Rare exports: A Christmas tale
(Jalmari Helander, 2010)
Ficha técnica
Título original: Rare exports: A Christmas tale
Año: 2010
País: Finlandia
Duración: 80 min.
Género:Ciencia ficción, Suspense
Director: Jalmari Helander
Guión: Jalmari Helander
Reparto: Onni Tommila, Jorma Tommila, Christian Ellefsen, Tommi Korpela, Peeter Jakobi, Jonathan Hutchings y Rauno Juvonen
Sinopsis
Las prospecciones que realiza un grupo de científicos en un pueblo del norte de Finlandia están alterando el ánimo de los lugareños; el pequeño Pietari será uno de los primeros en darse cuenta que algo va mal, llevádole su curiosidad a descubrir el terrorífico origen y las verdaderas motivaciones de uno de los personajes más populares de la Navidad.
Crítica
La gran triunfadora de la pasada edición del Festival de Sitges (en su cuarentaitrés edición) no deja de ser una historia infantil, camuflada entre pequeños destellos de terror y abundante acción (sin sentido) que para nada cumplen las grandes expectativas creadas a raíz de las tan abudnantes como gratificantes críticas vertidas sobre la misma.
Sin pretender afirmar que la película no tenga sus momentos estelares (que ciertamente son pocos a mi entender) sino que las rivales a batir (entre las que no se encontraban la más extravagante A serbian film, y la más divertida Tucker & Dale vs Evil que sí se llevó el galardón a la Mejor Película en la sección Fantàstic Panorama a Competició , ya que la organización del festival las situó en diferentes categorías) no estaban a la altura de oponer la suficiente competencia para llevarse los títulos (entre los que figuran los de Mejor Director y Mejor Película), el premio a la Mejor Fotografía sí que resulta comprensible, ya que los escenarios son, al igual que el sonido, impresionantemente espectaculares.
La historia, navideña donde las haya, nos cuenta quién es en realidad Santa Claus, un hombre malvado que espera las Navidades para raptar a los niños y llevárselos con él, ee encuentra atrapado debajo de una de las montañas más altas de Finlandia, y una organización está desenado dar con él para comercializarlo y obtener grandes sumas de dinero con su negocio; Pirati (un pequeño muchacho que todavía cree en la magia de la Navidad; Onni Tommila) y su padre (a juzgar por su apellido también en la vida real Jorma Tommila) se toparán con uno de sus elfos (ya que una de las cosas más decepcionantes del filme es que el susodicho Santa Claus sólo aparece al final de la cinta, unos poco segundos y nos lo presentan como un ser gigantesco y congelado... una auténtica horterada), que al caer en una de sus trampas de caza queda atrapado en la misma y, poco después, descubrirán que no es una persona normal, sino un ser realmente raro y perseguido por la anteriormente comentada empresa, circunstancia que es aprovechada por padre e hijo para su negocio, traficando con él (otra de las cosas que más helado dejan, ya que no se entiende demasiado cómo pasan del temor a la indiferencia).
La historia avanza sin pena ni gloria hasta dar con el verdadero Santa Claus, un inmenso ser inmovilizado por el hielo, en teoría malévolo (no se sabe porque tampoco da tiempo a verle en acción, ya que antes lo destruyen) y que nada tiene que ver con la imagen que tenemos de él; todo terminará por desmadrarse entre disparos y persecuciones (da la impresión que con la simple excusa de añadir algo más de acción a la película), entre un humor negro que es de lo mejorcito de todo el filme (presente en momentos claves), y es que Rare exports: A Christmas tale cuenta con unos efectos especiales de infarto y un sonido impactante donde los haya, pero en cuanto a guión deja mucho que desear, ya que se trata de una historia simplona (eso sí, original como ninguna) que tampoco busca profundizar demasiado en ningún terreno, sino que está dirigida a entretener y poca cosa más (la cual cosa consigue con creces, ya que para nada se hace pesada, pero sí algo incoherente e ilógica en la mayoría de las situaciones propuestas).
En conclusión, lejos de traducirse la mejor película de la historia, Rare exports: A Christmas tale es una correcta película dirigida por el finlandés Jalmari Helander, quien realiza una amplia versión basada en los cortometrajes de su propia cosecha Rare exports inc y Rare exports inc: Safety instructions, y parece que la organización del mencinado festival español ha querido premiar más eso, la ardua labor que hay detrás de la cinta, que la propia propuesta en sí misma.
Daniel Espinosa
Rubber
(Quentin Dupieux, 2010)
Ficha técnica
Título original: Rubber
Año: 2010
País: Francia
Duración: 82 min.
Género:Comedia, Fantástico
Director: Quentin Dupieux
Guión: Quentin Dupieux
Reparto: Thomas Duffy, Wings Hauser, Jack Plotnick, Haley Ramm, Courtenay Taylor, Stephen Spinella, David Bowe y Reni Thorne
Sinopsis
En el desierto de California, una audiencia de incrédulos asiste al espectáculo que ofrece Robert, un neumático con poderes psíquicos; pero ésta rueda, que se siente misteriosamente atraída por una bella mujer, descubre una pila de semejantes abrasados y decide vengarse...
Crítica
No falla, producción que llega de Francia, producción a tener a cuenta; en esta ocasión no por tratarse de una genialidad para la prosperidad, sino por ser la película más absurda de la que el séptimo arte haya podido presumir nunca, y es que Rubber, la exitosa ópera prima de Quentin Dupieux (director que en la última edición del Festival Fantástico de Sitges se hizo con el Premio de la crítica al Director revelación), es el producto más extravagante y curioso que se haya producido en años, y no solamente por el hecho (que ya tendría suficiente peso) que la cinta está protagonizada por un neumático con vida propia llamado Robert, es la totalidad de ella en su conjunto lo que convierte este metraje en una película de culto al instante, dosificando elaboradas escenas de sangre (muy cercanas al gore) y momentos tan inolvidables como desternillantes.
El sheriff de un condado situado en el desierto de California (papel que recae sobre el incombustible Stephen Spinella), tras salir del maletero de un coche que anteriormente ha derribado una a una las sillas de la carretera que se encontraba a su paso (este es el insólito comienzo de la historia, sí), ya advierte de lo que se avecina, pues realmente se dirige a un numeroso grupo de espectadores que, en vivo y a través de unos prismáticos de largo alcance, seguirán las aventuras de Robert (personas que contemplarán incesantemente la historia, bajo la batuta del simpático y maniático empleado seleccionado para el proyecto, un Jack Plotnick soberbio); éste, tras aplastar una botella de plástico y un escorpión, descubre que tiene poderes psíquicos; el hecho tiene lugar cuando consigue hacer explotar mentalmente (el neumático tiene mente y la utiliza, en efecto...) una botella de vidrio, posteriormente hará lo propio con una lata de conservas, un conejo y un cuervo, hasta llegar a una gasolinera en la que comprobará cómo sus poderes tienen efectos también con humanos (al reventar la cabeza a un pobre hombre).
Más tarde contemplará cómo familiares suyos (otros neumáticos) son carbonizados por unos crueles individuos, y toma la decisión de vengarse, topándose en su trayecto con una chica (Roxane Mesquida) por la que siente una inevitable atracción; la sigue hasta un motel de carretera, en el que volverá a actuar, y será entonces, cuando la patrulla de agentes se dé cuenta que la historia es real, que un nuevo asesinos anda suelto por el desierto (Stephen Spinella protagoniza la mejor escena de la película, recibiendo tres disparos para comprobar que todo lo que está viviendo sigue siendo totalmente mera irrealidad imaginativa).
La sucesión de hechos insólitos e inexplicables seguirá teniendo lugar, mientras los espectadores (tanto los de dentro como loes de fuera de la pantalla) presencian la evolución de Robert, que al principio era todo curiosidad y al final termina siendo un psicópata en toda regla, valiéndose de su talento innato para acabar con todo el que se encuentre en su camino (Wings Hauser, que interpreta a un hombre en sillas de ruedas, será el último en comprobar la ira de Robert, siendo su muerte la más espectacular de la cinta); si el argumento comentado perece raro, más lo es Rubber, una película difícilmente comprensible con la que solamente hay que pretender pasarlo bien, disfrutar de grandes diálogos y pasar por alto las innumerables incoherencias y absurdeces que se nos presentan a lo largo de los poco más de ochenta minutos que dura, que son sumamente entretenidos, divertidos e incluso (por momentos) inolvidables y, además, las actuaciones de personajes secundarios como David Bowe y Reni Thorne (padre e hijo que tienen unas fugaces vivencias con el famoso y peligroso neumático) dotan de más calidad si cabe al filme, que presenta una estética envidiable y unos efectos especiales de lujo que logran maravillar y abrumar sobremanera.
Robert transmite más emociones que muchos actores, es el psicópata más alejado del estereotipo clásico y además, por si fuera poco, se da buenos chapuzones y contempla bellos cuerpos durante la cinta, ¿qué más se puede pedir?, ¿unas actuaciones correctas?, pues así es, porque en Rubber cada actor borda su papel, son todos totalmente creíbles en todo momento y consiguen interpretar unos personajes tan bizarros como singulares, respaldados por las sintnías más acordes para la ocasión (obra del propio Quentin Dupieux en colaboración con Sébastien Akchoté y Gaspard Augé); el resultado de todo esto es una cinta redonda (y de hecho así lo ha entendido la gente otorgándola en el último Festival Fantástico de Sitges consiguió el premio Méliés d’Argent a la Mejor Película Europea y el premio Carnet Jove a la Mejor Película) que, sin llegar a estar a la altura de grandes clásicos del género (porque tampoco es eso lo que pretende), es un producto totalmente recomendable, presentándonos a un protagonista singular e incluso entrañable, que probablemente tenga continuidad en futuras entregas (o almenos eso se deduce del final, cuando Robert tiene su propio ejército de venganza y se reencarna en un objeto mucho más poderoso...).
Daniel Espinosa
Tucker & Dale vs Evil
(Eli Craig, 2010)
Ficha técnica
Título original: Tucker & Dale vs Evil
Año: 2010
País: EEUU
Duración: 89 min.
Género: Comedia, Terror
Director: Eli Craig
Guión: Eli Craig y Morgan Jurgenson
Reparto: Tyler Labine, Alan Tudyk, Katrina Bowden, Jesse Moss, Philip Granger, Christie Laing, Myles Pollard, Eli Craig y Brandon Jay
Sinopsis
Un grupo de jóvenes se van de acampada y descubren a dos misteriosos lugareños parecidos a los psicópatas de las cintas de terror; pero no lo son, se trata simplemente de Tucker y Dale, dos colegas que por mucho que lo intentan no consiguen evitar ser confundidos con maníacos.
Crítica
Tucker and Dale vs Evil es una comedia gamberra que reúne requisitos suficientes para convertirse en una terrorífica comedia de culto merced al giro argumnetal que el director da a las convenciones del género; se trata de una película sumamente atractiva para aquellos amantes de las propuestas de terror estilo Viernes 13 o La matanza de Texas pero enfocando la trama hacia la comedia más desternillante imaginable.
Tucker (Alan Tudyk) y Dale (Tyler Labine) son dos paletos que no se relacionan con nadie a causa de su siniestro aspecto, aunque siempre ponen todo su empeño por agradar, pero siempre se encuentran con el fracaso como resultado; un grupo de jóvenes amantes de las historias de terror se van de acampada y, en uno de sus descansos, se toparán con nuestros dos protagonistas, encasillándolos en el terreno de los psicópatas (a ello contribuye que Tucker se les acerque con una guadaño en la mano, y como la primera impresión es la que cuenta se convierten inmediatamente para el grupo en émulos del antaño temible Ed Gain).
Cerca del lugar de acampada se encuentra una cabaña en la que se disponen a disfrutar de unas vacaciones los dos curiosos personajes; por la noche van a pescar, justo en el mismo sitio donde se están bañando los jóvenes, y una confusión (la primera de la multitud de escenas gore que contiene la película) les pondrá en el punto de mira del grupo de excursionistas y provocará un carrusel de imprevistos incidentes, a cual más sangriento, que nutrirá todavía más el miedo entre los muchachos.
Uno a uno irán muriendo supuestamente a manos de estos dos extravagantes asesinos, sin que ellos puedan tan siquiera impedirlo (en multitud de ocasiones ponen todas sus ansias en intentar lograrlo, pero cuanto más hacen más empeoran las cosas, causando daños irreparables); una de las mejores escenas sádicas de la película es la que tiene lugar con una trituradora de leña, realmente sanguinaria y propia del mejor slasher de los años ochenta que muestra la tónica del filme y da lugar incluso al cartel de la película (que de hecho es el ambiente que se respira desde el primer instante, un recuerdo añejo de todo aquel fascinante mundo que antaño nos hacia disfrutar tanto), qunque sería equiparable al grandioso momento en el que Dale emula al mismísimo Latherface con su sierra a causa de las picaduras de un enjambre de abejas furiosas tras ser accidentalmente provocadas.
Tucker and Dale vs Evil es la ópera prima de Eli Craig que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance recibiendo meritorias críticas, en el SXSW Film Festival 2010 donde fue galardonada con el Premio del Público y posteriormente en el Festival de Sitges 2010 donde recibió otro premio, el de Mejor Película en la Sección Oficial Competició Panorama, una sucesión de reconocimientos que no hacen sino confirmar la calidad de este filme; se trata de una gratificante comedia de errores y terrores, que permitirá recordar tiempos pasados (fruto de su planteamiento) dando un giro respecto a los protagonistas (si antes eran los jóvenes asesinados ahora son los supuestos psicópatas), con un humor negro excelente y que sirve para que Tyler Labine (del cual ya pudimos disfrutar en la genial Un funeral de muerte, en su versión francesa) se consagre como un actor de comedia muy a tener a cuenta desde ya, pues como sucediera años atrás borda su magistral papel.
