Título original: Exhibit #8 Año: 2022 Nacionalidad: Países Bajos Duración: 76 min. Género: Drama, Suspense Director: Ruben Broekhuis Guión: Monique Kessel, Ruben Broekhuis y Sarah Offringa Reparto: Nastaran Razawi, Claudio Magaña, Mike Reus, Coen Vlijmen, Guido Gerard, Jennifer Evenhuis, Marije Loermans y Arend Brandligt
Sinopsis
Dos personas se unen para filmar un documental sobre la misteriosa desaparición de un joven cruzándose en su camino con otro equipo de filmación que está creando una narrativa más siniestra que la suya...
Valoración
Lo mejor: el ritmo se mantiene de principio a fin (sin concesiones ni demora) para entretener solemnemente, aprovechándose los escasos setenta minutos de duración hábiles para proponer un ejercicio de metacine realmente logrado en una especie de mockumentary que critica severamente las snuff movies con sensibilidad emocional e intensidad argumental; la manera de plasmar la clásica negación a recuerdos pasados (por supuesto de índole traumática) es magnífica, adoptando comúnmente un mecanismo de defensa erróneo e injusto como el aquí observado; el abanico de métodos de filmación (desde cámaras profesionales hasta teléfonos móviles pasando por drones aéreos o sistemas de seguridad) demuestra cuán provecha puede resultar una idea válida con paupérrimos recursos económicos, soslayando el abuso de explicitudes en virtud misterio e investigación.
Lo peor: el dato vertido sobre la cantidad anual de querubines desaparecidos en campos de refugiados dentro del territorio de países bajos (concretamente doscientos cincuenta) estremece por sí solo, si bien se antoja una mera excusa para contextualizar una historia alejada de dicho drama social adentrándose en un campo más turbio si cabe; la tosquedad en los cortes de metraje (constantes e infructuosos en varias ocasiones) denota poca rigurosidad al respecto, descuidándose tanto como el entrecejo de la corprotagonista; el flashback anticipativo que acontece justamente al inicio del último tercio (cuando el clímax comienza a aflorar) perjudica severamente al factor sorpresa final, adelantándose uno de los mayores giros de guión pese a atisbarse bastante antes si uno atiende a ciertos detalles actitudinales que hacen presagiar con nulo margen de error determinadas falsas apariencias.