“IN”, de Fear Factory Experiences



Buscando en los principales portales de escape room en Hospitalet de Llobregat (por no ampliar el perímetro aunque sería aplicable hasta un radio de decenas de quilómetros) la sugerencia estrella es (los tres miembros de esta página que acudieron hace tres años dan buena fe que por méritos propios) El orfanato, una certera aproximación al subgénero de los fenómenos paranormales con la reapertura de un funesto hospicio de infantes como telón de fondo; ahora, en el local contiguo (concretamente en el doscientos cinco de Carretera de Collblanc), se ha instalado la última creación de Fear Factory titulada IN (en adelante cada palabra que comience por dicha sílaba se escribirá en mayúscula para rendirla un justo homenaje) con una temática cercana al slasher cuyas características esenciales (citarlas al completo conllevaría redactar un texto casi INterminable) se detallarán a continuación con las impresiones predominantes (IN situ) suscitadas.



Resulta evidente desde la entrada el tétrico carácter que impera, atendiendo a los ficticios pacientes (oséase el grupo) una siniestra voz sugiriendo venerar escrupulosamente las INdicaciones relatadas en su INtervención (casando a la perfección con destellos lumínicos que a partir de entonces guían empleándose como sutiles señales) para, acto seguido, empezar formalmente la experiencia (vaya si lo es) con una apoteósica bienvenida (las reminiscencias a Saw son constantes); a lo largo de los noventa minutos de duración (que nadie piense que es una duración excesiva porque se percibe fugaz a causa de la INtensidad con la que se consuma) las pruebas de valor (aquellas que deben superarse INdividualmente) abundan, pero siempre con sentido (ninguna es gratuita sino que guarda una estrecha relación con el devenir natural), prevaleciendo la INsinuación a la mostración (el dominante poder de la mente se antoja el mejor recurso) con maestría.



Uno duda de veras si está padeciendo (o disfrutando según el prisma desde el que se analice) lo recreado (alejar al respetable de su zona de confort para desquiciarlo e INcomodarlo es algo que pocas veces se ha logrado con tanta solvencia como en la ocasión que ocupa), autogestionándose por el realismo de unos efectos dignos de alabar (el de clausura es una auténtica maravilla propia de exhibirse en un parque de atracciones); el hecho de que algunos sectores sean comprometidos (el sudor generado por el calor corporal en plena época estival aumenta la peligrosidad al caminar apresuradamente) fomenta la sensación de riesgo (por supuesto nada amenaza la INtegridad pero así se INterioriza), sorprendiendo gratamente que la transición entre habitaciones (no es ningún misterio que conste de varias ya que sino se trataría de un hall escape) combine la linealidad (sin acumular objetos) con el dinamismo (INspeccionando las estancias ya visitadas).



También es destacable la elección previa entre los modos “delirio” (sin demasiados sobresaltos), “psicosis” (flexibilizando la toma de decisiones ante ciertas situaciones) e “histeria” (con contacto físico) para regular en gran medida el desarrollo, exprimiendo la tercera las posibilidades de la propuesta (conviene advertir que no es apta para gente con problemas cardíacos, marcapasos o embarazadas y que la ropa que se porte es susceptible de deteriorarse, sacarse o mancharse en determinados compases); otra de las singularidades es que solamente se puede reservar (el abanico de sesiones disponible a diario es tan amplio que adecuar la agenda a una fecha pertinente es sumamente sencillo) para dos o cuatro jugadores (por setenta o cien euros en total respectivamente), aconsejando fervientemente que sea en pareja para optimizar una terrorífica aventura con tintes históricos en la que se desvirtúa sabiamente la clásica figura del temible mad doctor.



Amén de la magnífica escenografía (vocablo traído a colación puesto que las similitudes con una obra teatral son obvias e impagables), cabe ensalzar la selección de unos enigmas imparcialmente lógicos e INtuitivos con altas dosis de matices macabros (la mayoría atentarán seriamente contra la sensibilidad de los más aprensivos), INvitando (u obligando) asiduamente a los participantes a INteractuar entre ellos (así como con terceros) para avanzar exitosamente; pese a que el ya especificado montante a abonar es algo privativo (la economía de cada cual la conoce uno mismo) el nivel de INmersión lo justifica plenamente, pues no se limita al apartado visual (la ambientación es formidable) sino que se extiende al sensorial (el concepto de “extremo” es subjetivo pero se INquiere con rigor técnico), con un sumatorio de gastos tan elevado como la excelencia que se ansía (y consigue) ofrecer a quienes presenciarán en primera persona múltiples fechorías.



La profesionalidad con la que el equipo de la compañía afronta el reto descrito (con un surtido de candados que se valen de varipintos sistemas para desbloquearlos como recorridos laberínticos, fórmulas químicas, formas geométricas u operaciones matemáticas para desbloquearlos) es eternamente plausible, bordando sus concernientes cometidos sin fisuras (seguro que ellos sí las detectan pero desde luego las resuelven audaz e INmediatamente para evitar que aquellos ajenos a la organización las aprecien); mención aparte merece la dupla que dirigió la partida de un servidor (Daniel Espinosa) y su fiel escudero (Sergi Bernal), Álex (con su exhaustiva labor de game master desde la oficina de comandos) y Eric (con un espectacular acting sin llegar a eclipsar la opresiva atmósfera sino mimetizándose con ella) que, de tener que definir con un adjetivo (como el resto de vertientes), sería el que se obtiene al unir las letras INaugurales de los párrafos... BRUTAL.



Daniel Espinosa, a fecha 21 de agosto del 2022