un aura de elegancia que envuelve cada uno de los ataques alienígenas), pudiéndose incluir numerosas escenas dentro del género gore (destacando entre ellas las muertes de Dennis y Hi-Hatz), pero no es éste enfoque el que el director intenta dar, sino uno más simbólico entre las relaciones multirraciales, un tema de debate de suma actualidad que suscita una gran disparidad de opiniones, todas aceptables y reflexivas.
Basta con decir que se trata de una de las cintas más esperadas del año para los amantes de la ciencia ficción para poder asegurar que Attack the block genera grandes expectativas, y aunque los primeros diez minutos puedan hacernos pensar lo contrario, éstas se verán superadas con creces merced a una calidad argumental sorprendente (lo normal sería recurrir a tópicos y situaciones absurdas, y esto no se produce) y unos actores que a pesar de su juventud y escasa popularidad bordan sus papeles (en especial John Boyega, al que habrá que seguir la pista muy de cerca); en definitiva, una muy buena propuesta que merece ser visionada por numerosas razones de diversa índole conformando un plato de sublime composición que hará las delicias del público más genérico.
Daniel Espinosa
Melancholia
(Lars Von Trier, 2011)
Ficha técnica
Título original: Melancholia
Año: 2011
País: Dinamarca
Duración: 136 min.
Género:Drama, Fantástico
Director: Lars Von Trier
Guión: Lars Von Trier
Reparto: Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland, Charlotte Ramplin, Alexander Skarsgard, Stellan Skarsgard y Udo Kier
Sinopsis
Una pareja da una suntuosa fiesta para celebrar su boda mientras el planeta Melancholia, oculto tras el Sol, avanza hacia una inminente colisión con la Tierra, lo que provoca repentinos cambios en la gente...
Crítica
Lo mejor: la respuesta del director danés, en forma de película, a la pregunta antediluviana de si el ser humano está solo o no ya no en el universo sino en la propia Tierra (qué cierto que en ocasiones la soledad parece la única compañía), tratándose de un ejercicio que posiblemente deje al espectador hondo marcado al presenciar la profundidad y complejidad con la que, cual cuento de terror, se narran los hechos; la instantánea empatía que genera la cinta (en gran medida por el buen hacer de una Kirsten Dunst pletórica aunque demacrada como nunca antes), una transmisión de sensaciones que va directa al corazón y que apenas se puede digerir fácilmente tras su visionado a causa de la pasión y la sensibilidad plasmadas; la fidelidad del responsable a sus principios, volviendo a utilizar el tridente (en resumen y simplificando al máximo viscerales mujeres, cuerdos hombres y multitudinarias decepciones) que tan buenos resultados le ha brindado en anteriores obras, así como música de corte clásico y planos de gran obertura, es decir, elementos muy relacionables con él.
Lo peor: el planeta que da nombre a la producción no está especialmente bien recreado (en cuanto a estética visual se refiere), si bien el ciclo que está cumpliendo (denominado “la danza de la muerte”, consistente en gravitar hasta colisionar fatalmente para extinguir a la raza habitante en astros colindantes) simboliza a la perfección lo que se siente cuando un desastre (ya sea personal o profesional) acecha irremediablemente y, sobre todo, el horroroso deseo de no sufrir y ahuyentar dicho cataclismo que, sin embargo, termina sucediendo; la división por capítulos (el primero centrado en la protagonista y el segundo en la hermana de la misma) para evidenciar la dualidad entre la parte ilógica y racional, respectivamente, a la hora de afrontar una posible repentina aniquilación total; la extensión (dramática y temporal) de la mayoría de momentos culminantes, lo cual no hace sino desesperar sin llegar a transmitir de forma directa el disgusto proyectado sobre un reparto repleto de rostros popularmente conocidos, desdibujando sus notables labores (con alguna que otra excepción) al repercutir muy negativamente sobre la fluidez del devenir.
Daniel Espinosa
Tannöd
(Bettina Oberli, 2010)
Ficha técnica
Título original: Tannöd
Año: 2010
Nacionalidad: Alemania
Duración: 88 min.
Género: Drama, Suspense
Director: Bettina Oberli
Guión: Petra Lüschow
Reparto: Julia Jentsch, Monica Bleibtreu, Volker Bruch, Brigitte Hobmeier, Vitus Zeplichal, Filip Peeters, Gundi Ellert y Lisa Kreuzer
Sinopsis
Cuando la familia Danner fue brutalmente asesinada en su granja en lo profundo del bosque, empezaron a circular historias entre sus vecinos que especulaban sobre el carácter esquivo y siniestro de la familia; dos años después, Kathrin llega al pueblo para enterrar a su madre, encontrándose un lugar todavía estigmatizado por el atroz suceso.
Crítica
Tras una premisa prometedora y una historia aparentemente apasionante se encuentra una película mediocre en todos los sentidos, y es que en lugar de aprovecharse de la idea central del filme (una familia completa ha sido asesinada en una granja de un pequeño pueblo, cuyos habitantes se comportan de forma reacia en todo lo pertinente al suceso) la directora, Bettina Oberli, decide optar por mostrarnos la enrevesada (y poco creíble) relación de desconfianza (aunque a la vez de hermandad) que existe entre los puritanos hogareños, recurso que consigue aburrir enormemente en lugar de intrigar y/o entretener; y es que Tannöd podría haberse convertido en un slasher muy apetecible o una cinta repleta de intriga que apasionara al más exigente espectador, pero el enfoque de la directora ha resultado fallido y no puede considerarse nada más que una película digerible únicamente en el ámbito doméstico (de hecho ni eso).
La trama comienza presentando los brutales sucesos acontecidos en torno a la familia Danner, brutalmente asesinada en la granja que tenían en su propiedad ubicada en medio del bosque; dos años después, Kathin (una convincente Julia Jentsch, de los pocos añadidos que se pueden valorar positivamente del filme), la hija menor de la difunta familia, regresa al pueblo para enterrarlos; el drama se apoderará de la joven cuando los habitantes del emplazamiento comiencen a hacer públicas sus cábalas acerca del posible asesino (ya que hasta el momento es desconocido el móvil y/o motivos que incitaron al sujeto responsable a llevar a cabo tal acción), reconstruyendo unos confusos hechos a partir de los encuentros que tuvieron cada uno de ellos con los integrantes de la familia el mismo día que perdieron sus vidas a manos del asesino.
La verdadera historia nos será presentada en forma de flashbacks, que unidos entre sí nos darán el nombre del enigmático autor de los asesinatos (posiblemente el más remoto de todos los candidatos, hecho que resta todavía más interés si cabe a la trama), un laberíntico y turbador drama de suspense que muestra hasta qué punto está enraizado el mal en el corazón de Europa (en este sentido, varias escenas dignas de mención recuerdan sospechosamente al videojuego Resident Evil 4).
Ambientada en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial pero con una fallida puesta en escena de dicha época, la cinta no presenta más que un buen guión (hay que reconocerlo, la sucesión de acontecimientos están perfectamente ligados pero finalmente resultan incoherentes), ya que el resto de apartados no llega ni a la altura de un telefilme (con todos los respetos a éstos), especialmente el intento por transmitir constantemente la sensación de intriga (muy similar al acontecido en la horrorosa El Bosque del habitualmente sorprendente pero en dicha ocasión nefasto e inconcebible M.Night Shyamalan).
Tannöd (distribuida en fechas próximas bajo el título de The murder farm, mucho más comercial y revelador) es, por lo tanto, un título completamente prescindible que consigue cuestionarnos nuestra existencia al comprobar que hemos invertido casi noventa minutos de nuestra vida en visionar un producto que se aproxima peligrosamente al terreno de lo indecente a causa de su precario montaje; no obstante, en algunos compases es un producto entretenido e incluso recomendable (básicamente cuando los aldeanos le confían a Kathrin lo que creen saber de la tragedia), que sin ser linealmente correcto aporta ciertos matices al género que lo hacen diferente (como el sangriento desenlace).