Título original: February
Año: 2015
Nacionalidad: EEUU
Duración: 88 min.
Género: Drama, Terror
Director:Osgood Perkins
Guión: Osgood Perkins
Reparto: Emma Roberts, Kiernan Shipka, Lauren Holly, James Remar, Lucy Boynton, Peter Gray, Emma Holzer, Matthew Stefiuk y Douglas Kidd
Sinopsis
Una serie de eventos unen a tres chicas que descubrirán que todas comparten tenebrosas visiones, aunque no compartirán igual destino...
Valoración
Lo mejor: el maniático comportamiento de la marginada protagonista encarnada por una Emma Roberts en estado de gracia, desquiciante para quienes comparten plano con ella pero impagable para el público, regalando momentos al estilo La huérfana que perturban e inquietan a partes iguales; el talento del debutante Osgood Perkins para hacer creer que todo tiene relevancia común y, a la postre, resultar que pocos elementos tienen unión entre sí, siendo algo frustrante asumir que mucho ocurrirá y casi nada sucederá pero sin duda meritorio desde un punto de vista direccional y reminiscente, pues las alusiones a clásicos pasados como Carrie y presentes como Déjame entrar son evidentes y elocuentes; la belleza, ya sea modélica o exótica, de las actrices, un alegato un tanto simplista e inapropiado pero válido para el caso que ocupa al adjetivar a las mismas como es debido y no adelantar detalles varios, puesto que cuantos más se mencionen menos sorpresa suscitará el visionado de la cinta, mereciendo ser descubiertos por uno mismo a pesar de las feroces e injustas críticas que se han vertido sobre ella, en especial los que comportan un fuerte contenido emocional pero también aquellos cuya contundencia visual resulta extremadamente impactante.
Lo peor: el devenir de los acontecimientos sigue un patrón tan particular que dificulta su rápida asunción, debiendo prepararse el espectador para no desalentarse al no entender la trama desde el inicio hasta su punto álgido, cuando maldad e infelicidad confluyen atemporalmente y el motivo de dividir la historia en tres segmentos, cada uno relatando las diferentes problemáticas y perspectivas de los personajes principales para poder empatizar concreta y profundamente con cada uno de ellos, cobra más que coherencia, no siendo una traición mencionarlo sino una ayuda para clarificar que el porqué de tanta causal coincidencia tripartita se revela al término de la composición en un desenlace, con ensañamientos incluidos, complicado de presagiar; el ambiente cristiano, prácticamente indispensable en esta tipología de películas a fin de mostrar pureza e inocencia, en este filme con la novedad de darse en el marco de un centro de jóvenes en el que sólo tienen cabida residentes de sexo femenino, quienes ansían la visita mensual de sus progenitores; la abundancia de nombres brindados y la interrelación de las personas a las que pertenecen, complicando aún más la existencial intríngulis que entre todos forman y que desde el principio, con las cuestiones “¿se puede resucitar?” y “¿dónde está el coche?”, ambas proferidas por parte de una niña a su padre, abren la veda al tema de la reencarnación y una de sus vertientes más oscuras, la posesión o, como dirán los creyentes, el mal.
Daniel Espinosa
Green room
(Jeremy Saulnier, 2015)
Ficha técnica
Título original: Green room
Año: 2015
Nacionalidad: EEUU
Duración: 88 min.
Género: Drama, Suspense
Director:Jeremy Saulnier
Guión: Jeremy Saulnier
Reparto: Patrick Stewart, Anton Yelchin, Imogen Poots, Alia Shawkat, Mark Webber, Taylor Tunes, Joe Cole, Brent Werzner y October Moore
Sinopsis
Los miembros de una banda de música, tras ser los únicos testigos de un asesinato en un bar, son encerrados en una habitación por los autores del homicidio, una banda liderada por el propietario del antro...
Valoración
Lo mejor: la claustrofóbica habitación propuesta como sala de descanso de un sucio antro regentado por un dueño cuyas estrictas reglas deben respetarse con celeridad en la que acontece la mitad de la trama y da título al filme, acción transferida del exterior a dicho espacio a raíz de la sangrienta emboscada a la que son sometidos los desgraciados músicos extranjeros al ser forzadamente retenidos en ella por parte de un clan de cabezas rapadas e intentar escapar de un asedio al que no parecen deshabituados; la vorágine de trucos y tretas de la última media hora de película, una espiral de ataques a mansalva por parte de propios y extraños en la que nadie está a salvo ni exento de ser juzgado y, por consiguiente, castigado de la manera más atroz imaginable; el detonante de todo, un fatídico descuido de móvil en el lugar menos oportuno por parte del grupo de rock duro que únicamente busca ganarse la vida descartando la tecnología como herramienta de difusión y expansión, es decir, tratando de editar vinilos sin publicarlos en otros formatos más novedosos y accesibles para exprimir al máximo los conciertos en directo, un terrible error que originará un gran caos.
Lo peor: el contenido no es tan extremista, ni argumental ni visualmente, como se anuncia, restando la impresión de que se trata más de un reclamo ya que, de hecho, el movimiento idiosincrásico defendido por los teóricamente radicales está repleto de rituales que dejan entrever, muy sutil y levemente, una forma de entender la humanidad que no se presenta tan crudamente como debiera para causar el ansiado impacto en un metraje desmesuradamente ensalzado por la crítica e incluso equiparado con la legendaria American history X; la extrema rareza con la que una cinta de suspense deriva en una de temática existencial, sin concesiones ni aparentes motivaciones, pues el rapto acontecido podría tildarse de racional para que un acto criminal no vea luz pero se distorsiona hasta el punto de convertirlo, con cuantioso cinismo, en una tentativa de invocación neonazi; la introducción de caninos adiestrados para atacar mortalmente, una alusión al deplorable empleo de los animales como implacable arma que no se antoja necesaria para la ocasión al padecer una simple misión en primera instancia y, en última, un fatal desenlace.
Daniel Espinosa
Southbound
(David Bruckner, Patrick Horvalth y Radio Silence, 2015)
Ficha técnica
Título original: Southbound
Año: 2015
Nacionalidad: EEUU
Duración: 86 min.
Género: Suspense, Terror
Director:David Bruckner, Patrick Horvath y Radio Silence
Guión: Dallas Hallam, David Bruckner, Matt Bettinelli, Patrick Horvath, Radio Silence, Roxanne Benjamin y Susan Burke
Reparto: Chad Villella, Matt Bettinelli, Kristina Pesic, Tallulah Mounce, Fabianne Therese, Nathalie Love, Hannah Marks, Susan Burke, Davey Johnson, Dana Gould, Anessa Ramsey, Max Folkman y Zoe Cooper
Sinopsis
Varios viajeros, en plena noche y en medio de una carretera desértica, comienzan a sufrir el agotamiento de no encontrar la escapatoria que ansían, viéndose finalmente abocados a lidiar con sus pesadillas...
Valoración
Lo mejor: el segmento titulado “The accident” dirigido y escrito por David Bruckner, una auténtica obra de arte no apta para todos los públicos; el bucle infinito en el que se ven inmersos los personajes en aras de hallar una salida a los peligros que les acechan, situaciones originadas a partir de errores que ellos mismos cometen y por los que, en consecuencia, deben purgarse; la banda sonora, minimalista y compuesta por sintetizadores, ayudan al espectador a embarcarse en el distópico viaje mental que los creadores proponen hacia un atemporal lugar en el que cualquier locura tiene muy justificada cabida.
Lo peor: la relación de las distintas historias que componen la película, un cruce común que dista mucho de resultar complaciente al limitarse a evidenciar que el pasado nunca desaparece y que toda culpa persigue a su ejecutor hasta el último aliento que el susodicho pueda emitir; el hilo conductor, iniciador y conclusivo, a cargo de Radio Silence con guión de Matt Bettinelli nombrado “The way out & the way in”, comenzado como Los renegados del diablo y terminado como Los extraños, ambas comparativas puramente simbólicas al no exprimirse la esencia de ellas sino solamente plagiarla sin demasiado sentido y excesiva confusión; la imparcial, que no deplorable, sensación que resta tras visionar las piezas “Siren” y “Jailbreak”, de Roxanne Benjamin y Patrick Horvath respectivamente, coescritas por Susan Burke en el primer caso y por Dallas Hallam en el segundo, neutral transmisión de beneplácito que, sin embargo, no desentona con el conjunto, un todo tan dispar como interesante con múltiples matices.