Sorcerer 29-04-2024 04:28 (UTC)
   
 

Sorcerer
(William Friedkin, 1977)


Sorcerer




Ficha técnica


Título original:
Sorcerer
Año:
1977
Nacionalidad:
EEUU
Duración:
119 min.
Género:
Acción, Drama
Director:
William Friedkin
Guión:
Walon Green
Reparto:
Roy Scheider, Bruno Cremer, Francisco Rabal, Hamidou Benmessaoud, Ramon Bieri, Peter Capell, Friedrich Ledebur y Karl John


Sinopsis


Un grupo de excluidos se ven obligados a viajar a Sudamérica para trabajar en una perforación petrolífera; para poder regresar a casa deberán transportar seis cajas de un explosivo sumamente inestable...



Crítica


Tras cosechar sendos desorbitados e inéditos éxitos con El Exorcista y Contacto en Francia, al legendario William Friedkin le dieron vía libre para desarrollar una película que finalmente se caracterizó, más allá de la indiscutible calidad de la misma, por la increíble cantidad de criticas superficiales vertidas sobre ella sin llegar a profundizar ni en el uso del montaje nervioso (algo habitual en casi todas las obras del autor) ni en el retrato de los oscuros personajes que la pieza presenta (el recurso de la cámara en mano era antaño empleado de muy distinta forma a como se procede en la actualidad, cobrando la subjetividad un sentido primoroso), dos de las genuinas cualidades más reseñables de ésta revisión de El salario del miedo de Henri Clouzot, pese a que cualquier similitud entre una y otra es pura coincidencia; nominada al Oscar al Mejor Sonido en mil novecientos setenta y siete (la imagen es propia de la época pero lo cierto es que la remasterización de las copias que pueden adquirirse por internet y la utilizada en la proyección dentro del marco del homenaje rendido a tan emblemática figura en el Sitges Film Festival 2014 podrían hacer pensar que no han pasado cerca de cuatro décadas) y sufriendo un rotundo fracaso en taquilla debido a que los distribuidores no aceptaron la difusión de su versión original (el recorte que padeció dejó lagunas que determinadas secuencias omitidas hubieran solucionado), encuentra en el riesgo de que el cargamento que los protagonistas transportan explote con la menor sacudida un tono existencial (concretamente nihilista, la corriente filosófica que toma como base la negación terrenal sosteniendo que ésta carece de significado objetivo o valor intrínseco) muy emotivo.


Pareciera que los actores no usaran maquillaje y que fueran parte del mismo infierno que engendró el gran realizador, pues las secuencias de ejercicio visual son de órdago (en todo momento la historia rezuma suciedad, sudor y sufrimiento a raudales), estando todas las herramientas propias del cine al servicio de un guión aparentemente poco complejo pero psicológicamente enérgico (la enriquecedora crítica social que contiene no debe entender de temporalidad generacional alguna) que no fue entendido debido a la abertura de mente que implica concebirlo como es debido (aferrarse a banas creencias era, por suerte, más habitual antes que ahora); la producción (la unión de Paramount Pictures y Universal Pictures para la ocasión es de agradecer) no está armada de forma lineal y conservadora sino a partir de la introducción de imágenes donde ningún otro mortal las situaría (las de la secuencia del viaducto, cuya transmisión de tensión es infinita, se lleva la palma), propias de un desprolijo, aproximando la obra más a un documental que a un largometraje propiamente dicho, no buscando manipular al público para transmitir sus ideales sino imponiéndolos, haciéndolos presentes para que luego sea el respetable el que tenga que decidir si cre
érselo o no.

Un grave accidente sobrevenido en una compañía venezolana de recursos petroleros amenaza con hacer peligrar seriamente ésta única fuente de trabajo, por lo que, para continuar con las obligaciones productivas propias del negocio, el máximo responsable del mismo decide llevar a cabo una gran explosión y solucionar así el inconveniente, para lo cual precisa que una alta carga de explosivos llegue al lugar, una tramitación sencilla de no ser porque la dinamita que pretende emplear para tal objetivo lleva mucho tiempo sin voltearse y ello ha hecho que la nitroglicerina de los cartuchos se haya derramado por el interior de las cajas; el recorrido, de más de trescientos quilómetros, debe realizarse por carretera mediante dos camiones (los grandes iconos del filme al fin y al cabo), pues en helicóptero no se puede debido a las turbulencias y la volatilidad del material es muy alta, y nadie en su sano juicio aceptaría la empresa a no ser que estuviera necesitado, tesitura en la que precisamente se encuentran cuatro fugitivos de la ley, un sicario de Vera Cruz, un terrorista de Jerusalén, un inversor de París y un ladrón de Nueva Jersey (Francisco Rabal, Hamidou Benmessaoud, Bruno Kremer y Roy Sheider respectivamente, un cuarteto de indudable valía interpretativa), quienes se refugian por distintas en dicho emplazamiento y ven en esta partición hacia la perforación una salida, pero su periplo se tornará rápidamente virulento y la selva del agreste país latinoamericano una mala aliada, consiguiendo sólo algunos llegar al destino prefijado y pagando con su vida otros (la mayor
ía) la aceptación de la empresa...

A tanta elocuencia direccional hay que sumar la laureada banda sonora (compuesta por el conjunto alemán de música electrónica “Tangerine Dream” en el que supuso su primer trabajo hollywoodiense) y un sinfín de memorables escenas (desde los primeros intercambios oculares entre los protagonistas hasta el regalo de una misteriosa mujer para desearle suerte a uno de ellos, pasando por la revelación de rumorologías varias sobre unos y otros, la contundente a la par que dramática revuelta ciudadana y las pruebas viarias para seleccionar de entre los múltiples candidatos a los transportistas) que antes, durante y después del propio truculento trayecto dan como resultado una serie de peligros (pasos de maderas podridas, caminos embarrados, puentes colgantes de dudosa estabilidad, climatologías caprichosamente adversas, senderos de insalvable frondosidad, árboles que interrumpen pantanosas vías...); todas las tesituras descritas (incluida la determinante aunque poco razonable, al contrario que los percales anteriores, aparición de una guerrilla de actitud sumamente hostil) son solventadas con mucha valentía y mayor perspicacia mediante heroicidades que conforman un exquisito producto fruto de un rodaje de titánico esfuerzo, una libre inspiración en la novela de Georges Arnaud (“The wages of fear”) que no se puede comparar con la datada de mil novecientos cincuenta y tres pero que ello no supone un problema, todo lo contrario al no tener que confrontarlas.


Dividiendo la película en dos partes (lo cual no resulta ni una locura ni algo especialmente complicado), una primera en la que se presentan las diferentes personalidades (un choque cultural y, en esencia, de entender el mundo, que se plasma a partir de situaciones narradas fugaz pero concluyentemente, siendo tan interesantes que se perciben como brillantes cortometrajes atendiendo a sus escasas extensiones temporales), aproximadamente una hora que contrasta justa y plausiblemente con la segunda, una en la que el encargo de la fatídica misión que se convierte en el epicentro de todo cuanto acontece genera un parecer totalmente distinto pero igualmente disfrutable, siendo éste virtual siguiente fragmento el que recupera el ritmo del responsable como en la citada al inicio de la presente crónica French connection (por no repetir títulos ahora se cita el inglés); qué duda cabe, la mayoría de los paladares degustarán todavía a día de hoy lo que en Sorcerer se recoge (siempre habrá una minoría que no comparta predilecciones y no hallen más recompensa que la aparición de Francisco Rabal en la encarnación de un grandioso papel, antojándoseles lo demás añadiduras medianamente entretenidas pero muy posiblemente insuficientes para justificar el tiempo dedicado al largometraje), un cúmulo de circunstancias altamente padecibles (en el mejor sentido del término) de gran calidad.



Daniel Espinosa




 
  Menú de navegación
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  Proyectos de Cementerio de Noticias

COMPAÑÍAS ASOCIADAS Y COLABORADORAS

Algar Editorial

Cat3heory

Escape City Box

Escape Portátil

GDM Games

Mind Escape Games

Sinapsis

SITGES

Verkami

Zacatrus!

PRODUCCIONES AUDIOVISUALES Y FÍLMICAS

Desolatium

Herederas

Shkid

Síndrome de Diego

Verano rojo

  Forma parte de Cementerio de Noticias

Cementerio de Noticias


Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis