Feliz día de tu muerte 2 (Christopher Landon, 2019)
Ficha técnica
Título original: Happy death day 2U Año: 2019 Nacionalidad: EEUU Duración: 96 min. Género: Drama, Suspense Director: Christopher Landon Guión: Christopher Landon Reparto: Jessica Rothe, Israel Broussard, Suraj Sharma, Sarah Yarkin, Ruby Modine, Rachel Matthews, Charles Aitken, Steve Zissis, Gigi Erneta, Tenea Intriago, Laura Clifton, Sylvia Grace, Blaine Kern, Phi Vu, Cariella Smith, Kenneth Israely, Kaleb Naquinssensen y Lindsey Smith
Sinopsis
Dos años después de los eventos acaecidos en la primera película, los protagonistas de ella vuelven a verse atrapados en el mismo bucle...
Valoración Lo mejor: la elección dimensional (no conviene especificar más para mantener intacta la intriga al respecto) es sumamente emotiva siendo, como racionalmente concierta, más valorada la oportunidad de despedida que la de reencuentro (aunque el sacrificio implícito no sea nada creíble y el “acto de fe” al que se alude resulte cuanto menos criticable) a partir de pocos asesinatos (apenas una decena y la mitad de ellos irrelevantes) y muchas, digamos, muertes consentidas; el grado de imaginación del director para reinventar sus propias doctrinas (en ambas cintas ejerce de maestro de ceremonias detrás de las cámaras y del guión) respetando la misma fórmula e idéntico reparto es admirable, si bien el único elemento diferencial de esta nueva incursión es cierto proyecto de tesis de ciencia e ingeniería basado en láseres de protones para ralentizar el tiempo a nivel molecular y, ciertamente, no encandila por más minutos que se otorguen a explicar dicho bucle, pareciendo un desfasado e inoportuno episodio de Big nand theory; la introducción de anormalidades para justificar el devenir de una historia repleta de egoísmo e hipocresía ofrece entretenimiento pero, siendo objetivos, nula diversión amén de las escenas más cómicas, estando sentenciados aquellos atrapados en la dimensión cuántica cíclica según la teoría del multiverso a disfrutar (y padecer) eternamente lo que el destino les depara en una indignante reiteración de casuísticas.
Lo peor: el protagonista de esta secuela no tiene ni una milésima parte del carisma que la de aquella, aunque aquí vuelve a ejercer de tal disfrazada de secundaria en los instantes iniciales para, más tarde, captar toda la atención del espectador (pese a no ser ni siquiera una sombra de la diva que era sino una vulnerable damisela en busca de su alma gemela); el listado de referencias a clásicos del celuloide (El monstruo del pantano, La guerra de las galaxias, Origen y Regreso al futuro) son fugaces e hilarantes, no mereciendo la poca consistencia con la que son traídos a colación al procederse precipitada e infructuosamente; la burda imitación francesa es el mejor ejemplo de la sobreactuación que prima durante la mayoría de secuencias, propiciando bostezos en lugar de carcajadas al igual que lo hace el hecho de recurrir contantemente a diálogos triviales e infantiloides entorno al superfluo concepto del “efecto mariposa” sobre el que pivota la trama hasta lograr que uno se pregunte cómo un guión simple y efectivo (el resumen de lo acontecido en el metraje original provoca que uno medite seriamente sobre si sus emociones estaban justificadas, pues desmerece completamente la impresión de antaño el dibujarlo sumamente ridículo y despojándolo de cualquier atisbo de razón cósmica) se puede transformar en deprimente y pretencioso al tratar de dotarlo sin necesidad alguna de más complejidad argumental.