Título original: Green room
Año: 2015
Nacionalidad: EEUU
Duración: 88 min.
Género: Drama, Suspense
Director:Jeremy Saulnier
Guión: Jeremy Saulnier
Reparto: Patrick Stewart, Anton Yelchin, Imogen Poots, Alia Shawkat, Mark Webber, Taylor Tunes, Joe Cole, Brent Werzner y October Moore
Sinopsis
Los miembros de una banda de música, tras ser los únicos testigos de un asesinato en un bar, son encerrados en una habitación por los autores del homicidio, una banda liderada por el propietario del antro...
Valoración
Lo mejor: la claustrofóbica habitación propuesta como sala de descanso de un sucio antro regentado por un dueño cuyas estrictas reglas deben respetarse con celeridad en la que acontece la mitad de la trama y da título al filme, acción transferida del exterior a dicho espacio a raíz de la sangrienta emboscada a la que son sometidos los desgraciados músicos extranjeros al ser forzadamente retenidos en ella por parte de un clan de cabezas rapadas e intentar escapar de un asedio al que no parecen deshabituados; la vorágine de trucos y tretas de la última media hora de película, una espiral de ataques a mansalva por parte de propios y extraños en la que nadie está a salvo ni exento de ser juzgado y, por consiguiente, castigado de la manera más atroz imaginable; el detonante de todo, un fatídico descuido de móvil en el lugar menos oportuno por parte del grupo de rock duro que únicamente busca ganarse la vida descartando la tecnología como herramienta de difusión y expansión, es decir, tratando de editar vinilos sin publicarlos en otros formatos más novedosos y accesibles para exprimir al máximo los conciertos en directo, un terrible error que originará un gran caos.
Lo peor: el contenido no es tan extremista, ni argumental ni visualmente, como se anuncia, restando la impresión de que se trata más de un reclamo ya que, de hecho, el movimiento idiosincrásico defendido por los teóricamente radicales está repleto de rituales que dejan entrever, muy sutil y levemente, una forma de entender la humanidad que no se presenta tan crudamente como debiera para causar el ansiado impacto en un metraje desmesuradamente ensalzado por la crítica e incluso equiparado con la legendaria American history X; la extrema rareza con la que una cinta de suspense deriva en una de temática existencial, sin concesiones ni aparentes motivaciones, pues el rapto acontecido podría tildarse de racional para que un acto criminal no vea luz pero se distorsiona hasta el punto de convertirlo, con cuantioso cinismo, en una tentativa de invocación neonazi; la introducción de caninos adiestrados para atacar mortalmente, una alusión al deplorable empleo de los animales como implacable arma que no se antoja necesaria para la ocasión al padecer una simple misión en primera instancia y, en última, un fatal desenlace.