Título original: Raw
Año: 2016
Nacionalidad: Francia
Duración: 98 min.
Género: Drama, Suspense
Director: Julia Ducournau
Guión: Julia Ducournau
Reparto: Garance Marillier, Ella Rumpf, Rabah Nait y Laurent Lucas
Sinopsis
Una joven vegetariana descubre un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor cuando inicia sus estudios universitarios...
Valoración
Lo mejor: la empatía que despierta la protagonista (nombrar a Garance Marillier resulta una obligación al encarnar un papel altamente complejo como si del más sencillo se tratase) en el espectador, compartiendo con ella lo que siente al degustar el nuevo sabor similar al curry que descubre, al padecer una aparentemente insalvable marginalidad, al reflexionar sobre debates de cuestiones varias, al sacrificarse para intentar integrarse en un entorno tan novedoso como confuso, al reírse con cierto anciano que juega con su dentadura postiza, al fusionar su cuerpo pintado de azul con otro de amarillo para conseguir el color verde, al tararear una obscena canción frente al espejo..., en definitiva, con sus múltiples acciones y atroces consecuencias en un decadente y despiadado mundo que la exige abandonar por completo los principios inculcados por su familia (finalmente averiguará el porqué del radicalismo defendido por sus progenitores en su educación), aflorando su verdadera naturaleza a medida que una serie de signos (objetivos, como la reacción dérmica) y síntomas (subjetivos, como la inquietud alimenticia) se acrecientan y la libertad de la que goza es absoluta; el ritual de iniciación al que son sometidos los novatos de la facultad de veterinaria sita en un lugar no revelado, el cual fundamenta esta interiorista crónica en la que el tono onírico y la inventiva estilística hacen que el impacto técnico (los simbolismos, tales como el caballo que no avanza en su insistente cabalgada sobre una cinta de correr al estar amarrado, derrochan originalidad) supere al visual (las escenas puramente grotescas van sucediéndose cometidamente sin acentuar en demasía el también alegórico canibalismo de trasfondo), logrando que el retrato de la adolescencia femenina, caracterizada por una fuerte ansia de sentimiento de pertenencia y la autodeterminación de diferentes factores (en este caso dos condiciones básicas, la sexual y la nutricional), cobre tintes muy humanos dentro de la ficción narrada; la irónica crudeza (trayendo a colación el título de la producción que ocupa, procedente de un país, el francés, que sigue aportando lindezas fílmicas) con la que las metáforas se materializan de valiente (e incluso algo temeraria) forma, en especial las referentes a las primeras veces que de llevan a cabo las cosas en tan señalada etapa, desde la ingesta de carne hasta la pérdida de la virginidad, pasando por el consumo de drogas y la depilación del bello púbico, todo ello para reconstruir la identidad de una joven acostumbrada a la sobreprotección parenteral.
Lo peor: la plurilectura de la cinta, pese a que la responsable va introduciendo sutiles claves a lo largo de la trama para guiar al público, sólo está al alcance de aquellos más sagaces y acostumbrados a extraer por sí mismos conclusiones dotadas de una importante ambigüedad entre libertad y libertinaje y es que, en esta su ópera prima, Julia Ducournau evidencia hasta la exageración la paranoica represión que la moralidad común permite e incluso ampara; la imagen del caos universitario descrito puede llevar a equívocos a quienes todavía están por vivir dicho impás estudiantil si confabulan falsas expectativas, aunque ciertamente el metraje no debería ser visionado por los mismos, pues suponiendo que se trata de alumnos calificados que no han repetido curso alguno ni se han dejado seducir por la corriente “ni ni”, todavía no habrán alcanzado la mayoría de edad (aunque el asunto de las calificaciones no se respete lo más mínimo no por ello hay que obviarlo); más allá de la publicidad vertida sobre (o contra) el largometraje ensalzando su visceralidad sensorial y menospreciando su contenido argumental, los galardones cosechados en prestigiosos certámenes como los de Cannes, Sitges, Austin y Toronto reconocen a la autora su malvada, perversa y retorcida osadía de reinterpretar una revelación de la antesala de la adultez rebosante de desenfreno y provocación sin subrayar que peca de cinismo (trivializando sobre polémicas recurrentes como el machismo, el racismo, la bulímia y el abuso en el más amplio sentido de la palabra, así como citando otras no tan típicas como la tricofagia, es decir, la enfermedad por la cual el sujeto que la presenta se come su propio pelo) para remover en la butaca al respetable, algo tan disfrutable como criticable que encuentra su máximo exponente en la propia protagonista, muy inocente, algo peligrosa y más letal progresivamente.
Daniel Espinosa
The neon demon
(Nicolas Winding, 2016)
Ficha técnica
Título original: The neon demon
Año: 2016
Nacionalidad: Francia
Duración: 113 min.
Género: Drama, Suspense
Director:Nicolas Winding
Guión: Nicolas Winding, Polly Stenham y Mary Laws
Reparto: Elle Fanning, Jena Malone, Keanu Reeves, Christina Hendricks, Bella Heathcote, Abbey Lee, Karl Glusman, Desmond Harrington, Cody Renee, Chris Muto, Jamie Clayton y Sophie Mazzaro
Sinopsis
Una chica llega a Los Ángeles para hacer su sueño realidad de convertirse en supermodelo, pero su bella juventud juga en su contra...
Valoración
Lo mejor: la fotografía, agrade o no el filme, no puede tildarse más que de soberbia, siendo las primeras palabras pronunciadas (“estoy contemplando”) perfectas para citar la acción que más se realiza durante el visionado al permanecer poéticamente encandilado entre tanta envidia, recelo, rechazo, crueldad, elegancia y sensualidad cual alegórica crítica al narcisismo menos ortodoxo mediante secuencias prácticamente eternas que se recrean en matices perecederos como el lema al que aluden las protagonistas, resumible en que el físico lo es todo; la timidez que transmite Elle Fanning, ideal para el personaje que interpreta, bello, vulnerable e inocente, un deleite actoral que demuestra su excelente nivel profesional, en constante crecimiento juzgando sus también notables intervenciones a lo largo de su carrera en obras como Twixt y Super 8, por mencionar dos del ya lejano dos mil once, año en el que ya se vislumbraba su talento; la superficialidad que rodea al mundo del modelaje se plasma exquisitamente, apreciándose todas las banalidades que acompañan a las supuestas estrellas de la pasarela o, simplemente, del postureo, como es el caso de la aludida joven poseedora del único talento de ser hermosa que ansía convertirse en la mejor de la industria sin importarla aparentar y manipular (edad, estado civil, compostura, inclinación sexual...) cuanto sea preciso para ello, promovida por la ambiciosa senda del camino hacia la fama que, una vez emprendida, no es capaz de abandonar.
Lo peor: la convulsión sensorial a la que es sometido el espectador por los constantes efectos de luces y sombras, no sirviendo los mismos para narrar la historia de un modo diferencial sino para enturbiar su disfrute, mas no lo favorece en absoluto tratándose de una trama que responde a una finalidad demasiado obvia que debe su devenir a la exposición de extrañas situaciones, elegantes y arrogantes al mismo tiempo, prolongadas innecesariamente para hacer lo propio con la duración de la cinta; la despiadada competencia y acritud que se recoge, cómo no entre unas féminas que se alimentan (literalmente) de la desgracia de otras, se aproxima tanto a la realidad que abruma y aterra a partes iguales, explorándose en esta especie de cuento de hadas de escabrosa índole terrenos comunes como el machismo y la homosexualidad y otros más controvertidos como la violación y la necrofilia; la perseverancia, genuina e inflexible, del autor a la hora de emplear una colorida estética altamente arriesgada aunque funcional, llevada al extremo como en Drive y Only god forgives, que ya es decir.
Daniel Espinosa
Yoga hosers
(Kevin Smith, 2016)
Ficha técnica
Título original: Yoga hosers
Año: 2016
Nacionalidad: EEUU
Duración: 84 min.
Género: Comedia, Terror
Director: Kevin Smith
Guión: Kevin Smith
Reparto: Harley Quinn, Lily Depp, Tyler Posey, Génesis Rodríguez, Johnny Depp, Natasha Lyonne, Haley Osment, Justin Long, Austin Butler, Jason Mewes, Stan Lee, Michael Parks y Harley Morenstein
Sinopsis
Dos adolescentes deberán apartar la vista de su móvil por un instante para salvar a su país del brutal ataque de unos peligrosos alimentos...
Valoración
Lo mejor: el dueto protagonista y su perfecta compenetración, muy diferentes físicamente pero tanto o más similares en cuanto a calidad interpretativa se refiere pese a que, como bien indicó el crítico Justin Chang en su artículo para la revista Variety, “encadenar a dos encantadoras y prometedoras actrices a un material tan terrible podría interpretarse perfectamente como una forma cara de abuso a menores”; el interés que suscitan los numerosos rostros conocidos que van desfilando por la pantalla firmando, así, otras tantas rarezas ficticias, apareciendo y destacando Justin Long como instructor zen, Haley Osment como predicador fascista, Johnny Depp como amante de las morsas y Stan Lee como vigilante de alarmas de seguridad; el breve análisis de la mayoría de personajes al más puro estilo videojuego retrospectivo (también logran semejante efecto las onomatopeyas de la serie original de Batman que se suceden en la confrontación final entre una criatura muy “maravillosa” y unas heroínas cuya mejor arma es el “Namasté”), aunque dicha técnica acaba siendo repetitiva al recurrirse hasta en un total de diez ocasiones en este ecuador de la denominada “True north trilogy”, saga compuesta por la ya pasada Tusk, la presente Yoga hosers y la aún futurible Moose jaws.
Lo peor: la canción de apertura, toda una declaración de las absurdas intenciones que se sufrirán durante algo más de ochenta minutos, amén de resultar el preludio de otros temas musicales realmente lamentables e inclasificables; el listado de posturas desestresantes impartidas por un curioso profesional en la materia que, lejos de retener la energía positiva en el espectador como supuestamente lo hacen quienes las practican, genera tanto odio como la cinta misma al no proporcionar más que, al igual que los innumerables comentarios jocosos a la par que machistas y/o racistas, argumentos en contra del producto; el despliegue de desfasado e infinitamente atroz humor del que el guionista y director hace gala, en especial en lo concerniente a los “Bratzis”, los pequeños antagonistas descritos como “canadienses nazis de un pie de altura hechos de Bratwurst”, soeces y gruesas salchichas rellenas de una especie de alargadas y brillantes patatas.