Día 4 (Sitges Film Festival 2010) 21-11-2024 10:00 (UTC)
   
 

A serbian film
(Srdjan Spasoj
evic, 2010)

A Serbian Film




Ficha técnica


Título original:
Srpski film
Año:
2010
País:
Serbia
Duración:
104 min.
Género:
Drama, Suspense
Director:
Srdjan Spasojevic
Guión:
Aleksandar Radivojevic y Srdjan Spasojevic
Reparto:
Srdjan Todorovic, Sergej Trifunovic, Jelena Gavrilovic, Katarina Zutic, Slobodan Bestic, Ana Sakic, Jecina majka y Lena Bogdanovic


Sinopsis


Milos es un ex-actor porno que intenta salir del negocio y llevar una vida normal junto a su esposa y su hijo pequeño pero su situación económica no pasa por un buen momento, por lo que acepta una repentina propuesta de una ex-compañera, la cual termina por involucrarlo con un peligroso mafioso que le ofrece maravillas para regresar a su antiguo trabajo; la diferencia en este caso es que en el transcurso de las grabaciones, Milos irá descubriendo que estas involucran actos cada vez más degradantes, lo cual lo llevará a un inevitable conflicto, teniendo que sacrificar su orgullo, su moralidad, su cordura, y tal vez incluso su vida.



Crítica


Antes del estreno de A serbian film en las salas del prestigioso Festival de Sitges 2010 ya se hablaba de la brutalidad y crudeza que hacían de esta película una cinta altamente censurable y fácilmente conmocionarte; hay que decir que, al contrario de lo que suele pasar (la típica situación que venden un producto como extremo y después resulta una niñería), en esta ocasión las advertencias eran ciertas, y todo lo que puedas escuchar acerca del contenido en este filme muy probablemente sea real
; tras esta pequeña señalización acerca de la polémica suscitada antes del estreno de esta película, todavía se produjo más revuelo tras la proyección, llegándose a cancelar en múltiples certámenes que tenían este título como uno de los platos fuertes de sus respectivas parrillas, pero una denuncia inoportuna (no son pocos los que argumentan que ha sido elaborada por los propios responsables de la cinta para crear todavía más expectativa) obligó a todos a cancelarla; después de resumir todo lo acontecido (muy brevemente), procederé a hablar de la cinta, y es que en ella, desde el primer instante, queda reflejado contundentemente el argumento y la tónica que irán desarrollándose durante toda la trama.

Milos (un impresionante Srdjan Todorovic) da vida a un ex-actor porno que decidió retirarse del negocio para disfrutar de la vida junto a su mujer Marija (Jerena Gavrilovic, apetecible como pocas) y su hijo; la primera escena no puede ser más contundente: el hijo, de apenas seis años de edad, viendo una película porno en el salón de su casa en la que el protagonista es su propio padre; el padre lo exculpa argumentando que él a su edad también lo había hecho y que lo mejor para iniciarse es ver a alguien cercano (un argumento pobre y demagógico pero extendido).

Una llamada inoportuna desatará todos los hechos, y es que un extraño artista de cine le hace una oferta escandalosa a Milos para que protagonice su nueva creación (no se nos desvela la cantidad, pero por las caras de Milos y Marija podemos deducir que es millonaria); se trata de Vukmir (Sergej Trifunovic, odioso aunque sublime), un enigmático y desconcertante director que lo único que le pide a su nuevo fichaje es que se deje llevar, y que no tiene por qué preocuparse porque absolutamente ningún cabo queda suelto en esa historia al explicarse detalladamente.

A través de Lejla (Katarina Zutic, de aspecto discutiblemente seductor), una ex-compañera de oficio, y Marko (Slobodan Bestic, muy apto), hermano de Milos y policía que intentará averiguar todo lo posible acerca del misterioso Vukmir, comenzará a tener noticias desagradables, en gran medida gracias a las grabaciones que encuentra en una estantería en el despacho del director; desde este momento nos adentraremos en un mundo de sexo, excesos y locura que más de uno desearía no haber visto a la conclusión, y otros tantos quedarán marcados de por vida con el perverso desenlace, que aunque se va intuyendo a lo largo de la película era difícil creer que se pudieran atrever a hacerlo (vaya si ha sido así...).

La película de podría resumir como una maravillosa salvajada, con multitud de escenas que rozan la demencia y un contenido excesivo de sexo gratuito, aunque lo más impactante es el sentido psicológico del que Srdjan Spasojevic dota al filme, que logra revolver algo más que los estómagos pero al mismo tiempo consigue que permanezcas atento a cada suceso que tiene lugar, a cada mínimo detalle que desvela una nueva escena; una fotografía perfecta (tomada con un nuevo sistema de cámara digital, que ciertamente es de lo mejor que se puede ver en la historia del cine) y un apartado sonoro espectacular (te sumerge irremediablemente en la ya por sí atractiva historia) redondean un trabajo muy elaborado y que termina resultando en un proyecto casi perfecto en todos los sentidos, aunque es más que reprochable el abundante contenido sexual que rezuma en cada pared, en cada rostro, en cada escena de la película (ya que el regocijarse en estos parajes es muy peligroso e incluso denunciable, porque utilizar a niños para escenas sexuales y presentar recién nacidos como productos de mercado no es plato de buen gusto para nadie y sin duda prescindible para el transcurso de la trama, de dificultosa digestión e indiscutible laboriosidad).



Daniel Espinosa




The collector
(Marcus Dunstan, 2009)


The Collector




Ficha técnica


Título original:
The midnight man
Año: 2009
País:
EEUU
Duración:
88 min.
Género:
Suspense, Terror
Director:
Marcus Dunstan
Guión:
Marcus Dunstan y Patrick Melton
Reparto:
Josh Stewart, Juan Fernández y Karley Scott Collins


Sinopsis


Arkin es un ladrón, convicto en el pasado, que decide entrar en la casa campo donde acaba de entrar a trabajar su antigua mujer para robar un valiosa joya. La desagradable sorpresa para Arkin llegará en forma de un brutal asesino en serie que se encuentra en el interior de la casa...



Crítica


Los flamantes guionistas de la magnífica Saw 3D proponen una película cargada de tensión, visualmente impactante y con un alto contenido violento (como ya sucediera también en sus otras entregas de la saga Saw: Saw IV, Saw V y Saw VI), y es que Patrick Melton y Marcus Dunstan (que asume la dirección en esta ocasión) se caracterizan por eso, ser precisos y concisos en todo lo relacionado con las torturas.


Esta vez el protagonista es Arkin (Josh Stewart) un antiguo presidiario que trabaja para una familia adinerada a la cual pretende robar (entrando en la morada a horas nocturnas) cuando se presente la ocasión oportuna; las deudas hacia su antigua mujer se acumulan, y no tiene más remedio que pasar a la acción, estudiando al detalle cada rincón del hogar para hacer frente a la poderosa seguridad que posee, pero Arkin no tenía previsto que otra persona (o al menos otro ser) también iba a actuar esa misma noche, aunque con propósitos mucho más sádicos y perversos.

El otro asaltante en cuestión lleva una máscara confeccionada con cuero, amarrada en el reverso de su cabeza con cuerdas, una figura paradójica y extraña que sólo buscará una cosa, el sufrimiento (también se nos muestra una pincelada de sus gustos, haciendo incapié en su curiosa obsesión por coleccionar cosas raras); y es que si nuestro protagonista pretende hurtar (ya que no pretende generar la más mínima violencia) todo lo que pueda con el mero fin de hacerse con un botín que le ayude a poder afrontar las deudas que tiene pendientes sin causar un solo destrozo en la vivienda, el misterioso hombre enmascarado buscará a toda costa dotar cada esquina de alguna trampa, a cual más ingeniosa.

Antes que Arkin aparezca en escena, el individuo se encargará de secuestrar a los padres y amordazarlos en el sótano (posteriormente el propio Arkin intentará ayudarlos a huir, aunque resultará por completo inútil), aplicándoles las más seberas torturas y derramando sangre a raudales, pero todo se complicará aún más cuando llegue la hija de éstos, con su novio, produciendo más ríos de sangre y nuevas escenas atroces (el chico padece quizás la muerte más escandalosa del filme, una de las mejores escenas de la película); la culminación será una trampa mortal para hogareños y visitantes, manejando en todo momento los hilos un enemigo imprevisto que parece conocer multitud de técnicas para acabar con las vidas de todos al mismo tiempo que hace gozar al espectador, con imágenes terroríficas y plagadas de mucho sufrimiento.

Marcus Dunstan  dirige una cinta genuina, que a pesar de tratar un tema tan recurrido como el de las torturas, hace que parezca un nuevo género, introduciendo un segundo sujeto en hogar ajeno, con crueles intenciones y siguiendo un argumento original y sorprendente (aunque también hayan escenas algo ridículas, como es la que nos muestra al protagonista cogiendo un teléfono con un clavo e introduciéndoselo en la oreja, algo realmente ofensivo en los tiempos que corren), y es que el propio director, gracias a la ayuda de Patrick Melton (tan de moda en los últimos años en estos lares), elabora un trabajo más que digno que ya agradó a los presentes en el Festival de Sitges 2009 y que lo seguirá haciendo en todo lugar en el que sea proyectada; The collector es un filme que destila brillantez en su argumento y al que sólo le falta una pizca de imaginación en algunos compases para ser una película de terror genial, ya que la atmósfera y la tensión que se esperan en este tipo de cintas las posee sobradamente (incluso son aspectos que sorprenden).



Daniel Espinosa




Troll hunter
(André Ovredal, 2010)


Troll hunter




Ficha técnica


Título original:
Trolljegeren
Año:
2010
Nacionalidad:
Noruega
Duración:
99 min.
Género:
Ciencia ficción, Suspense
Director:
André Ovredal
Guión:
André Ovredal
Reparto:
Otto Jespersen, Hans Morten, Tomas Alf, Johanna Morck, Benedicte Aubert, Tom Jorgensen, Robert Stoltenberg y Glenn Erland


Sinopsis


Un grupo de estudiantes dispuestos a descubrir una conspiración del gobierno relacionada con la ocultación al público de la existencia de trolls en Noruega se verá envuelto en una aventura sumamente peligrosa...



Crítica


El debutante André Ovredal consigue realizar una producción digna de la mejor producción hollywoodiense, y muestra de ello será la retahíla de festivales por los que pasará esta cinta, a la que le auguro algún que otro premio (y más después de comprobar el enorme éxito que obtuvo Rare Exports: A Christmas Tale, película tremendamente parecida a ésta en muchos aspectos); n
o se trata de una historia convencional, nada más lejos de la realidad, estamos ante una cinta de cine fantástico en toda regla, donde la presencia constante de trolls la dota de originalidad y despierta irremediablemente la curiosidad de aquel que escuche el argumento de la película, una premisa perfectamente desarrollada.

La historia narra las investigaciones que realizan tres alumnos de la Universidad de Volda, con la finalidad de destapar una conspiración gubernamental consistente en la ocultación de la existencia de trolls en Noruega, grupo compuesto por el reportero protagonista de la trama Thomas (Glenn Erland), la intrépida estudiante interesada en los temas paranormales Johanna (Johanna Morck) y el cámara del trío que filmará todos los sucesos que ocurran a lo largo de su aventura Talle (Tomas Alf); la misión de los tres jóvenes implica seguir día y noche a Hans (Otto Jespersen), un cazador furtivo de osos famoso en la zona por su ilegalidad (ya que únicamente concede licencias el estado, y él no posee una), el cual cede a colaborar con los estudiantes si cumplen a rajatabla todo lo que les mande, sea lo que sea y cuando sea, ya que es sumamente peligroso el trabajo que realiza, siendo seguidos en todo momento muy de cerca por Finn (Hans Morten), un infiltrado del gobierno en el ámbito de caza que no se fía para nada de dicha unión.

El primer contacto de los muchachos con los trolls tiene lugar en el bosque, donde Thomas es mordido por uno de ellos y se encuentran obligados a depender totalmente del enigmático cazador, ya que encuentran su camión sin ruedas (en informaciones posteriores descubriremos que los trolls son unos fanáticos a comer goma antigua, además de rocas y otros materias que vayan encontrado a sus enormes pasos); hay distintas clases de trolls, unos más peligrosos que otros, con diferentes características estéticas (curiosas y algo graciosas en algunos casos) y con una forma de acabar con ellos totalmente distinta (aunque todas tienen que ver con la luz, pero en algunas ocasiones hará falta un destellante flash, en otras una luz ultravioleta..., que logran calcificar o hacer explotar a las bestias), por lo que los cuatro, uniendo sus fuerzas, intentarán hallar la fuente del problema que ha provocado el inicio de la creciente actividad de los trolls emigrando a zonas no nativas para ellos.

A lo largo de la aventura pasarán por minas (que suelen servir como colmenas), bosques frondoso, llanuras... lugares deshabitados en los que los temibles trolls pueden estar a sus anchas, terminando en las heladas montañas noruegas en las que tendrá lugar una impresionante (y larga) escena final en la que el desenlace te deja algo frío (algo paradójico tratándose de esta cinta); todo ello será presentado como un documental, supuestamente ocultado por las autoridades por intereses nacionales y que sigue a la perfección la escuela iniciada por la irrepetible El proyecto de la Bruja de Blair combinando tensión y efectos sonoros.

Troll hunter es una película tremendamente interesante en cuanto a originalidad y nuevas ideas plasmadas de forma brillante en la pantalla, de una calidad enorme y haciendo servir pocos recursos, aunque en muchos coincide sospechosamente con los vistos en El último exorcismo, y además se pueden observar escenas idénticas a las vistas en Monstruoso, aunque siempre con un matiz muy singular y con gratificantes sucesos; en su conjunto se trata de una producción completa, cohesionada y con un ritmo adecuado, pero que no termina de enganchar del todo merced a un desarrollo algo tosco y falto de chispa, aun así, recomendable totalmente para aquellos que quieran ver algo diferente, inimaginable y bien realizado (que también es de agradecer, ya que los trolls no se intentan ocultar en ningún momento, no como sucedía con el prometido Santa Claus en la irregular Rare Exports: A Christmas Tale, metraje con el que comparte nacionalidad y paisajes similares).



Daniel Espinosa

 
 
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