Título original: Shingeki no Kyojin
Año: 2015
Nacionalidad: Japón
Duración: 92 min.
Género: Acción, Ciencia ficción
Director: Shinji Higuchi
Guión: Hajime Isayama, Tomohiro Machiyama y Yuusuke Watanabe
Reparto: Haruma Miura, Kiko Mizuhara, Kanata Hongo, Satomi Ishihara, Nanami Sakuraba, Takahiro Miura, Hiroki Hasegawa y Ayame Misaki
Sinopsis
Tras la repentina aparición de unos gigantes caníbales que se apoderaban rápida y eficazmente del mundo, la humanidad optó por protegerse de los mismos construyendo enormes murallas y encerrándose en su interior; durante décadas el método de reclusión ha funcionado, pero los Titanes han decidido despertar de su largo letargo...
Valoración
Lo mejor: la reflexiva teoría, refutada mediante el trazo de un símil con el ganado común, de que el verdadero enemigo universal es la seguridad; la pluralidad de los alistados para combatir la gigantesca amenaza que ha conseguido limitar el espacio útil de supervivencia humana al mínimo imaginable después de un furioso e inintendible despertar, cada cual con sus respectivos problemas e intensos temores; la posibilidad que brinda Shinji Higuchi de vibrar con una aventura, obviando la constante inverosimilitud que se desprende de la trama, en la que se alternan frases lapidarias y secuencias trepidantes, pese a que entre unas y otras el acentuado sentir melodramático suscita un profundo rechazo, el cual parece se extenderá a la siguiente y conclusiva entrega de la franquicia a juzgar por el adelanto que significan la antesala de los créditos finales.
Lo peor: la puesta en escena, pese a la aceptable adaptación que se lleva a cabo de los tomos literarios firmados por Hajime Isayama con un presupuesto más que ajustado, no resulta tan espectacular como los avances prometían, siendo algunos efectos especiales un tanto patéticos, adjetivo que podría aplicarse asimismo en su conjugación singular al tempranamente descuidado triángulo amoroso que se presenta como esencial y resuelve como efímero; el interminable impás que precede a la definitiva misión de restauración del muro de contención de los legendarios seres, cuyo único método de extinción es la cercenación de sus respectivas nucas; la lentitud con la que se desplazan los regenrables monstruos invasores, inquietantes como ellos solos en cuanto a imponente aspecto físico y sonoro sollozar se refiere, no se correspondería con una alternativa e hipotéticamente asumible realidad.
Daniel Espinosa
Attack on Titan 2 (Shinji Higuchi, 2015)
Ficha técnica
Título original: Shingeki no Kyojin 2
Año: 2015
Nacionalidad: Japón
Duración: 82 min.
Género: Acción, Ciencia ficción
Director: Shinji Higuchi
Guión: Hajime Isayama, Tomohiro Machiyama y Yuusuke Watanabe
Reparto: Haruma Miura, Kiko Mizuhara, Kanata Hongo, Satomi Ishihara, Nanami Sakuraba, Takahiro Miura, Hiroki Hasegawa y Ayame Misaki
Sinopsis
Tras la repentina aparición de unos gigantes caníbales que se apoderaban rápida y eficazmente del mundo, la humanidad optó por protegerse de los mismos construyendo enormes murallas y encerrándose en su interior; durante décadas el método de reclusión ha funcionado, pero los Titanes han decidido despertar de su largo letargo...
Valoración
Lo mejor: el experimento gubernamental que propició el desastre global que impera en la cinta, creado a partir de un virus que nunca deja de desarrollarse en el interior del cuerpo de quien lo porta dotándole de vida eterna, se plasma maravillosamente en una secuencia verdaderamente meritoria; la dosis de sangre es inmensamente superior a la atisbada en su antecesora, algo que de buen seguro convencerá más a los seguidores de los tomos literarios en los que ambas se basan al estar en mayor sintonía a ellos; el recordatorio de la anterior entrega, que abarca los primeros cinco minutos del presente filme, ayuda mucho a ubicarse entre tanta rareza argumental, pues la obra no es entendible sin visionarse ambas partes o, al menos, estar muy atento a las breves aunque abundantes reminiscencias de sucesos pasados, valiendo añadir que estéticamente es idéntica a aquella con la añadidura de mostrarse nuevos ejemplares del sofisticado arsenal armamentístico que posee el regimiento explorador que pretende retomar el primero de los tres muros que han protegido a la humanidad de los Titanes los últimos cien años.
Lo peor: el atisbo de sacrificio de cierto mártir en aras de la amistad menos racional que siente por uno de sus camaradas es bochornoso, casi tanto como los tintes que cobra la producción de telenovela amorosa, dramática e indescriptible, si dicho término existiera como género; el juicio al que es sometido quien posee el poder de transformarse en gigantesco monstruo, lo cual se percibe como amenaza para unos y esperanza para otros, no profundiza lo que debiera en la intríngulis existencial que, con desdén, reside en segundo plano en todo momento oscurecida por una serie de ambiciones y traiciones, conformismos y lealtades, evolutivas hasta desembocar en un desenlace poéticamente ostentoso de mísera heroicidad; la revelación del motivo por el cual el protagonista no sucumbió ante un ataque mortal resulta decepcionante, y es que la explicación no convence lo más mínimo y no sirve más que para unir las dos películas conformando un único todo.
Daniel Espinosa
Cure
(Kiyoshi Kurosawa, 1997)
Ficha técnica
Título original: Cure
Año: 1997
Nacionalidad: Japón
Duración: 110 min.
Género: Suspense, Terror
Director: Kiyoshi Kurosawa
Guión: Kiyoshi Kurosawa
Reparto: Koji Yakusho, Masato Hagiwara, Tsuyoshi Ujiki, Anna Nakagawa, Yoriko Douguchi, Yukijiro Hotaru, Denden y Ren Osugi
Sinopsis
Un policía investiga unos asesinatos en los que las víctimas aparecen con una herida de arma blanca y los culpables son personas totalmente normales sin ningún motivo aparente para haber cometido el crimen.
Valoración
Lo mejor: la filosófica simbología que reside tras la inmensa mayoría de las escenas, algunas de ellas verdaderamente angustiantes e impactantes al suponer la consecuencia de la impulsiva serenidad que promueve a aquellos persuadidos por un maestro de la manipulación que emplea múltiples elementos para implantar un odio diversiforme en ellos; la respuesta japonesa a propuestas como Seven y, atemporalmente, Orígen, no pudo tener mejor maestro de ceremonias, un Kiyoshi Kurosawa que no escatima en tecnicismos visuales para dejar al espectador estupefacto en más de una ocasión; el ritmo, sin llegar a ser frenético, es mucho mejor que el habitual en cintas de semejante procedencia; el magnetismo de Masato Hagiwara como conscientemente desmemoriado antagonista, un antiguo estudiante de psicología que induce a la gente a asesinar a través de la sugestión hipnótica como ciencia oscura para que maten a sus víctimas acuchillándolas brutalmente desde la garganta hasta el pecho, no guardando relación aparente entre sí dichos autores ni ninguna clase de trauma que pudiera transformarse repentinamente en patología patente.
Lo peor: la inexpresividad nipona vuelve a resultar tan desesperante como el modo de operar de la mente pensante en la sombra de los actos criminológicos que se plasman, pues para intuir el padecimiento de determinados personajes se debe llevar a cabo un importante ejercicio imaginativo y, lo que es peor, si se dan muestras sentimentales son exageradas; la complicada tarea que supone diferenciar a los actores, especialmente los masculinos, a lo largo de una trama en la que no intervienen precisamente pocos, pese a que muchos no gocen apenas de repercusión en el ambiguo e incierto desenlace; la enrevesada intríngulis, sustancialmente trascendental en relación a la raza humana y sus motivos existenciales, que la historia propone, cuyo complicado argumento solicita un segundo visionado para comprender algo más lo poco que tras la primera proyección se capta, lográndose captar en dicha repetición que detalles como la secadora que se enciende automáticamente sin accionarla y la severa desorientación de la mujer del protagonista no son los únicos interrelacionadas, ni mucho menos.