“Horror movie”, de Sitgesescape
La introducción empieza “vais a una sesión de cine de terror, pero os veis envueltos en una historia que no os esperabais..., el propietario del cine es un psicópata que atrapa a sus clientes y desaparecen”, sigue “solo tenéis una hora de tiempo hasta que entre a por vosotros..., ¿se puede frustrar su plan perverso?..., ¿se pueden superar los enigmas de su mente enferma?” y concluye “confiad en vuestras capacidades para lograr escapar..., pocos lo consiguen”; tres años después de inaugurar la sala objeto de la reseña, Santiago (llámese casualidad, causalidad o como se desee pero un servidor recién había concluido el visionado de Caminantes, la nueva serie de Koldo Serra dirigida en exclusiva para Orange TV que transcurre precisamente en el camino gallego que porta dicho nombre, cuando se fraguó la sinergia que ocupa), el dueño del local, ha regresado retomando su faceta de maestro de ceremonias con una fuerza e ilusión descomunales, denotando su buen hacer (las ochenta actividades confesas a sus espaldas se traducen en una selectiva y significativa devoción) con la constante atención (y motivación) que derrocha a cada consigna e instrucción que profiere, como si el envidiable e inmejorable (tanto para residentes como para turistas) entorno que le rodea le inspirase en su minucioso cometido.
La mayoría de enigmas a resolver (a excepción de alguno que aquellos más curtidos en estos lares habrán visto con antelación) son originales y, lo que es todavía más plausible, consecuentes con el desarrollo de la trama, no estando todos hilados entre ellos (lo cual sería casi quimérico al abundar como lo hacen) pero sí integrados religiosamente (sin ofender a quienes defienden a ultranza la adoración divina) en la ambientación, la cual merece una mención aparte, pues los escenarios (cada habitación es una obra de arte en sí misma que recuerda no solo a un terrorífico clásico del celuloide sino a varios a la vez) son sencillamente sublimes en cuanto a decoración se refiere (salvo algún que otro material que distorsiona o dificulta el sendero hacia la salida como en el caso de cierta pelota de tenis inconexa o de determinado láser descalibrado); asimismo, los temas musicales no pueden catalogarse sino de magistrales (multitud de bandas sonoras van sucediéndose con menos pausa que la permitida para completar la misión encomendada), sumergiendo al respetable en una vorágine de desconcertantes sucesos que, a la postre, obedecen a un maquiavélico plan proveniente de una mente depravada que, sin embargo, resta la sensación de haber podido impactar sobremanera de profundizar más.
Si bien es cierto que la introducción resulta algo descafeinada (amén del tributo que se rinde al célebre Sitges Film Festival), la historia se percibe un tanto difusa (el argumento apenas goza de una narrativa fluida que invite a ahondar en una historia que se presiente formidable) y la transición entre estancias se antoja bastante abrupta (no supone una revelación adelantar dicho pormenor sino una advertencia de que no se debe forzar ningún elemento), no lo es menos que el realismo artesanal como base no resta un ápice de credibilidad al conjunto (de hecho lo dota de un encanto especial) y la diversión está asegurada aunque no se logre escapar (la probabilidad de hacerlo es totalmente subjetiva); como recomendación esencial cabe señalar la reunión de tres o cuatro personas (el precio sería de 70€ mientras que si son de cinco a seis ascendería a diez euros más) para asegurar una óptima inmersión, pues el trabajo en equipo es fundamental pero el dinamismo puede verse mermado de optar por el cupo permitido, asegurándose sin ningún temor a equívoco que los retos entretendrán e ilusionarán por igual al requerir tanta concentración como ingenio (que un extracto del lema de la compañía verse “nada es lo que parece” es sintomático), asombrando, emocionando, tensionando e impresionando sin remedio.
Salvaguardar al público de la climatología propia de cada época del año para que no la padezca mientras realiza la visita es de agradecer (el frío del invierno y el calor del verano se combaten con los oportunos dispositivos centralizados y un 24 de julio a las 19:00h el sol es tan protagonista como el que más), siéndolo aún más en la actualidad con la vírica pandemia que está asolando a los habitantes del globo terráqueo, asegurando un servidor (cuyo oficio es técnico en curas auxiliares de enfermería) que se cumplen todas las medidas sanitarias básicas (gel hidroalcohólico) estipuladas gubernamentalmente; se aprovechará este apartado para traer a colación una certeza que más bien es una recomendación indicándose que no es demasiado (por no sentenciar en absoluto) aconsejable iniciarse con la presente propuesta, no por falta de laboriosidad intrínseca sino por el exceso de rigurosidad mental (entendiendo como tal una exigencia racional a partir de un metódico ejercicio observacional al alcance de muy pocos o de muchos estrechamente coordinados) latente desde la primera toma de contacto, proporcionándose pistas (con modulación de voz mediante) solamente cuando se solicitan o, en su defecto, si el avance se ha interrumpido más tiempo del factible para el apropiado devenir.
El equipo de Cementerio de Noticias no puede sino aconsejar a todo el mundo a que viva Horror movie (sito en Passeig de Vilafranca número 15, 08870 Sitges, Barcelona, Garraf) por sí mismo, pues nadie se arrepentirá (ni amantes del género ni aquellos menos acérrimos a él), ya que en Sitgescape se cuida hasta el más mínimo detalle (lo único verdaderamente extrañable es una consistente prueba de valor) para que la experiencia sea óptima, adaptándose a las necesidades de los asistentes (hasta el factor miedo se puede regular de comunicarse las preferencias con antelación) sean cuales fueren; para reservar sesión el día de la semana que más convenga dentro del amplio abanico de horarios disponibles (incluso se puede proceder nocturnamente si se es lo suficientemente valiente) es preciso hacerlo a través de la página (www.sitgescape.com) o llamando a cualquiera de los dos teléfonos habilitados a tal efecto (el fijo 93 853 38 25 y el móvil 699 434 050), solamente restando dar las gracias (y la enhorabuena) por el trato recibido (sobre todo en la amena, extensa, fructífera y testimonial tertulia posterior a la partida propiamente dicha), esperando que la marítima El polizón (así como el bactericida Escapsimo en vivo aplicable para empresas) alcance tanto éxito o más.
Daniel Espinosa, a fecha 25 de julio del 2020